Obra de J.R.R. Tolkien

 

MISTERIOS DEL HOBBIT Y EL SEÑOR DE LOS ANILLOS

Habitualmente se trata de achacar una base real a las historias de los escritores, ver en qué se basaron para crear obras de tales magnitudes. John Ronald Reuel Tolkien,  (Bloemfontein, hoy Sudáfrica; 3 de enero de 1892 – Bournemouth, Dorset, 2 de septiembre de 1973), a menudo citado como J. R. R. Tolkien o JRRT, fue un escritor, poeta, filólogo, lingüista y profesor universitario británico, conocido principalmente por ser el autor de las novelas clásicas de fantasía heroica El hobbit y El Señor de los Anillos.

Después de su muerte, el tercer hijo de Tolkien, Christopher, publicó una serie de obras basadas en las amplias notas y manuscritos inéditos de su padre, entre ellas El Silmarillion y Los hijos de Húrin. Estos libros, junto con El hobbit y El Señor de los Anillos, forman un cuerpo conectado de cuentos, poemas, historias de ficción, idiomas inventados y ensayos literarios sobre un mundo imaginado llamado Arda, y más extensamente sobre uno de sus continentes, conocido como la Tierra Media. Entre 1951 y 1955, Tolkien aplicó la palabra legendarium a la mayor parte de estos escritos.

 

J.R.R. Tolkien, foto del ejército

 

Si bien escritores como William Morris, Robert E. Howard y E. R. Eddison precedieron a Tolkien en el género literario de fantasía con obras tan famosas e influyentes como las de Conan el Bárbaro, el gran éxito de El hobbit y El Señor de los Anillos cuando se publicaron en Estados Unidos condujo directamente al resurgimiento popular del género. Esto ha causado que Tolkien sea identificado popularmente como «el padre» de la literatura moderna de fantasía, o más concretamente, de la alta fantasía. Los trabajos de Tolkien han inspirado muchas otras obras de fantasía y han tenido un efecto duradero en todo el campo. En 2008, el periódico The Times le clasificó sexto en una lista de «Los 50 escritores británicos más grandes desde 1945».

Es sabido mediante canalizaciones que en gran cantidad de oportunidades las historias escritas son plasmadas, y no totalmente inventadas, por escritores con altos porcentajes de mediumnidad inconsciente. El señor Tolkien fue uno de ellos y logró plasmar historias sobre un mundo que conoceréis a continuación. Pero antes, veamos un poco de su obra.

 

ROVERANDOM

J. R. R. Tolkien acostumbraba desde siempre a narrar historias a sus propios hijos, por los motivos más diversos. Así, concibió el relato de Roverandom en 1925, como un cuento para sus hijos John (ocho años) y Michael (cinco) durante unas vacaciones.

Michael estaba muy encariñado aquel verano de uno de sus juguetes: un perrito en miniatura, de plomo pintado de blanco y negro. Desafortunadamente, un día paseando por la playa con su padre, lo dejó en el suelo para jugar y lo perdió. Aunque Tolkien y sus dos hijos mayores pasaron horas buscándolo, no fue posible recuperarlo, por lo que el autor imaginó la historia que hoy conocemos como Roverandom para consolar al pequeño Michael.

Se trata de un cuento infantil que narra la historia de un perrito llamado Rover que muerde a un brujo, por lo que éste lo castiga convirtiéndolo en juguete. Un niño compra ese juguete, pero lo pierde en la playa. Entonces, el hechicero de la arena le hace vivir aventuras desde la Luna hasta el fondo del mar.

Este cuento no fue publicado hasta 1998, de manera póstuma.

 

 

EL SILMARILLION

Tolkien escribió un breve esquema de su mitología del que los cuentos de Beren y Lúthien y el de Túrin formaban parte, y ese esquema fue evolucionando hasta convertirse en el «Quenta Silmarillion», una historia épica que Tolkien comenzó tres veces pero nunca publicó.

Tolkien confiaba en publicarla al abrigo del éxito de El Señor de los Anillos, pero a las editoriales (tanto a Allen & Unwin como a Collins) no las convenció; puesto que, además, los costes de impresión eran muy altos en la posguerra. La historia de esta continua reescritura se cuenta en la serie póstuma de La historia de la Tierra Media, editada por el hijo de Tolkien, Christopher.

Desde 1936, aproximadamente, Tolkien empezó a extender su marco de trabajo para abarcar la narración de la caída de Númenor («Akallabêth»), inspirada en la leyenda de la Atlántida. No fue hasta 1977, de manera póstuma, que los escritos que componen El Silmarillion vieron la luz, recopilados y editados por Christopher Tolkien.

A los relatos mencionados («Quenta Silmarillion» y «Akallabêth»), se añadieron para la publicación otros más breves, de los primeros y los últimos tiempos de la Tierra Media: «Ainulindalë», «Valaquenta» y «De los Anillos de Poder y la Tercera Edad».

 

 

EL HOBBIT

Tolkien escribía las historias de su legendarium para su propio deleite, el de su familia y el de su círculo literario, sin intención de alcanzar con ellas al gran público.

Sin embargo, por casualidad, otro libro que había escrito en 1932 para sus propios hijos y al que había titulado El hobbit pasó de mano en mano sin intervención del autor hasta llegar a Susan Dagnall, una empleada de la editorial londinense George Allen & Unwin.

Ésta le enseñó el libro al presidente de la empresa, Stanley Unwin, quien se lo dio a su hijo pequeño, Rayner, para que lo leyera; la historia le gustó tanto que decidieron publicarlo.

 

 

En este libro se narran las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón que, junto con el mago Gandalf y una compañía de enanos, se verá envuelto en un viaje para recuperar el reino de Erebor, arrebatado a los enanos por el dragón Smaug.

Si bien se trata de una historia infantil, el libro atrajo también la atención de lectores adultos y se hizo lo suficientemente popular como para que Stanley Unwin le pidiera a Tolkien que trabajara en una secuela, más tarde conocida como El Señor de los Anillos.

 

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS

Aunque no se encontraba inspirado para tratar el tema, la petición de Stanley Unwin de una secuela para El hobbit impulsó a Tolkien a comenzar la que sería su obra más famosa, El Señor de los Anillos, una novela de fantasía épica subdividida en tres volúmenes y publicada entre 1954 y 1955. Tolkien invirtió más de diez años en la creación de la historia y los apéndices de la novela, tiempo durante el cual recibió el apoyo constante de los Inklings, en particular de su amigo más cercano, C. S. Lewis, al que prestaba o leía los borradores que iba escribiendo para que los juzgara. Tanto los acontecimientos de El hobbit como los de El Señor de los Anillos están enmarcados en el contexto de El Silmarillion, pero en una época bastante posterior.

 

 

La intención original de Tolkien al empezar a escribir El Señor de los Anillos era que éste fuera un cuento para niños al estilo de El hobbit, pero poco después recordó el anillo encontrado por Bilbo Bolsón y decidió centrar la historia en torno a él y su devenir, convirtiéndose en un escrito más oscuro y serio; por ello, a pesar de ser una continuación directa de El hobbit, fue dirigido a un público más maduro.

Por otro lado, Tolkien aprovechó más en esta novela la inmensa historia de Beleriand, que había ido construyendo en años anteriores y que finalmente fue publicada de forma póstuma en el El Silmarillion y otros volúmenes.

 

 

El Señor de los Anillos se volvió tremendamente popular en la década de 1960 y se ha mantenido así desde entonces, situándose como una de las obras de ficción más populares del siglo XX a juzgar por sus ventas y las encuestas de lectores, como la realizada por las librerías Waterstone’s de Reino Unido y la cadena de televisión Channel 4, que eligió a El Señor de los Anillos como el mejor libro del siglo.

 


 CANALIZACIÓN CON QUIEN FUESE J.R.R. TOLKIEN

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Transcripción

 

Raúl: Estoy reunido con Laura como interlocutora de la sesión y vamos a canalizar al thetán de quien fuera J.R.R. Tolkien para que desvele los misterios -si es que los hubo- de sus obras “El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”. Comienzo canalizándolo.

Laura: Bienvenido.

Urb-El: Aquí estoy para responder.

Laura: Gracias. Para que quede grabado: ¿Usted nos confirma que sus relatos de historias fueron canalizadas por su 10% en su vida como Tolkien, plasmando el mundo de Aldebarán IV?

Urb-El: Correcto, lo confirmo.

Laura: ¿Las historias que se sucedieron en sus obras “El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”  fueron historias reales que acontecieron en Aldebarán IV?

Urb-El: Lo fueron, lo fueron. Tienen una base real importante. Es verdad que yo puse de mí estando encarnado parte de mi imaginación, parte de mi invención.

También porque tergiversé algunos conceptos ya que no era OT real sino OT potencial debido a engramas, pero aun teniendo engramas la persona, el médium, el escritor, es capaz de plasmar auténticas historias.

Todo buen escritor es un buen médium, plasma historias. Muchas veces son historias de lejanos planetas, historias que impactaron de alguna manera a nuestras vivencias y que las queremos dejar reflejadas.

Laura: Entonces esas historias fueron reales. ¿Usted las vivió como primera persona?

Urb-El: Viví en primera persona alguna de ellas. Otras no, y las canalicé de otros thetanes.

Laura: Muy bien. Si le parece hacemos un repaso de varios personajes para saber si realmente existieron.

Urb-El: Está perfecto.

Laura: ¿Existió Frodo?

Urb-El: Existió Frodo, existió Frodo. Era un pequeño Hobbit. Ten en cuenta que Umbro tiene 3 continentes, 3 continentes. Hay un continente cuya región central la llamamos “la tierra media”, o “las tierras centrales”, esas historias que plasmo sucedieron ahí realmente.

Hay otras historias, en otros continentes, otras razas, otras maneras de vivir. En el territorio del norte hay seres alados, humanos alados. Hay en los distintos continentes criaturas mitológicas similares a vuestros dragones, dragones realmente, dragones alados. Hay trasgos, orcos, todo tipo de criaturas que yo plasmé, criaturas que existen como los Hobbits.

Los Hobbits eran simpáticos, alegres, tranquilos. Eran muy familiares, tenían vidas muy familiares, y vivían sólo en esa pequeña región en la tierra media, no vivían en otros continentes, solo vivían ahí.

Habían distintas razas que sólo vivían en ese lugar, al igual que otras vivían en otros continentes y nunca hablé de ellas. Y los Hobbits eran pequeños pero astutos, aprendieron a vivir con toda la guerra que había alrededor.

Ellos formaron su propio mundo de paz, pero eran tan, tan, tan, independientes que sabían subsistir solos. Así que Frodo fue uno de ellos. No con ese nombre, no con ese nombre.

Laura: ¿Con cuál nombre, entonces?

Urb-El: Si fuéramos a decir todos los nombres de todos los personajes nos podemos estirar mucho [ríe]. Sólo voy a decir este: su nombre real era Rubik, terminado en “k”. Era el nombre real de Frodo. Yo los nombres los puse a mi manera, algunos se parecían más, otros menos. Cuesta mucho más captar nombres [ríe].

Laura: Sí.

Urb-El: Muchos nombres los tomé de lenguajes nórdicos, ¿no?, de culturas nórdicas. No eran esos nombres, pero el nombre es lo que menos importa, seguramente.

Laura: ¿Bilbo?

Urb-El: También existió, también existió.

Laura: ¿Nos quiere decir algo de él?

Urb-El: Que la aventura que vivió en lo que yo plasmé como “El Hobbit” fue real, fue real. Vivió con un grupo de enanos, aventuras. Fue real, y los enanos también son reales, los enanos.

Son reales como los plasmo, también. También perdieron su reino a consecuencia de un dragón. Es verdad todo esto, es verdad, sucedió así. Con variantes, con cosas distintas, pero son reales.

Laura: ¿Sam Sagaz?

Urb-El: También existió, también. Era un buen, buen amigo de Frodo. Bien plasmado, totalmente bien plasmado.

Laura: ¿Aragorn?

Urb-El: Sí, Aragorn. También existió Aragorn como… era un hombre heredero a rey, fue desterrado. Bueno, tuvo toda una serie de historias, grandes historias. Grandes aventuras, grandes aventuras. Y quien fuera Aragorn está encarnado también en la actualidad, de alguna manera.

Laura: ¿En Sol III?

Urb-El: En Sol III, en vuestro mundo, por eso digo.

Laura: ¿Lo conocemos?

Urb-El: Bueno, ya [ríe]. Quiero mantener en el anonimato al thetán.

Laura: No, sólo por curiosidad, ya está [ríe].

Urb-El: No, no depende, no depende de mí develar según qué cosas. Prefiero centrarme en la historia, por favor.

Laura: ¿Legolas?

Urb-El: Sí, Legolas también existió. Los elfos eran una raza que sí se extendían por todos los continentes, en Umbro.

Laura: Sí.

Urb-El: Eran muy buenos con el arco y las flechas, muy astutos, tenían una enorme nobleza. Y uno de ellos participó en distintos episodios, que son los que yo menciono en mi obra, aunque tampoco de la misma manera.

Legolas era, a diferencia de la mayoría de elfos que tenían un carácter, un rol del ego mucho más controlado, Legolas era absolutamente impulsivo, era muy impulsivo. Eso le marcaba una variante con el resto de su especie, y le llevó a buscar aceptación fuera de su lugar.

Se llevaba mejor con humanos que con elfos, tal vez porque el temperamento de los humanos era mucho más parecido al suyo.

Laura: ¿Gimli?

Urb-El: También, como un enano. Ya he hablado de los enanos, no hace falta seguir con ellos.

Laura: Vale. ¿Sauron?

Urb-El: Realmente Sauron existió, pero con una figura distinta. Ahí es donde hay muchos matices donde falla. Hay varios matices en mi obra que no los voy a matizar porque entraríamos en muchos detalles, pero Sauron no era tal cual.

Sí era… sembró el terror, él se autodenominaba “el señor del mal”, al igual que también existió el Rey de los Vampiros y muchos otros personajes que, de alguna manera, trataban de imponer su terror mediante su reinado.

Y él era rey de todo un séquito de orcos, de elfos oscuros, dominaba muchas especies y conquistaba con sus ejércitos, realmente. Pero Sauron no tenía nada de maligno, él era… no era más que… realmente no era más que un orco más, un orco distinto, mucho más inteligente, es cierto. Lo llamaríamos un orco superdotado, por decirlo de alguna manera. Pero todo el tema del “Ojo de Sauron”, etc., ya es invención.

Hay mucha invención en lo que yo plasmé con respecto a Sauron, era como que yo quería darle otro toque diferente y era lo que se me ocurrió, ¿no?, pero era absolutamente distinto. Sí fue un conquistador, un conquistador de tierras. Se autodenominaba “el señor del mal” e hizo correr muchos ríos de tinta, ¿no?, muchas historias. Se hablaba mucho sobre él, de quién era realmente, si era un demonio, si era… qué era.

Pero no tenía nada de mágico ni de místico, ni de demoníaco tampoco. Pero sí es verdad que encabezó toda una rebelión, porque los orcos hasta entonces no eran agresivos con los hombres, hasta que él levantó su rebelión, porque quería -ansioso de poder, sumido en sus roles del ego- ver sometida a toda la tierra media.

Su país se llamaba Mordor, y el nombre fue plasmado tal cual. Su país se llamaba Mordor, su región, pero no tiene nada de demoníaco, insisto.

Laura: ¿Gandalf?

Urb-El: Gandalf existió. Gandalf existió como sabio, más que como mago. Había un séquito de magos, yo los denominé “magos”; ellos se autodenominaban “sabios”, “el consejo de sabios”. Ellos departían sobre qué era lo mejor en la tierra media.

Hubo un mago que, ansioso de poder, fue reclutado por Sauron. Él se llamaba Saruman. En la obra se llamaba Saruman, realmente no se llamaba Saruman, tampoco. Pero sí existió, y se vendió a esta criatura que yo llamé Sauron.

Pero Gandalf existió, y otros magos, otros sabios existieron. ¿La magia? No existe la magia. Sí existen una serie de características que se pueden explicar científicamente, que eran capaces de realizar esos sabios.

Ellos eran capaces de hacer predicciones muy precisas, gracias a un alto contacto con sus thetanes. Eran incluso capaces de emitir rayos, al igual que lo podía lograr el propio héroe Ligor, en otro tiempo, en otra zona.

Y eran capaces de realizar algún tipo de… pongámoslo así “artimaña”, que al no tener conocimiento, para ellos era magia, absolutamente. Al igual que lo que hacía el héroe Ligor era magia también, realmente.

Laura: ¿El dragón Smaug?

Urb-El: Hubo un dragón que arrebató el reino a los enanos, pero no se llamaba así tampoco, ni hablaba, ni tenía inteligencia, era un dragón más. Pero a costa de su gran hazaña, que fue arrebatarle todo un reino a los enanos, obtuvo una reputación distinta ¿no?, y también obtuvo un nombre y una denominación, realmente.

Pero era un dragón más, no tenía nada extraño.

Laura: Sí. ¿Y Gollum?

Urb-El: No, Gollum es mi creación. Fue mi creación, mi creación. Gollum fue un personaje que yo quise inventar al darle consistencia a la historia del anillo. El anillo jamás existió.

Laura: ¿No?

Urb-El: No existió, es todo una invención mía como para darle consistencia al relato. A partir de ahí podéis pensar: “dónde está ese 85% de fidelidad, si ya el anillo no funciona [ríe] y todo va relacionado al anillo, se pierde todo”.

Pero no, señores que me escucháis. Muchas de mis obras que plasmé, el contenido que yo plasmé, iba más allá del anillo: todas las razas, las costumbres, sus culturas, sus alianzas, las guerras que hubo. Hay mucho más, que no tiene que ver con el anillo. Si tienes una curiosidad, el rol con el que yo encarné es con el rol de Bilbo.

Laura: Sí, se lo quería preguntar, me estaba esperando [ríe].

Urb-El: Encarné con el rol de Bilbo.

Laura: Vale. Entonces las razas que se plasman en sus historias son reales.

Urb-El: Las razas son reales, sí, así es, son reales. Puede haber licencias que no lo sean, seres que en verdad no hablan, que no tienen una inteligencia “x” pero que se le plasma alguna inteligencia, ¿no? Incluso árboles vivos.

Laura: ¿Las rocas? También, las montañas.

Urb-El: También. Hay seres en Umbro con espíritu que son minerales y que son vegetales. Es real todo eso, es real.

Laura: ¿De dónde sacó el idioma élfico, o los distintos idiomas de sus obras? ¿Provienen de su imaginación, o provienen de un idioma real canalizado?

Urb-El: No, no son reales, los inventé. Evidentemente tuve ayudas de idiomas que se hablaban en el mundo, que pude de alguna manera plasmar. Pero en gran parte, en la mayoría, tiene que ver con invenciones mías.

Me encantaba inventar idiomas, todo tipo de idiomas, era casi como un pasatiempo, un hobby para mí. Un “hobby” eh, que no un “hobbit” [ríe].

Laura: ¿Cómo captó todo? ¿Fue en sueños o fue lúcido?

Urb-El: Lúcido, lúcido. Completamente lúcido, muchas veces escribía sin parar, sin parar. Sí es cierto que tuve un par de revelaciones en sueños, eso también es cierto, donde se me plasmó cómo eran los paisajes.

El detalle que hago en los paisajes tiene que ver con cosas que soñé, que visualicé. Pero las historias no, las historias fueron absolutamente lúcidas.

Laura: Sí. ¿Y en qué momento llegó al OT 10?

Urb-El: Llegué al OT 10 en el momento en el que me doy cuenta yo como persona, no pensé que iba a trascender tanto mi obra, pero me di cuenta que, como persona, como Tolkien, yo me di cuenta que esos personajes estaban muy vivos para no ser reales.

Yo había aprendido a amar a todos esos personajes, a Frodo, a Bilbo, a todos. Me sentía parte de ellos, y me di cuenta que eran parte de mí. Ahí hubo como una revelación para mí.

Laura: En una próxima sesión, ¿podríamos canalizarlo para que relatase originalmente lo que sucedió en esas historias?

Urb-El: Sería realmente bueno. Y también a distintos roles, espíritus que encarnaron con esos roles para que cuenten sus relatos y sus historias. Sería, claro, buenísimo sería, cómo no.

Laura: Muy bien. No sé si quiere aportar alguna información más, algún detalle más.

Urb-El: Sí, sí. Quisiera aportar de que al fin y al cabo son historias, con su base real, pero con muchas licencias que yo me tomé. Quiero que se entienda eso de verdad, yo me tomé licencias que no son reales, de ninguna manera, ¿no?

Pero varios de esos personajes, varios de esos roles han vuelto a encarnar una y otra vez en Umbro, y han vuelto a encarnar varias veces en Sol III. Y varios de esos personajes que han encarnado los habéis podido conocer, los conocéis o los conoceréis, ese es mi mensaje final.

Espero que, no se trata de amar mi obra, espero que améis Umbro tanto como yo lo amo. Gracias por contactarme y hasta la próxima.

Laura: Gracias a usted.

 


ENLACES DE INTERÉS:

Entrevista al espíritu de quien encarnó como J.R.R. Tolkien

Curso básico de mediumnidad

Grado OT

BANDAS SONORAS:

El Señor de los Anillos

El hobbit – Un viaje inesperado

El hobbit 2 – La desolación de Smaug

El hobbit 3 – La batalla de los 5 ejércitos

Escenas épicas de ‘El Señor de los Anillos’

The Hobbit: The Battle Of The Five Armies – Billy Boyd: The Last Goodbye

 

REFERENCIAS:

J.R.R. Tolkien – Wikipedia

Documental sobre Tolkien

El misterio de Tolkien, autor de El Señor de los Anillos

El anillo que inspiró a Tolkien para escribir ‘El Señor de los Anillos’

J.R.R Tolkien y las connotaciones ocultas del «Señor De Los Anillos»