La Desidia y Evasión

Hoy me gustaría hablar de la desidia y la evasión. Cuantas veces vemos personas con grandes cualidades, que solo se dejan estar o trascurrir. Pierden de vista que tener una o muchas cualidades no significan nada si no las trabajan, las refinan o mejoran en el día a día, sobre todo si de ellas depende su sustento. Esta supuesta persona estaría entrando en desidia, se está dejando estar, está dejando pasar su oportunidad de mejorar.

Pero que ocurre con las personas que conociendo sobre los roles del ego o sobre la mente reactiva, simplemente se dejan estar, se colocan como observadores de sí mismos, pero no para verse y trabajar los puntos flojos, que dicho sea de paso, todos tenemos, sino para simplemente dejarse estar, seguir con la inercia, en definitiva mostrar una total apatía hacia sus roles del ego o manipulaciones de su mente reactiva.

Cómo podríamos llamar esto, solo desidia o desinterés hacia lo que nos pasa, hacer la vista gorda. Entonces preguntaría: ¿Cuál sería la postura contraria a la desidia?

Sería hacernos cargo de nosotros mismos, tratar de mejorar en el día a día, no dejar pasar las oportunidades de vernos objetivamente. Tomar consciencia de lo que nos molesta y tratar de cambiarlo, integrar nuestros roles del ego, que tanto daño nos hacen. No continuar con la inercia pasiva, sino ponerse en movimiento hacia algo mejor, hacia un estado mejor, hacia una mejor versión de mí mismo. Hoy mejor que ayer, pero mañana mejor que hoy. En definitiva, tiene que ver con asumir la responsabilidad de nuestra vida.

Algo distinto a la desidia, sería la evasión. La evasión está vinculada a la incapacidad de confrontar con nuestros miedos, es escapar de situaciones del día a día que nos dan mucho temor. El problema es que nunca podremos escapar de ello, la vida nos pondrá una y otra vez en el mismo escenario, en distintos lugares, con distintas caras, con distintos nombres, todo se repetirá una y otra vez.

Entonces ¿no hay salida? Sí la hay!! Superar los miedos, de a uno a la vez, según se nos presenten. Cuando hablo de los miedos, muchas veces hago esta pequeña analogía:

Los miedos para nosotros son como enormes montañas, pero en realidad son solo pequeñas piedras en el camino, que proyectan una gran sombra. Pero para descubrirlas por lo que realmente son, tenemos que atrevernos a atravesar esa sombra. Solo atravesando o confrontando, lograremos correr la montaña y ver la piedra, cuando esto ocurra, solo será una piedra, solo eso.

Evadir, solo sería esquivar la sombra, no atrevernos a ir más allá, en este caso la mente reactiva habrá ganado, nos habrá mostrado en una fracción de segundo, infinitas posibilidades, posibles realidades, todas horribles, todas muy perjudiciales. Pero, son solo susurros de nuestra mente reactiva, por más imaginación que tengamos, por más pensado que sea el movimiento, la vida tiene infinitas variables y algo es seguro, cuando demos el paso, siempre nos sorprenderá y veremos que nuestros mayores miedos fueron infundados, completamente irracionales.

A medida que nos animemos a salir de nuestra pequeña caja de confort, veremos que no hay límites, los límites los ponemos nosotros y así como lo ponemos podemos correrlos o sacarlos, solo dependerá de nosotros. Comprender esto da una enorme libertad, y también nos hace cada vez más conscientes de nuestra propia responsabilidad hacia esto tan mágico que llamamos vida.

Gracias por su tiempo.