Eten-El 07/07/11

Sesión de Psicoauditación

Médium: Raúl Caballero

Entidad: Eten-El, thetán de Raúl G.

Interlocutor: Raúl G.

El thetán respondió una duda del consultante respecto a una vida que relató en la sesión anterior en Aldebarán IV, profundizando en una descarga en particular sobre esa vida. Respondió un par de preguntas más del consultante. Después, relata una vida en Perú donde tuvo que matar a toda su familia para desapegarse y desprenderse de lo físico después de ser manipulado por el líder de su tribu.

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Respondió una pregunta sobre el cuerpo energético y la salud del 10%. Relató una vida en Suecia donde era tabernero y comerciante y sufrió daño emocional tras el encuentro con un marinero. Le afectó a su corazón y terminó desencarnando. Relató otra vida en otro mundo. Un mundo con dos continentes, el oeste era una zona rica y la este era una zona devastada. Ambas entraron en guerra hace como más de 500 años atrás y el oeste dejó devastada el este con distintas armas de tipo nuclear, excepto la capital, Erimea, quien estaba protegido por un artefacto defensivo que creaba una cúpula energética alrededor de la capital del este. El Oeste quería hacerse con el artefacto y por eso empezó la guerra. Vivió una vida como patriota encarnado en la región del Oeste, comenzó siendo soldado y finalmente se hizo agente especial infiltrado. Estuvo en las colonias destruidas del este donde se contagió por radiación de una enfermedad. Logró infiltrarse en la capital y estuvo viviendo con una identidad falsa durante algunos años. El médico le detectó una enfermedad incurable que cogió en las colonias y le descubrieron. Le había cogido aprecio a los habitantes y no quería destruirlos pero finalmente se infiltra y al cumplir su propósito muere en un tiroteo y la ciudad cae destruida por el oeste, pues la barrera se había desactivado. Prácticamente está clear.

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PRIMERA PARTE

Raúl C.: Bien, empezamos la canalización.

Raúl G.: ¿Hago primero preguntas y después dejamos que hable?

Raúl C.: Bien, está bien, ya verá el thetán si eso. Ya verá el thetán.

Eten-El: Estoy aquí nuevamente con el plano físico dilucidando interrogantes. He estado conceptuando con distintas entidades de luz, me siento muy mejorado porque es como que la vida que relaté anteriormente fue para mí muy caótica -rescatando una palabra vuestra-. Sé que mi 10% tiene dudas, puedes preguntar.

Raúl G.: Respecto a la vida que narraste ayer, me habías dicho que Arkham era un pariente que está encarnado ahora, ¿podría saber quién es?

Eten-El: Bien, es un pariente tuyo con el cual tienes o has tenido una fuerte relación, ¿bien? Tú sabes que has tenido familiares en varios lugares y que, de alguna manera, rescato de tu, digamos… No lo rescato de tu parte conceptual porque, de alguna manera, somos uno, pero que rescato de tu parte sentimental porque tanto vosotros como nosotros tenemos sentimientos y algo que no muchas veces se ha dicho es que el 90% puede captar, de alguna manera, los sentimientos que también tiene el 10%. Sé que has estado y que te has preguntado por tus roles como padre y también rescato que de ahí han habido vidas pasadas interesantes, ¿me explico?

Raúl G.: Sí.

Eten-El: Esto lo explico como curiosidad, como dato alternativo, como dato sugerente, ha habido algún enrama al respecto por esas personas y, de alguna manera, es como que cuando tienes cierta afinidad, empatía, con un espíritu se trata de coincidir con él en distintas encarnaciones, entonces, al conceptuar encarnar con la persona cabe aclarar que no existen los lazos kármicos y que si yo he hecho algo en una vida pasada no tengo que compensarle nada a la persona a la que le pude haber producido o realizado un acto hostil, esto hay que aclararlo. El rol de Arkham fue distinto tal vez porque me ayudó a ver, me ayudó a conceptuar, me ayudó a entender que había algo más allá de mi mismo y lo sabes porque en múltiples situaciones tú como parte encarnada has tenido dudas, en múltiples situaciones, y es como que el rencor que se me pudo haber generado en aquella vida, muchas veces se lo he ido transmitiendo a mis partes encarnadas a nivel de violencia, retenida, que en muchas ocasiones ha provocado problemas y era para mí excesivamente importante, digámoslo así, descargar, desconectar esa vivencia porque no era mi intención volver a transmitir más esa violencia a mis partes físicas futuras, por eso digo que para mí es un auténtico goce poder estar descargando estas vidas que me afectan y me condicionan tantísimo, tantísimo. Este rol de Arkham no solo me hizo ver, no solo me hizo sentir que había algo más, sino que además era como que cuando me crucé con él, cuando lo vi por primera vez, cuando él estaba en pleno campo de batalla era como que sentí que lo conocía, sentí una afinidad especial pues también ya había coincidido en varias veces más.
Y tú has tenido contacto con distintos roles en esta vida que han tenido roles anteriores que han encajado o coincidido con nosotros, hacia bien y hacia mal, que incluso nos han podido producir engramas, pero como no existen esos lazos kármicos que ya explicaba no existe ninguna cuenta pendiente, sino lecciones a aprender por uno mismo, pero de todos los roles con los que me he encontrado a lo largo de todas mis vidas y muchos seres encarnados es como que no entienden, ¿no? De alguna manera, el concepto espiritual porque tenemos una concepción distinta, como si vosotros viajáis a otro país y tienen unas costumbres gastronómicas distintas y, de alguna manera, lo que a vosotros os parece una delicia a ellos no les parece ni siquiera comestible, lo mismo sucede en el plano espiritual, nosotros tenemos unas vivencias, nosotros tenemos incluso unas ideas que luego desde el plano físico, como tenéis otras costumbres, no podéis verlas de la misma manera y eso es para mí una de las cosas más importantes, porque si bien has coincidido con tantísimos seres, Arkham para mí ha sido distinto porque me ha proporcionado una apertura emocional pese a no tener vínculos, pese a no coincidir con él en esa vida, porque es únicamente la vida en la que relaté me crucé con él un par de ocasiones, pese a todo eso me ha dado un sentimiento tremendo y una apertura de mente tremenda y el resto, lo dejo para que lo reflexiones porque es una persona tan importante, es un espíritu bastante afín y, después, hemos encarnado varias veces más, y antes también, juntos. Pero el rol, y sabes que nosotros en el plano suprafísico no tenemos roles, pero es como que de alguna manera me encariñé con el rol de Arkham, más que con el espíritu de esa persona. Por eso es tan importante lo que estoy diciendo en este momento porque estoy aliviándome de alguna manera de la carga que se me pudo generar en aquella vivencia cuando coincidí con ese rol y no pude ser sincero con él, no pude serlo y es un rol que no solo hemos coincidido varias veces pero es como que aquel rol era especial.

Raúl G.: Bien, gracias. Quisiera hacerte una pregunta muy curiosa pero que me produjo mucho temor hace unos cuatro o cinco meses atrás. En una oportunidad dejé un saco mío encima de una cama y cuando lo fui a coger a las dos horas o tres tenía una astilla de madera clavada en una de las solapas, por decirlo así, y eso me asustó mucho. ¿Podrías decirme a qué se debe eso, lo que ocurrió? ¿Fue algo energético? ¿Fue…? No lo sé.

Eten-El: Es fácil la respuesta, y además de que no le voy a dar demasiada cabida porque hay otras cosas más importantes que me gustaría decir pero que fueron directamente espíritus del error que provocando foco energético lograron ese suceso, ellos siempre están al acecho, entonces, con foco energético, algo que nosotros podemos hacer desde los planos suprafísicos pero que solo se encargan de hacerlo espíritus del error de los planos 2 y 3, sucedió.

Raúl G.: Gracias, quedó claro. Te hago solamente una pregunta más. ¿Tuve una encarnación femenina reciente? Porque siento que a veces como que me invade una personalidad en ese sentido, y muy fuerte.

Eten-El: Hemos tenido varias encarnaciones femeninas y bueno, obviamente, posiblemente haya que relatar algo pero no ahora. Te agradezco mucho la colaboración de las preguntas pues, inclusive, he podido descargar sobre la vida que ya relaté, ha sido especialmente importante para mí, pero nosotros los seres de luz muchas veces buscamos nuestra ayuda y la ayuda para los demás y vosotros podéis tener inquietudes o curiosidades que no siempre son útiles, ahora me gustaría relatar algo que en muchas ocasiones me pesa porque lo noto que forma parte de mí porque lo tengo muy arraigado.

Raúl G.: Bien, adelante te escucho.

Eten-El: Es algo complicado porque es una vida que además de que me generaron muchos actos hostiles, he generado yo muchos actos hostiles también. Desde el principio de los tiempos ha habido siempre chamanes, grupos, o seres que se han conectado de alguna manera con lo que vosotros llamáis lo mágico, lo paranormal, lo espiritual. Muchos de los grupos o chamanes han tenido contactos con espíritus del error, con demonios y se ha tergiversado tanto, tanto que me hace daño recordar lo que una de esas personas me hizo hacer en una vida anterior. He encarnado en la zona de Perú, he encarnado en una tribu de muy poquitas personas pero con una fuerte espiritualidad. Teníamos familias y, si bien aprendíamos el desapego hacia ellas, porque nos enseñaban los distintos jefes de las distintas tribus, nos enseñaban al desapego, a que todo lo físico tiene un límite, como aquello que enseñaba Siddhartha también tiempo atrás. Y el desapego para mí no era lo importante, siempre me había apegado mucho a lo material, todavía recuerdo que -rescato una expresión vuestra- yo era como la oveja negra porque me oponía a esa idea, me gustaba disfrutar, apegarme y disfrutar de todos los placeres físicos, para mí el desapegarse de un rol -porque solo cumple eso, un rol- no, no… Era negativo para mí eso, me sentía muy pero que muy bien apegado al plano físico, apegado a los roles. Veía al jefe de la tribu como mi propio padre, veía a mi esposa como a un rol importante como rol, como persona, recuerdo que en una de las ocasiones ya de manera bastante desesperada el jefe de la tribu me dijo algo, me dijo que lo verdaderamente importante era la esencia espiritual, que tenemos que aprender a desprendernos de lo material y que había cosas materiales que debíamos suprimirlas para aprender a valorar a los dioses. Yo tenía tres objetos materiales muy preciados, mis hijos y mi esposa, y he dicho objetos y está bien dicho porque así me lo transmitía él, decía que no nos podíamos apegar a nada, que si de verdad amaba a la tribu, si de verdad me amaba yo, si de verdad amaba a ellos debía desapegarme de la manera que fuese, incluso a costa de sus propias vidas.
Me sentí muy, muy mal, estuve varios días físicos pensando en el tema prácticamente sin poder dormir, tal vez me volví loco porque me sentía cada vez peor, peor. Era como un cruce de pensamientos, tenía que hacer algo y no quería, y cuando finalmente tomé la decisión me arrepentí mucho, mucho. Es cierto que me volví frío, es cierto que de verdad aprendí el auténtico desapego, no me mintió, pero aún hoy en día cuando repaso este incidente doloroso que hace daño, no quería hacerlo y… No quiero darle la culpa a los demás, sé que tengo que asumir mi responsabilidad. Afortunadamente, y esto se lo digo a mi querido 10% encarnado, lo verdaderamente importante es que somos otro rol y otro espíritu distintos al que éramos, tú como rol no tienes memoria de esos incidentes dolorosos que yo de alguna manera te transmito, yo como parte espiritual he cambiado muchísimo, he aprendido muchísimo, ahora quiero que me dejéis nada más un rato para pensar, un rato nada más, quiero gozar del alivio que siento en estos momentos, quiero dejar descansar al receptáculo y no agotarlo sobremanera. Siento un alivio verdaderamente enorme, enorme y, aunque ha sido poco, para mí ha sido muy intenso, le doy un consejo a mi 10%, vive de manera intensa pero sé feliz. ¡Hasta siempre, gracias!

Raúl G.: Gracias a ti.


SEGUNDA PARTE

Raúl Caballero: Sesión de psicoauditación.

Eten-El: Bien, puedes preguntar.

Raúl G.: Hola mi querido yo superior Eten-El, quería hacerte solamente una pregunta y después dejarte hablar lo que prefieras. Es referente al cuerpo energético, ¿podrías decirme si tengo bloqueos, o, algún tipo de bloqueo en el cuerpo energético? ¿Cuáles serían y cómo podría corregirlos desde ya? Gracias, después de eso puedes hablar lo que prefieras.

Eten-El: Bien, te voy a responder y automáticamente de terminar de responder relataré unas cosas que me gustaría decir antes de abandonar, digamos, este receptáculo porque no siempre tenemos la oportunidad de podernos comunicar de forma directa con nuestro 10% encarnado, por eso te agradezco tanto esta transmisión, lo he repetido varias veces porque me siento bien de poder comunicarme, de poder aliviarme gracias a ti, gracias al receptáculo y por eso me gustaría aprovechar estos últimos instantes para sentirme bien conmigo mismo y hacer que tú te sientas lo mejor posible.

Voy a pasar a responder la pregunta de forma rápida porque no quiero agotar en demasía este receptáculo. La respuesta a tu pregunta sería: sí tienes bloqueos, a veces el cuerpo físico… el problema es que decae y pasan los años y empieza a, de alguna manera, a desgastarse, a perder energía, a perder facultades y es como la materia, ¿no?, que de alguna manera también se desgasta. Concretamente tienes el aura, si bien está fuerte porque para lo que es tu edad física que ya, conceptúo, es bastante avanzada para lo que es vuestro mundo, es bastante… físicamente te capto con bastantes energías, sí es cierto que el aura está agotada -por llamarlo de alguna manera terrenal- y decaída, eso provoca pequeños bloqueos en algunos chacras, en algunos nadís que pueden provocar muchas veces fallos y en su mayoría provienen a la hora de captar distintas ideas en lo que vosotros llamáis el decodificador físico o córtex teniendo bastantes bloqueos a nivel cerebral, que no son bloqueos graves, pero que sí, de alguna manera, hay que trabajarlos a nivel cerebral y a nivel emocional en ese chacra del plexo solar, esas serían mis estimaciones al respecto. Lógicamente mis estimaciones las hago desde un plano maestro que no son las estimaciones que puede hacer un maestro de luz del quinto plano, un guía espiritual o demás. Eso es lo que tenía que decir al respecto querido, queridísimo 10% encarnado. Sé que me gustaría decirte, darte un discurso final porque sé que cuando relate lo que me gustaría relatar voy a dejar al receptáculo demasiado agotado como para poder dar este discursito, así que prefiero dártelo ahora.

Sé que te transmito algunos pesares que hemos desactivado y otros que vamos a desactivar ahora, pero sé también que tienes… que a lo largo de tu vida has tenido también un fuerte temperamento que muchas veces te ha ocasionado problemas pero dentro de lo que cabe te has comportado de manera pacífica porque conceptúo que has tenido momentos que tú has considerado bastante difíciles y muchas veces te has sentido bloqueado ante algunas circunstancias, has tenido fortaleza en algunas decisiones, pero has tenido también, no solo que has tenido una personalidad fuerte en distintas ocasiones, sino que en otras has tenido una personalidad débil hasta el punto que tus roles del ego te han frenado y te han hecho no jugarte, no atreverte a hacer determinadas cosas a cumplir con determinadas tareas y me gustaría que, como enseñanza final, decirte que confíes porque pese a que no puedas captarlo, pese a que los seres físicos no soléis captarnos, estamos siempre con vosotros, a cada momento, a cada segundo, a cada instante, estamos con vosotros, no solo transmitiendo ideas, no solo transmitiendo conceptos sino también enviando luz a vuestros cuerpos causales, enviando conciliación, paz, armonía, y cuando captas paz estoy yo detrás con nuestros guías, siempre te deseamos lo mejor querido 10%, nunca te rindas porque todavía, y a pesar de la edad, tienes mucho por brindar porque tienes mucha experiencia, porque tienes muchas cosas aprendidas porque te has ido encontrando con gente que te ha ido dejando enseñanzas que más tarde has aplicado a tu favor; y una facultad que tienes queridísimo 10% es que sacas el punto positivo a las enseñanzas, eso es muy importante para ti y para mí porque me transmites a mí como 10% las ganas de querer hacer, las ganas de querer aprender y yo en el plano suprafísico sigo aprendiendo gracias a eso, sigo aprendiendo gracias a eso.

Somos uno y como uno que somos estamos conectados a cada instante, a cada minuto, a cada segundo, somos uno, siempre, no lo olvides querido Raúl, somos uno, siempre estoy contigo, siempre, esa es la enseñanza, ese es el mensaje. Gracias por haberme permitido todo este tiempo comunicarme, por haberme permitido que descargue, muchísimas gracias de verdad.

Raúl G.: Gracias a ti por haberte presentado y haberme dado todos esos consejos.

Eten-El: Ahora procedo a explicar la vivencia que quería relatar, he tenido varias más, no es cierto que con esta vivencia quede, como vosotros llamaríais clear, pero sí que de alguna manera quedaría 95% clear quedándome un 5% de carga engrámica que vendrían de otras pequeñas vivencias que no voy a poder relatar en este instante pero que podríamos relatarlas en otros momentos, serían pequeñas vivencias lo que me quedaría, aparte de esto que ahora quiero explicar porque lo pasé mal, lo pasé muy mal. Me gustaría contar dos cosas muy rápidamente, tuve una vida en Suecia donde fui comerciante, comerciaba con distintos tipos de bebidas, tenía una taberna, había mucho comercio. Recuerdo, visualizo, los muelles llenos de gente, las tabernas llenas de gente que contaba sus más hazañas en los mares y yo tuve una vida, como vosotros llamaríais normal, tranquila, pacífica hasta que tuve un encuentro que me cambió y que, todavía ahora, como entidad espiritual me recorre un sentimiento negativo. Recuerdo que en esa vida me llamaba «Robert Soberson» y que tuve muchísima suerte de conocer a una familia que me quería, que me respetaba, que me amaba por todo lo que hacía. Yo era una persona bastante formal que creía en entes de otros mundos, algunos me daban la razón, otros no, y tenía una familia normal, tranquila, que era muy amable también con los demás. Mi esposa se llamaba Elisa y teníamos también dos hijos, uno masculino, otro femenino y el masculino se llamaba Robert, como yo, y la femenina Alice.

Éramos una familia feliz, aparentemente. No, aparentemente no, éramos una familia feliz porque por dentro lo éramos todavía más incluso que por fuera, no había discusiones, teníamos una fuerte confianza los unos con los otros, éramos prácticamente uno, ellos confiaban en mí como cabeza de familia, sabían que era responsable, sabían que quería lo mejor para ellos, yo nunca los eduqué mal, yo nunca los maltraté, nunca les dije nada negativo y tuve una vida que, de alguna manera, fue muy pacífica. Entonces os preguntaréis por qué la estoy relatando, y la respuesta es, porque me generó un fuerte engrama a raíz de un encuentro que tuve con una persona que me cambió algunas maneras de actuar, algunos comportamientos que provocó la no aceptación de algunos miembros de mi familia. Recuerdo que mi fabulosa esposa y mi hija no aceptaban ese cambio que pude tener, eso lo recuerdo perfectamente, lo que tal vez no recuerdo tanto fue el encontronazo que tuve con esa persona que me marcó porque, tal vez, mi propia mente conceptual lo reprime, lo esconde. Mi querido maestro Johnakhan dice que tenemos que dejarnos fluir para ser uno mismo, para no distanciarnos con nuestro rol, y el maestro Ro-El-Van dice que ese rol es importante volver a vivenciarlo para entender que algunos comportamientos que le transmito a mi parte encarnada provienen de mi mente subconsciente, mi mente subconsciente porque como ser espiritual también tengo mente subconsciente porque a veces reprimimos, sin querer, algunas sensaciones, algunos sentimientos o algunas situaciones.

Tuve un encontronazo con un marinero, él era de muy avanzada edad, parecía capitán, él era de facciones muy serias ya con avanzada edad y con pelo un poco canoso, como blanquinoso, no veía bien de los ojos y tenía una persona al lado que le ayudaba a distinguir algunas cosas, como una especie de ayudante, pero, a su vez, era capaz de ver más allá de lo que veía en sus ojos. Me mira y me dice, tu vida va a cambiar, no vida física, sino tu vida espiritual. Le miro extrañado que hable sobre temas espirituales, le digo:

-¿Qué sabes vos que no sepa yo? Porque vos sois capitán de barco, digo yo, entonces, ¿qué os han enseñado las olas espiritualmente hablando?

Él, de forma muy concreta y directa me dice:

-Me han enseñado o me han revelado lo que vas a ser.

Como hablándome de futuro, y si bien realmente como seres espirituales sabemos que no se puede revelar el futuro, yo vivenciando ese rol, no lo sé. Estuve hablando con él durante aproximadamente 45 minutos físicos en la taberna.

-Vas a cambiar porque vas a desconfiar, tu familia no te va a entender, vas a cambiar porque percibo que hay algo más allá en ti. Hoy puedes ser un hombre de provecho, quién sabe lo que vas a ser mañana en una vida espiritual distinta.

Recuerdo que fue la única vez que alguien logró sacarme de mis casillas, como decís vosotros, haciendo alusión a la mente reactiva que se apodera del ser.

Lo eché de la taberna, me dijo su ayudante:

-No sabes lo que has hecho, es un hombre influyente, vas a tener problemas.

Lo percibí como una amenaza seria y me preocupé, ese hombre parecía saber más que yo, ese hombre parecía un pobre infeliz desafortunado que deseaba el mal a los demás, pero, ¿por qué solo a mí? ¿Por qué me lo dijo solo a mí? ¿Tendría don? Y si capaz que no me van a aceptar, y si a lo mejor no soy tan valioso como yo pienso, ¿y si en otra vida espiritual, como él decía, no vuelvo a ser el mismo? Me apegué nuevamente a un rol, quise ser yo, y no quise saber más de temas espirituales, nunca tuve problemas con esa gente, fue solo una amenaza estéril, nunca me sucedió nada, aunque me asusté en el momento, poco a poco fui perdiendo el miedo pero con el tiempo me fui sintiendo cada vez más solo, lo hablé con mi familia y no entendieron. Dos miembros de ellos, mi mujer, me dijeron que no creyera a todo el mundo, yo le dije:

-Ya no creo en nadie.

Ella me decía:

-Sé tú mismo.

Y fue la única discusión que tuvimos que de alguna manera me afectó, recuerdo, en esa encarnación, en mi parte del corazón. Terminé desencarnando por culpa de eso al cabo del tiempo, porque algunas vivencias negativas nos afectan al cuerpo físico, digo físico porque estoy encarnado actualmente en el rol de Raúl y cuando nos afectan a nivel físico algunas vivencias se nos quedan grabadas a flor de piel aplicando, bien aplicado, a este ejemplo y es como que ya nunca se olvidan, desencarnas y, como estabas apegado a ese rol y no querías saber nada de temas espirituales, bajas de nivel por la densidad misma que me provocaba el apego propio a ese rol y ver lo equivocado que estaba como un tonto en esa vida. Y ahora me siento mejor después de haberla repasado.

Doy las gracias a mi receptáculo y a mi 10% Raúl por haber permitido esta descarga y me gustaría relatar otra cosa, otra descarga, otra vivencia, una vivencia, tal vez, más detallada con dolor desde el principio, una vida en otro mundo. Fue una vida en una estrella gigante azul de muchísima mayor temperatura que vuestro Sol, era el tercer mundo de esa estrella, nosotros la llamábamos -nosotros en nuestro idioma la llamábamos- Ersún, y a nuestro mundo lo llamábamos Ersumén. Er quería decir estrella en nuestro idioma, era un mundo con, aproximadamente, la mitad de habitantes de vuestro mundo y había como dos hemisferios o como dos zonas -mejor dicho- separadas. La parte oeste era rica, la parte este estaba devastada hacía de mil a quinientos años atrás nuestros, no vuestros. En ese hemisferio habían estado en guerra, el oeste la «ganó» entre comillas porque en las guerras nadie gana, todo el mundo pierde, la guerra es como que se libró en el lado este que es como que era el continente más grande, y en el medio había un pequeño mar y estábamos con mucha riqueza donde yo encarné, en la parte oeste. Yo estudiaba en los distintos centros muy similar a lo que vosotros llamáis centro de estudios institutos, universidades, escuelas, estudiábamos lo que vosotros llamaríais historia, en ella se repasaban los hecho de la anterior guerra, se estudiaba que el oeste intentó invadir al este. Que el este resistió con lo que pudo y finalmente sucumbió pese a que el oeste era un lugar más pequeño a nivel territorial había un mayor desarrollo tecnológico aunque no era demasiado destacado porque la guerra duró incluso cientos de años habiendo muertes y más muertes, la gente huía de esos lugares. Empezó la guerra por el lugar más cercano al mar y continuó extendiéndose hacia el interior de ese continente este. Cada vez se extendió más la guerra, cada vez se extendió más el caos y la gente se iba alejando de oeste a este como nosotros íbamos avanzando con nuestros ejércitos; teníamos potentes bombas nucleares, teníamos misiles de alto potencial, teníamos máquinas muy similares a vuestros aviones que bombardeaban la zona de forma constante, ellos también tenían bombas, aviones, pero únicamente intentaban defenderse. Y muchos se preguntarán por qué la guerra, la guerra se desató por una tecnología, no por armas, no por petróleo como en vuestros tiempos, sino por un artefacto, un artefacto legendario dejado por los antiguos dioses, un artefacto que evidentemente no era humano y se parece a vuestras guerras que muchas veces empiezan por armas porque se puede considerar un arma el artefacto, al menos un arma defensiva. El artefacto era de origen extraterrestre, tiempo atrás la civilización del este logró tener contacto con alguna raza superior -por raza superior entendemos de otro mundo más avanzado- y lograron extraer esa tecnología. Era un pequeño artefacto más o menos del tamaño de una pierna, de la altura de los seres de vuestro mundo, un artefacto que desprendía luces y que de alguna manera siendo activado producía un campo energético que protegía la capital a la que ellos llamaban Erimea, Erimea era algo así como estrella naciente traducido para vosotros; la capital estaba absolutamente protegida y nuestra preocupación a medida que avanzábamos era cómo librar ese campo energético. Íbamos avanzando aunque nos costaba mucho porque tenían armas poderosas pero nosotros nos reuníamos en consenso, en reuniones, estudiábamos mediante nuestra física qué podemos hacer cuando nos acerquemos para tumbar esa barrera.

La guerra se paró, la guerra se frenó, todo el continente del este quedó devastado salvo la capital, Erimea, que quedó absolutamente nueva. Sería muy curioso y un auténtico enigma para vosotros, que muchos de vosotros dudáis de seres de otros mundos, y cuando se dice que visitan Sol 3 pensáis «sí hombre, van a visitar precisamente nuestro mundo». Sí hay otros muchos mundos también visitados y sería para vosotros un enigma estar viviendo en ese mundo y ver como todo el continente del este está arrasado salvo una ciudad que además tiene enormes rascacielos, que además está absolutamente intacta, similar a lo que fue vuestra Atlántida veinte mil años atrás. Pero no se trataba de una ciudad flotante, de una ciudad en el agua, se trataba de una ciudad en un continente, una ciudad que aparentemente entrabas y no había nada extraño, pero ese artefacto era capaz de activarse cuando detectaba hostilidades de manera automática o los seres que gobernaban la ciudad eran capaces de activarlo de manera que detectaran mediante radares alguna amenaza. Como dije yo nací en el oeste, por eso hablaba todo el rato de nosotros refiriéndome a que los de mi continente arrasaron a los del continente del este y nosotros estábamos en esa época en la que encarné ya con más de quinientos años desde la gran guerra, la ciudad todavía seguía intacta y todavía los nuestros seguían con la idea de cómo tumbar esa barrea; se probó con misiles, con bombas, pero no la penetraban, y esto lo estudiaba yo en una materia de clase que llamábamos historia como vosotros.

Yo quería ser alguien de provecho y, ya entrando en mi vida, fui aprendiendo. Mi nombre en aquella encarnación era Enen y tenía un fuerte espíritu patriota, le quería ser útil a mi continente, que al fin y al cabo, era todo un país. Me alisté a las fuerzas especiales, a aprender a utilizar armas de fuego, me enseñaron defensa personal y a luchar con distintas armas, me enseñaron a respetar a todos los que fueran de mi continente y a odiar a todos los que fueran del continente vecino y con el paso del tiempo es como que me fueron implantando un rencor tremendo hacia los que eran esos seres del este. Nosotros empezamos a crear colonia en el continente del este que ya habíamos arrasado, estuvo como más de quinientos años tras la gran guerra inactiva esa zona y vosotros os preguntaréis por qué no construíamos nada, ninguna civilización, como para acercarnos a la capital en esa tierra y por qué empezamos a construirlo quinientos años después. La respuesta es simple, había quedado toda la zona radioactiva a través de las distintas bombas lanzadas durante la gran guerra, a medida que la radiación se fue limpiando fuimos asentándonos en esas bases. Sé de varios soldados que fueron llevados a esas bases y que lo pasaron verdaderamente mal porque era un lugar caótico, prácticamente no había agua que no estuviera contaminada, todo era desértico, no asegurabas construir un edificio y que no se derrumbara a los dos días por las malas condiciones, además había animales que habían mutado de alguna manera por culpa de la radiación y que podían ser peligrosos, muchos se ocultaban en la arena. Fui enviado a distintas guerras contra la capital a través de naves como vuestros helicópteros, tuve varios enfrentamientos contra las fuerzas hostiles de la capital de Erimea y tuve enfrentamientos muy tensos en los cuales nos jugábamos la vida yo y los míos en los cuales he visto amigos morir. Con el tiempo me designaron como miembro de elite de las fuerzas especiales encubiertas y me quitaron de las fuerzas especiales armadas, era una especie de espía o detective privado y se me encomendó una misión importante, infiltrarme en la capital y descubrir los códigos secretos que mantenían el mecanismo activo o alerta digamos. Los del consenso se dieron cuenta de que la única manera era camuflándose, no se podía entrar por la fuerza y los distintos enfrentamientos armados se hacían fuera de la capital, fuera de las murallas, digamos así, murallas por llamarle de alguna manera a esa cúpula energética de la capital. Fui enviado a distintas colonias del continente del este, colonias en las que prácticamente no había agua, no había alimento, fui afectado por radioactividad y me empecé a sentir bastante mal, estuve aproximadamente un mes vuestro sin poder trabajar; fui destinado a las colonias para ir infiltrándome poco a poco, si me dejaban con algún tipo de nave, nos detectarían y abatirían. Me recuperé el estado físico de seguir trabajado, sacando información, fui acercándome y finalmente logré mi propósito que fue infiltrarme en la capital, logré superar la muralla de energía sin ningún problema porque no me detectaron como amenaza ya que me tuve que vestir como uno más de la capital, me hice pasar por soldado le quité la vestimenta a uno de los soldados caídos en las escaramuzas que habían fuera. La barrera detectaba rápidamente y era capaz de detectar si las prendas de ropa pertenecían o no a la capital. Pude infiltrarme aunque fuera habían guardias, les enseñé la documentación del guardia caído, me permitieron entrar, no había problemas. Estaba conectado a una especie de aparato que era una especie de… como vuestros celulares que de vez en cuando me permitían conectarme, era muy pequeño y lo lograba ocultar. Fui a la sede central, me impresionó al hacer «turismo» entre comillas por lo que era la capital con grandes rascacielos como si nada nunca hubiese sucedido, parecía una ciudad de ensueño, lo parecía de verdad, los habitantes eran muy amables y no querían nada de guerra, no querían guerra, querían paz. Fui a la sede central y me dijeron que no tenía autorización para entrar, que necesitaba la autorización expresa de un dirigente mandatario del gobierno. Yo llevaba dinero, que también nos manejábamos con algo similar, que pude extraer del cadáver del soldado y logré hacer vida allí, además que me dieron dinero falsificado que no detectaron desde el Gobierno de mi continente, y me fui encariñando con el entorno. Alquilé una propiedad y estuve viviendo allí durante muchos años, me comunicaba todavía a veces con mi continente y les decía que todavía no había logrado acceder a la base de datos gubernamental, y es como que tenía una vida tan buena en ese lugar que el patriotismo se me fue yendo y se me quitaron las ganas de destruir la ciudad, de destruir a sus habitantes, no quería hacerlo, no quería hacerlo. Tampoco podían amenazarme desde mi continente porque no podían entrar a través de las barreras y pocos eran suficientemente fuertes y valientes para lograr lo que yo hice de infiltrarse dentro puesto que estar un tiempo en las colonias del oeste era poco menos que una tortura debido a la radiación que nos afectaba al cuerpo en múltiples enfermedades. Vi a amigos caer por distintas enfermedades también. De repente me noto débil y cada día un poco más débil. Viví durante años con una identidad falsa de un soldado caído, pero los soldados no tenían familia, ni nadie que los reconociera, tenían una vida distinta alejada de todo apego para impedir que los apegos afectaran a su vida como soldados, entonces vivían solos, lo cual me facilitó las cosas pero me fui sintiendo débil, como decía, fui a un médico de la ciudad que me dijo que tenía una enfermedad incurable debido a la radiación y que iba a morir en poco menos de dos meses vuestros. Esto sucedió porque la enfermedad que me afectó en aquel momento aún estaba latente, entonces tuve dos problemas, el primero, iba a morir pronto. Mi parte patriótica me decía, puedo llevar a cabo mi misión, salvar a mi continente, salvar a mi país, pero la otra parte me decía que amaba el lugar y tuve dos problemas, el primero, esa duda, esa doble cuestión y la segunda que me detectaron, porque las enfermedades radioactivas tienen que haber venido del oeste, en el continente del este, la parte oeste donde teníamos nosotros colonias. Entonces, como no estaba permitido que nadie saliese de la ciudad salvo los soldados, que tampoco podían adentrarse en zonas radioactivas sino al borde de la ciudad, enseguida pensaron que yo venía del oeste y que yo era un espía.

Recuerdo que una de las veces, yendo por la calle, me apuntan con cuatro armas de fuego parecidas a vuestras pistolas automáticas. Salgo corriendo y me oculto donde puedo, trato de ir oculto al más estilo de vuestras películas de espías, de agentes infiltrados, algo que se me daba especialmente bien, no me lograban detectar, me colaba por túneles de ventilación, por salas ocultas, me ocultaba muy bien y pese a que había vigilancia extrema fui abatiendo uno a uno a los soldados, robaba sus armas, sus placas, sus tarjetas llave que me permitían acceder a pisos posteriores de la edificación principal gubernamental. Y, tal vez, fue mi espíritu patriótico el que no tenía otra escapatoria, la que me hizo que, antes de morir agujereado a disparos o antes de morir por la enfermedad, tenía que cumplir la misión. Me colé en la sala principal, lo logré finalmente, estuve aproximadamente seis horas vuestras en lograr acceder a esa sala, debatiéndome entre la vida y la muerte constantemente una y otra vez. Intenté descifrar en la base de datos como para desactivar el sistema pero no sabía cómo hacerlo, no entendía nada, era tecnología avanzada. A mi país le interesaba esa tecnología, yo no era quien para destruirla. Tenía un pequeño aparato que podía transportar software como vuestros disquetes o CD, o DVD; pude introducir virus en las bases de datos, unos virus muy fuertes que borraron todo el sistema. La cúpula energética se desactivó. En los últimos instantes me detectaron dentro de la sala, sólo podía ser yo quien hubiese hecho eso y a la vez en la que me mataban a disparos era como que la ciudad se destruía por nuestro ataque.

-Je, – esbocé una sonrisa- lo he logrado.

Fueron mis últimas palabras. Fui un héroe para mi país una vez muerto, con monumentos, pero una vez desencarnado en el plano espiritual me sentí tan mal, me sentí con tanta culpabilidad que bajé al plano 2, con tanta culpabilidad por haber hecho daño, por haber destruido un país entero, ¡yo fui el responsable! Y yo amaba esa ciudad, me encariñé con la ciudad y eran MUY pacíficos.

Gracias al receptáculo, gracias a ti 10%, necesito irme, la energía es demasiado elevada para que la soporte el receptáculo, su temperatura es demasiado elevada en estos momentos y no quisiera calcinarle. Hasta todo momento, MUCHAS GRACIAS, MUCHÍSIMAS GRACIAS por toda la ayuda.

Raúl G.: Muchas gracias a ti.

Eten-El: De corazón, gracias.

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.