Fecha: 02/04/17
Medium: Raúl Caballero
Interlocutora: Laura Castelló
Entidad que se presentó a dialogar: Ariand-El, thetán de Emmanuel
Comenta el trabajo interno que realiza su 10% en el día a día y cómo se siente. Explica que su 10% tiene el don de la curiosidad, una virtud que nunca debe de perder. Posteriormente relata un engrama en Japón como Yoshida Hashimoto, en la cual no se sentía comprendido.
Laura: ¡Bienvenido!
Ariand-El: Te agradezco, te agradezco enormemente interlocutora, sobre todo porque conozco a tu Thetán que sé que es un ser de luz y es para mí un placer poder dialogar directamente contigo.
Laura: ¡Gracias! ¿Qué tal, cómo estás?
Ariand-El: Los condicionamientos en el plano espiritual es como que nunca cesan. Puedes intentar sobreponerte a las situaciones, puedes intentar integrar los roles del ego, pero como siempre comenta este querido receptáculo, hay que estar permanentemente alerta y eso es algo que sucede también en el plano espiritual.
Hay varios de vuestros autores que afirman que en el plano espiritual no existe el ego, y cómo de equivocados están porque es uno de los lastres más importantes en el plano espiritual.
Sé de entidades espirituales maestras que han bajado de nivel por el ego. Muchas veces el ego ha aparecido en el mismo plano físico teniendo un 10% encarnado, porque el plano físico, como siempre comenta el querido Johnakan Ur-El, es un pozo gravitatorio, entonces es como que te jala para abajo y después arrastras a tu Thetán que directamente baja de nivel.
Hay otros maestros que han bajado de nivel directamente porque han sido poseídos por el ego desde su plano. Aunque generalmente son más los casos en los que bajan de nivel por tener un 10% encarnado que directamente comienza a ser presa del ego.
Al no tener ningún tipo de memoria reencarnativa es como que sois más vulnerables, más frágiles.
Mi 10% encarnado siente que tiene que tratar de dominar el ego, siente que es una “batalla constante” contra el ego, aunque él sabe bien que no es una batalla porque contra el ego no se enfrenta, se confronta.
Sabe perfectamente que no se trata de una batalla campal, pero es figurativamente como para que lo entendáis, que es como esa batalla que nunca termina. Él sabe que hay que intentar dar un paso en adelante cada día de la vida.
Pero también es consciente de que a veces das un paso hacia adelante y dos nuevos hacia atrás, entonces es como que retrocedes, es como que te retrasas y muchas veces incluso retrasas a la gente de tu alrededor que trata de crecer a tu lado.
Él entiende que sus limitaciones existen, y de que muchas veces es frágilmente susceptible por el entorno, pero porque el entorno muchas veces no se puede controlar. Estamos hablando de situaciones que muchas veces no dependen de uno, sino que dependen de terceras personas.
Esas terceras personas pueden tener el rol que quieras, el rol de amigo, los roles de familia, no importa qué rol. Al final es como que uno solo puede controlar lo que depende de él, pero no puede controlar lo que depende de otro.
Incluso las situaciones que a uno le sucedan provenientes de otros tampoco se pueden dominar, porque aunque me afecten a mí directamente, si dependen de otra persona muchas ya no las voy a poder evitar.
Pero lo que puedo evitar es que me dañen, en mayor o menor medida puedo evitar que me dañen.
Mi 10% encarnado utiliza “cúpulas” de energía, entre comillas, aislante. Como que muchas veces trata de despersonalizarse ante las situaciones.
Pero él sabe que la vida física se tiene que vivir de forma física, que por mucho que te trates de despersonalizar, siempre un rol es un rol, y el daño está ahí, nadie es un robot. Nadie es tan impersonal como un robot, sois personas y como personas sufrís.
Mi 10% es una persona también, está en la búsqueda, en la búsqueda del camino. Él es curioso por naturaleza, trata de estudiar, trata de investigar, trata de aprender. Y está bien que así sea ¿no?, porque la curiosidad es una sensación hermosa, que yo le pediría a mi 10% que no la pierda jamás.
Pero quisiera que interactúes también conmigo, quisiera que no sea un monólogo sino una especie de diálogo porque me encantaría poder dialogar directamente contigo, querido 10% de Lianam-El.
Laura: Está bien. Te doy toda la razón en cuanto al tema de la curiosidad, que es muy importante estar en el camino y estar continuamente en la búsqueda, ¿no?, es muy importante eso. Y bueno, no sé qué más decirte de momento.
Ariand-El: Bueno pero está bien que vayamos dialogando. Creo que es importante entender que las limitaciones del plano físico condicionan directamente al thetán. Muchas veces me ha bajado de nivel el notar a mi 10% mal.
Laura: Es inevitable eh, también hay veces que es difícil despersonalizarte, pero depende en qué situaciones y qué cosas.
Ariand-El: También desde el plano espiritual uno tiene que tratar de despersonalizarse, como intenta mi 10% en el plano físico, pero a veces es muy complicado. A veces es como que mi 10% es mi 10% y soy yo, y si él sufre y a él lo dañan, es como que me sufre y me daña a mí también.
Laura: Claro.
Ariand-El: Si tengo vidas dolorosas, de alguna manera, es irremediable que por mucho que trate de despersonalizarme le voy a ir trasladando atisbos de eso a mi 10%.
Encarné en Japón, una vida que tuve en la zona actual de Kioto. Tenía una familia que era pescadora.
Laura: ¿Cuándo fue?
Ariand-El: En 1857 fue el momento en el que encarno.
Laura: ¿Fue la última encarnación previa a esta?
Ariand-El: Hubo otra después. Yo desencarno en 1907, o sea que desencarno bastante joven. Desencarno por un problema bronquial, me trataron con distintas plantas medicinales, con distintos brebajes pero no lograron más que alargarme la vida unas horas.
Mi familia era muy humilde, yo vivía con 3 hermanas más, con padre y con madre.
Laura: ¿Cómo te llamabas?
Ariand-El: Mi nombre era Yoshida. Yoshida Hashimoto era mi nombre completo. Aunque en Japón se utiliza primero el apellido y después el nombre. En esa vida era como que sentía que no me comprendían.
No me comprendían porque mi forma de expresarme… no quiero decir que era más profunda porque tal vez eso hablaría en demérito o en desmedro de ellos, pero sí era como… tampoco voy a decir más rica.
Laura: Igual ellos eran más superficiales quieres decir.
Ariand-El: Tal vez, tal vez. Y no eran excesivamente superficiales. Digámoslo así: eran personas que se interesaban por el otro, pensaban en el otro, no eran personas sumidas en el ego.
Pero yo iba como más allá, era como que me hacía cuestionamientos, ponía en jaque todo lo que habíamos aprendido, todo lo que habíamos pensado, todo lo que habíamos creído.
Era como que me cuestionaba varias de las culturas y de las leyendas populares, leyendas de demonios, de Yokais, leyendas de seres mitológicos, que aún en el día de hoy en la misma zona las personas más evolucionadas todavía lo asumen como verdad, en muchos casos, no en todos, en muchos casos.
Y yo lo cuestionaba. Dímelo de la manera que quieras, era como si me susurraran al oído que existe algo más que se nos está escapando. Trataba de definir el alma.
Laura: ¿Encarnaste en misión?
Ariand-El: Encarné desde un plano 4, casi me suena presuntuoso decir si encarné o no en misión. Encarné para aprender, porque seguimos siendo discípulos hasta el último de nuestros días ¿no?
Yo llegué a escribir poesía, pero poesía que no trascendió, por decirlo de alguna manera. La escribía para mí, en mi interior. Era una manera de expresarme, una manera de escribir para mí.
Laura: También de descargar, ¿no?
Ariand-El: Tal vez, también. Era como que pensaba directamente la composición del alma, qué somos, cómo somos. Incluso llegué a escribir sobre el ego, de una manera totalmente distinta a como hoy lo conocéis.
Pero tal vez si sacáramos una similitud, se asemejaría al tema del ego. Escribí sobre el aura, sobre nuestro campo energético. Pero todo para mí, insisto, no eran enseñanzas para los demás.
Era como una manera de ordenar mis propias ideas, tal vez una manera de canalizar lo que en ese momento yo captaba de mi 90%.
Laura: ¿Has comprobado después que era así?
Ariand-El: Sí, por supuesto que era así. Tenía un grado de OT 6, un OT altísimo. Pero me generé frustraciones. Frustraciones por no ser comprendido, porque cuando yo hablaba de estas cosas con mi gente, con mis amigos, con mi entorno, con mi familia, más tarde con mi esposa, no me entenderían nunca.
A mi esposa yo la amaba por ser una persona tremendamente generosa y con una vocación de servicio terrible, pero en cambio no tenía esa profundidad como para intentar saber, intentar comprender que era lo que nos envolvía, todo aquello que no podíamos visualizar.
Yo llegué a tener incluso dos experiencias paranormales, como lo llamaríais vosotros, cuando yo era joven. Pero no las voy a pasar a explicar porque no son importantes. Tenéis muchas en el día a día, ¿no?, de ese tipo de experiencias, no las considero importantes.
Laura: Como quieras… Bueno, tu 10% se quedará un poco con el gusanillo.
Ariand-El: Bueno, las experiencias tienen que ver directamente con unas voces que yo escuchaba, interpretaba de alguna manera que eran esos Yokais o demonios o entidades negativas de las que se habla en la cultura popular japonesa, pero en realidad sabía que era algún tipo de entidad que no podíamos visualizar que no tenía nada que ver con los Yokais ni con los demonios, sino que tenía que ver directamente con una entidad espiritual.
Y la otra experiencia donde directamente tocaban las paredes y movieron un par de objetos. Recuerdo que la gente que había en la sala en ese momento salieron todos corriendo. Yo también salí, lo reconozco que también.
Luego lo hablábamos, estábamos en una clase de aprendizaje juntos, lo hablábamos y todo el mundo hacía ver como si no hubiera pasado nada, como si dijeran “no, bueno, pero debió de ser nuestra imaginación”. ¿Imaginación de quién? Éramos 18 personas, o sea es imposible.
Para mí eso fueron experiencias que me hicieron de alguna manera entender que no estábamos solos y que no eran demonios como nos habían hecho entender en nuestra cultura. Llegué a visualizar hasta dos entidades angélicas en esa vida.
Laura: ¿Era tu ángel guía?
Ariand-El: Sí, era mi ángel guía y otra entidad angélica que se me presentó, de nombre Ariam-El, que es un ángel de los tronos. Yo sentía en ese momento que todo cobraba forma de alguna manera cuando me sucedían esas experiencias, yo entendía que todo cobraba forma con lo que siempre había intentado investigar.
Me volví mi propio investigador del mundo esotérico, aunque directamente nunca llegué a trasladar esto con nadie porque las personas con las que intentaba hablar era como que no me consideraban serio, y estamos hablando de una cultura y una sociedad que siempre se ha preocupado por el más allá.
Pero tal vez estaban demasiado metidos en sus propios mitos, en su propia mitología, que no querían ver más allá de esa mitología. Sentía que mi vida se desmoronaba en el sentido de que sentía que no era comprendido, que no era contenido.
Amaba a las personas que tenía a mi alrededor, mi familia eran buenas personas, pero…
Laura: Pero si les explicabas no te podían entender.
Ariand-El: No me entendían. Era como que pensaban: “está bien, son tus cosas, y yo creo lo que yo creo y ya está, está bien así”. Sucede en el día a día también a vosotros, a todo el mundo, pero en mi era como que me lo tomaba de manera muy personal porque tal vez me llegué a frustrar porque me lo llegué a tomar tan en serio.
Yo escribía mucho en mi tiempo libre y pensaba mucho en esos temas, no sé qué decir, pero me frustró y me generó engramas. Esas mismas situaciones me generaron engramas, que ahora mismo estoy relatando, engramas de frustración.
Y entiendo que tengo otras experiencias que relatar de otras vidas, de otros lugares donde los engramas son totalmente distintos, porque he tenido vidas en las que directamente me han esclavizado, y he tenido vidas en las que he sido ejecutor de órdenes y he recibido órdenes tremendamente hostiles, como por ejemplo de asesinar.
He llegado a asesinar a una familia inocente por orden de terceros, me ha llegado a pasar eso en otras vidas, también en vuestro mundo, no sólo en otros mundos.
Quiero dejarlo aquí, por respeto al receptáculo también que lo quiero dejar descansar. Pero tengo mucho que contar, tengo mucho que explicar, es para mí una manera de expresarme todo lo que he contado.
Y quiero transmitirle a mi 10% encarnado que estoy en todo momento a tu lado aunque en algunos momentos no me captes, no me percibas.
Laura: Como curiosidad, ¿cómo te definiríais?
Ariand-El: Me definiría como un espíritu… vosotros lo llamaríais con la palabra “soñador”. Yo creo que “soñador” te lleva a pensar que el espíritu es delirante, o la persona es delirante, jaja.
No quiero que me consideren poco serio. Soñador en el sentido de que me gusta proyectar nuevos futuros, futuros posibles, metas posibles. Me gusta proyectar todo tipo de posibilidades positivas, me considero un espíritu tremendamente positivo.
Positivo, reflexivo, trato de pensar en las cosas y sacar lecturas positivas de ellas, trato de orientar a otros espíritus mediante ideas, es como que les transmito ideas, a otras personas incluso, de cosas que pueden lograr y me satisface mucho cuando me hacen caso y luego lo logran, porque es como que siento que les fui de ayuda, aunque sólo sea un pequeño granito de arena.
Me definiré más adelante y voy a tener más oportunidades, pero ahora quiero dejar descansar al receptáculo.
Laura: ¿Algún mensaje más personal a tu 10%?
Ariand-El: Sólo que sabe que lo escucho, aunque a veces no lo sepa, jaja. Gracioso el giro, ¿no? Él sabe que puede contar conmigo y si muchas veces no se siente comprendido por la gente de su alrededor… no te frustres, porque ya nos hemos frustrado en una vida anterior jaja, ya te lo he contado, y hay más vidas de ese tipo.
Pero no te frustres, sobretodo, trata de perseverar pero para contigo mismo, deja que cada uno camine su camino. Está bien que cada uno camine su camino y no por ello es menos importante que nosotros, no lo es. Gracias por todo y hasta todo momento.
Laura: Hasta todo momento, muchas gracias.
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