De la magia

Habiendo comentado nuestras creaciones y el inconsciente colectivo en la reflexión anterior, me gustaría detenerme en este punto.

Si bien existen muchas formas de encarar la magia, haré alusión a una forma de la cual parten la gran mayoría de ellas: La magia simpática y la asociación del pensamiento.

¿Qué es la magia simpática? La magia cuyo principio primordial es: Lo similar afecta a lo similar.

Realmente los ocultistas la entendían de acuerdo al principio hermético de correspondencia ya comentado: «como es arriba es abajo», estableciendo una similitud entre nuestro Microcosmos (nosotros) y el Macrocosmos (Universo). Sería la llamada Alquimia interna de los antiguos iniciados, la cual pasaba primero por una elevación de consciencia y control de nuestras propias energías para acto seguido proyectar el cambio que produciría las mismas en el universo.

En conclusión, cambiando tu interior, cambiabas el exterior por la semejanza que existía entre ambos.

Pero el primer paso requería demasiada voluntad, y lo que en principio pasaba primero por un autoconocimiento y cambio interior, acabó convirtiéndose sólo en querer “cambiar” el universo a nuestro antojo realizando todo tipo de invocaciones y peticiones egoicas en base al “amor”, la salud, el poder o el dinero en una amalgama de rituales y símbolos.

Y así es como se tergiversó todo. Si lo que se intentaba en un principio era depurar, dar claridad e integrar nuestras emociones más bajas y nuestros pensamientos más egoicos… terminaron estos siendo protagonistas, haciendo foco y poniendo su máxima atención en los planos más densos. El descubrimiento de un nuevo plano de existencia donde tenían reflejo ciertas peticiones se establecía como el culmen de muchos ocultistas demandantes. El llamado Plano Astral estaba de enhorabuena. Un nuevo “cielo” se había abierto.

¿Tienen efecto la “magia” y los rituales en el Plano astral? ¿ Y en el Plano físico?

Quizás sean las preguntas más pretenciosas de todas y la que todos los demandantes desean escuchar. Es un tema que da para muchos casos en particular.

Velas, símbolos, fragancias, conjuros…sirven?

La parafernalia ayuda como ASOCIACIÓN de ideas. Igual que los rituales. Si lo ven desde una manera objetiva y totalmente despersonalizada poner una vela, pintar un símbolo o utilizar cualquier objeto tiene la misma validez que saltar a la pata coja, rascarse la cabeza o tocarte un brazo. NADA.

Ahora bien, lo que importa es el pensamiento-emoción que asocie la persona al objeto, al símbolo, al gesto o la postura en sí. Eso ayuda a reforzar el pensamiento de la persona. De manera totalmente Subjetiva. Sí. Pero le ayuda. Digamos que los objetos le sirven al “mago” para conectar. Nada más.

Hablamos aquí de una energía subjetiva. De una asociación de ideas que afectan a aquellos que la practican, de manera individual o conjunta. Es la intención que lleva aparejado todo esto lo que da fuerza, el foco, la intensidad de la creencia que deposita el “mago” en ello.

En la mayoría de los casos, hay tal dependencia con los objetos y con los rituales en sí, que la forma y el fondo terminan desvirtuándose. La persona sin la forma, no sólo no es capaz de “conectar” con el fondo, sino que acaba acomodándose, situándose a medio camino entre la adoración de las imágenes, el sacar brillo a las mismas o la repetición de palabras a modo de oración para que sus Dioses en base a ofrendas cumplan a modo de contraprestación sus peticiones.

Un ciclo continuo de apegos, necesidades, búsquedas y demandas.

El llamado “mal del ojo” es un claro ejemplo de asociación conjunta. Un pensamiento compartido de las partes involucradas. Dejando de lado la parafernalia, es absolutamente necesario que el receptor tenga una creencia sobre ese fenómeno. El miedo, la baja estima, la superstición y las dudas hacen que abra su campo emocional a este fenómeno, pudiendo afectarle entonces. ¿Efecto placebo o energía dirigida del emisor? Efecto placebo seguro. Los Roles, el desconocimiento, el miedo y las inseguridades están a la orden del día en estos casos. ¿Energía dirigida del emisor? No puedo decir que no. Pero tampoco crean que todos tienen esa capacidad. De hecho son mínimos los que la tienen y demasiados los que “creen” tenerla.

La magia simpática se entiende mejor porque como bien indica: Lo similar atrae lo similar. El ejemplo típico es el del muñeco vudú similar a la persona al que se le clavan agujas para que tenga su repercusión en la persona. Pero no piensen que eso de los rituales es algo muy alejado de tribus africanas o de gente supersticiosa. Les pongo un ejemplo muy cercano: Cuando ustedes han ido alguna vez a la misa o eucaristía cristiana ¿Qué creen que es lo más importante? La sagrada comunión: La unión con Cristo. ¿Cómo lo hacen?¿Qué creen que esta haciendo el sacerdote cuando levanta la Hostia? Consagrarla. ¿Qué hacen los demás? Se arrodillan. ¿En que se convierte el pan? En el cuerpo de Cristo. ¿Y en que se convierte el vino? En la sangre de Cristo. Pura magia simpática.

No voy a entrar en simbología pagana y demás, simplemente imagínense todos arrodillados centrados en ese ritual para estar en comunión con Cristo.

Todas las religiones tienen sus propios rituales. Todas.

Respecto a los “Parásitos astrales” les diré que realmente no quiero achacar a agentes externos lo que son nuestros propios engramas y roles del ego restimulándose una y otra vez, dejándonos emocionalmente hundidos. ¿Es ese “hundimiento” aprovechado por otras entidades o agentes externos? La respuesta es sí. Pero no se engañen, como dije en los primeros párrafos siempre tendemos a obviar el primer paso, nosotros. Todo pasa por nosotros primero. Nuestros roles del ego directamente achacan la culpa a agentes externos y a no buscar en nosotros mismos la causa de esos roles que nos hacen dudar, derivar responsabilidades y abrir nuestro campo emocional.

Sin embargo, existe otro tipo de “magia”. Una que es aprovechada por unos pocos y que se realiza de manera inconsciente por una gran mayoría. Y por supuesto, la que más se utiliza: La proyección energética a través del pensamiento y sobretodo de las emociones en grandes concentraciones de personas. Hablamos de cantidad y de calidad de la intención. De como se acoplan y extienden grandes ondas emocionales similares haciendo resonancia entre sí. No es raro ver como se pierde el control diciendo y haciendo cosas que uno no haría en un campo de fútbol, una manifestación o un concierto: Miedo, enojo, ira, euforia…

Es ahí donde se establecen grandes corrientes emocionales, las cuales pueden afectar a nuestro campo emocional-astral y terminar afectando incluso en nuestro cuerpo físico.

¿Acaso no nos comportamos a veces como partículas y otras veces como ondas?

Observen el acoplamiento.

Nota: ¿Y si unos pocos introdujeran emociones sobre otros muchos? Piensen en el bombardeo constante que realizan los medios de comunicación.

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En conclusión, es difícil de imaginar pero visto en la reflexión anterior que existe un Plano de creaciones constantes dejaría la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si tienes a unos cuantos millones de personas durante unos cientos de años asociando las mismas ideas y realizando los mismos rituales?

A mi modo de ver, pasaría a formar parte de ese pensamiento colectivo, de esa creación y contexto que es el plano astral.

¿Significa esto que todos estamos sometidos a ello? La respuesta es No.

De nosotros depende someternos a ello, abrirnos a ello y adentrarnos en ello. Vibración.

Ustedes deciden.

 

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Luis Sanmartin. ( Junio 2017)