Continuación de la reflexión anterior: De nuestra Esencia.
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Hay muchísimos libros en los cuales se habla del llamado Plano Astral. Un mundo de sueños donde todo es posible. Y el discernimiento difícil. Personalmente he tenido bastantes experiencias en este Plano. Es difícil distinguir lo que es creado por uno mismo, lo que es creado por otros y lo que es compartido por todos. Un mundo donde parecen coexistir entidades creadas por nuestros pensamientos más inconscientes así como por entidades independientes que parecen transitar y trasladarse a través de los sueños ajenos.
He dejado caer que dentro de Eón, de su pensamiento, su onda pasaría por diferentes estadíos o fases hasta el cuerpo de Eón ( Universo físico) formando los llamados Planos vibratorios. Es decir, que en el propio proceso mental por el que se transcurren los pensamientos de Eón se formarían los llamados Planos de vibración
Vayamos más allá…
¿Y nosotros? ¿Y nuestros pensamientos? ¿Pasarían estos también por diferentes estadíos creando Planos de vibración? La respuesta, de acuerdo al principio mental, sería afirmativa.
Volvamos a nuestra “burbuja” dentro de la inmensidad de Eón:
Nosotros, dentro de una pequeña parte de Eón también tenemos la esencia de crear. Al menos, en una escala mínima dentro de la mente de Eón. Hablamos de cientos de millones de entidades proyectando su propia energía. Cientos de millones de consciencias que vibran en diferentes planos de vibración proyectando y pulsando sus propias ondas… Y cada entidad con sus engramas, roles y condicionamientos internos.
Ya no hablo sólo de nuestra propia proyección sobre nuestros cuerpos físicos como comenté en la reflexión anterior, sino en el PROCESO POR EL QUE PASAN ESOS PENSAMIENTOS de cientos de energías. De como se comparten pensamientos y burbujas con otras entidades. De un inconsciente colectivo latente. Una eterna lluvia de cientos de ondas o pensamientos que terminan acoplándose entre sí, formando o siendo parte de un plano de vibración dentro de la mente de Eón.
Lo dejé caer antes. En esos pensamientos compartidos está la clave para entender diferentes Planos de vibración. En esos pensamientos que coexisten y se comparten, en su mayoría inconscientes y movidos por cientos de apegos, roles y deseos está la clave para entender el llamado Plano astral o mundo de los sueños.
Es decir, la formación del Plano astral o Plano de los sueños, no sería más que la composición y acoplamiento de miles y miles de pensamientos coexistiendo a la vez. Serían una Co-creación en el proceso por el que pasan los pensamientos de millones de entidades. Un plano que se moldea constantemente a causa de cientos de entidades pulsando y proyectando de manera inconsciente sus apegos y emociones. Una eterna lluvia de millones de burbujas u ondas acopladas unas con otras creando un espacio. Todas dentro de un espacio o mente aún mayor, la de Eón.
Ondas fugaces, ondas acopladas a consecuencia de una eterna lluvia de emociones y pensamientos similares.
Estaríamos hablando de una consecuencia directa del Principio hermético de Generación (creación) en uno de sus estadíos (Plano Astral) antes de llegar al Plano físico.
Llegados a este punto cabría hacernos la siguiente pregunta: ¿Llegarían esos pensamientos al Plano físico? ¿Llegarían a tener forma en el Plano físico o se quedarían ahí en ese plano astral?
Es difícil de responder. Algunas escuelas lo han atribuido todo a un principio de atracción y de poder cambiar el universo a nuestro antojo… Pero son cientos de millones de energías intencionando pensamientos, pulsando según sus deseos. Cientos de apegos y roles de otras vidas. ( Quizás, en otra reflexión explique esto con mayor profundidad).
Sin embargo una idea es clara: Si la propia consciencia se pierde en el mundo de sus propios pensamientos sin llegar a un fin concreto o no llega a sentir sobre su propio cuerpo…¿Cómo va a poder influir y proyectar sobre su entorno, en la mente de Eón?
Humildemente creo que debemos empezar a comprender el principio mental dentro de nosotros mismos y no tanto desde el punto de vista de cambiar el entorno como algunas escuelas espirituales nos han hecho llegar. Debemos llegar primero a nuestra esencia y, desde ahí, hacer un foco o una intención libre de todo condicionamiento.
Desde una perspectiva de nuestros cuerpos físicos, a medida que fuéramos abandonado todo tipo de Roles y deseos egoicos nos iríamos separando de todo tipo de creaciones inconscientes. A medida que fuéramos dejando nuestros deseos más mundanos seríamos capaces de distinguir nuestros pensamientos y emociones de las de los demás. Ya no nos identificaríamos con la forma propia de los planos más densos de la que están hechos los sueños. Esa es la verdadera razón por la cual muchos empiezan a intuir la llamada matrix o mundo ilusorio. Iríamos dejando de lado nuestros deseos compartidos, nuestras emociones inconscientes y llegaríamos a nuestra propia consciencia. Llegaríamos a nuestro ser o individualidad.
Entonces más tarde sí hablaríamos de cambiar nuestro entorno. Pero ya no lo haríamos desde el sentido egoico de desear o pedir para nuestros propios fines, sino desde un respeto y comprensión profunda de lo que es la propia Creación.
El que mira fuera sueña, el que mira adentro se despierta.-Carl Jung.
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