La Llegada, la comunicación como herramienta principal del contacto

La Llegada (Arrival), es una de estas películas que, una vez más,  intentará recuperar la fe en el género fantástico. Con nuevas posturas argumentales, trayendo los verdaderos protagonistas de La Llegada, los lingüistas, que tienen mucha más importancia de la que normalmente le damos en la sociedad.

La trama arranca con la aparición de unas naves espaciales que se sitúan en diferentes lugares del planeta. Sus intenciones son desconocidas. Es por ello que el ejército de Estados Unidos recurre a una experta lingüista, con la esperanza de que pueda ayudarles a entender el motivo de esta «visita». Y es que «el lenguaje es el primer arma que se desenfunda en un conflicto”.

¿Cómo nos comunicaremos?

Si bien sabemos que muchas veces la tecnología avanzada de algunas razas les permiten hacer uso de las mismas para poder comunicarse e interpretarse mutuamente (que sería lo mas lógico), acá es donde viene a continuación el análisis que hace Don Hoffman, profesor de Ciencia Cognitiva en Irvine al respecto de la comunicación.

La casi nula posibilidad de comunicarnos con los extraterrestres

Si las comedias románticas tienen como cliché el «chico conoce a chica» y sus múltiples variantes, una buena parte de la ciencia ficción tiene como idea de base el «chico conoce a extraterrestre». E.T., Avatar, o la reciente La Llegada hablan, de una forma u otra, de eso, del primer contacto, de comunicarse con seres del espacio exterior.

Un tema recurrente que frecuentemente indagamos, es sobre si estamos preparados para encontrarnos con civilizaciones alienígenas, pero pasamos  por el borde  sobre una cuestión muy reñida: en caso de que nos encontremos con ellos, ¿podríamos comunicarnos? Un par de profesores de la Universidad de California, Irvine, nos explican que, para desgracia de los guionistas de ciencia ficción, es complicado el asunto.

Contactar no es comunicar

Como la diversidad y la incomprensión entre lenguas humanas está muy presente, hace mucho tiempo que los ingenieros e investigadores se dieron cuenta que, al contrario de lo que dice el dicho popular, ‘hablando no se entiende la gente’ del espacio sideral.

Así que, tradicionalmente, hemos hecho uso de imágenes. Partimos de la idea de que las fotos, las representaciones o las pinturas son una especie de lenguaje universal. Pero, como explica Don Hoffman, profesor de Ciencia Cognitiva en Irvine, sería extremadamente raro que los alienígenas vieran las cosas de la misma forma que nosotros.

Incluso en la Tierra hay muchísimas diferencias entre los sistemas visuales de las distintas especies: «los murciélagos ven el mundo vía radar, las pitones indias ven en infrarrojos y las abejas se orientan gracias a la luz polarizada».

Es más, «dentro de las mismas especies también se producen diferencias sustanciales», explica Kimberly Jameson también de la Universidad de California. Lo que conocemos como daltonismo es un buen ejemplo, pero las posibilidades son amplísimas (hay mariposas con hasta 15 fotorreceptores distintos).

No hay (casi) ninguna posibilidad de que logremos comunicarnos

Desde entonces, Hoffman ha dedicado mucho tiempo y recursos a explicar que «incluso las imágenes más simples serán malinterpretadas» en un hipotético encuentro interestelar. Es difícil replicarle porque, al fin y al cabo, tras décadas de esfuerzos no somos capaces de entender ni el ‘lenguaje’ de los delfines (o de cualquier otro ser vivo).

Lenguajes que, por otro lado, deben ser mucho más simples que el de cualquier civilización espacial. Esto, para Hoffman, nos da una idea muy clara de las posibilidades que tendríamos de comunicarnos con los extraterrestres: «alrededor de ninguna». Algo que, en fin, no deja de ser inquietante. La ‘ciencia ficción dura’ de base lingüística se nos va a hacer aburridísima a partir de ahora.

Don Hoffman, profesor de Ciencia Cognitiva en Irvine

Concluyendo

Como ya estamos acostumbrados, Hollywood y sus producciones con cliché sensacionalista, que nos quiere, de alguna forma, querer mostrar, lo que en apariencia, es lo que pretendemos que nos sea de agrado en nuestra conciencia o que pretendemos que así sea.

Entonces, pensando un poco, cualquier civilización, avanzada éticamente, nunca  haría un contacto masivo y que cause un gran impacto, shock o altere el curso de la evolución, sin antes una estratégica planificación a largo plazo e ir preparando a la gente y generando el estado de transición adecuado, siempre y cuando, si es que nuestra humanidad está preparada para aceptar otras morfologías con capacidad analítica.

Ahora, concluyendo y sabiendo lo atrasados que estamos en tecnología, ya que llevamos apenas unos 100 años desde que la tecnología empezó a asomar, entonces nos viene la incertidumbre, ¿porque no nos han invadido nadie aun?.

Bueno, seguramente hay varias razones, pero no seguramente, por cuestiones de nuestro casi obsoleto poder bélico que los espante,  sino que, hay que pensar que tal vez  haya  muchos pretendientes que se quieren comer este rico pastel que es nuestro planeta y haya algún tipo de comunión que las supervise y  regule a que nadie se coma más pastel de lo debido (Si quieren saber mas, pueden leer aquí sobre la confederación galactica) .

No hay que dejarse llevar por facilismo fantástico de que alguien vendrá a hacer nuestro trabajo de salvar el mundo y así no hacernos cargo ni responsables de la situación.

 

Hasta la próxima

 

David (10% Nori-El)
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