Cuando hablamos de respeto, tal vez generalmente lo visualizamos hacia otra persona, pero ocasionalmente perdemos de vista que el respeto a mí mismo siempre debe estar, y ese respeto a mí mismo comienza desde mis pensamientos y acciones. ¿Cómo sería esto? simple, no puedo experimentar algo que no tengo, así de simple. El respeto que yo mismo tengo hacia mi persona, marca enormemente mi dignidad y mi propio auto estima.
Por ejemplo, si estoy con un grupo de amigos y entre ellos deciden ir a bailar a algún lugar, y yo, para que no lo tomen a mal, acepto y voy en contra de lo que realmente deseo: yo deseaba ir a mi casa y descansar, pues no me gusta bailar. Bueno, entonces, yo no estoy respetándome ni me respetarán si yo mismo no lo hago. Si realmente no quiero ir, ¿por qué motivo tengo que hacerlo? ¿Solo para darles el gusto a otras personas? En todo caso, mejor propongo otra actividad. ¿Y lo que yo quiero o deseo, dónde queda? No me puedo relegar, como tampoco puedo, si voy con ellos, recriminar o sacar en cara el sacrificio que realicé. Porque nadie puede obligarme, eso solo sería rol de víctima, baja autoestima. Yo me puse en ese lugar al no respetar mis deseos, nadie pidió que me sacrificara.
Por ejemplo, podría ir con ellos y pasarla mal porque no pude bailar, o porque simplemente no logré disfrutar. Para luego echar en cara mi frustración, diciéndoles que por su culpa la pasé mal, o que me quedé sin dinero y que mañana tendré que ir a trabajar sin haber descansado, o cosas por el estilo.
Estaría trasladando culpas, cuando el único responsable (y no digo culpable, sino responsable) soy Yo. De lo que hice o dejé de hacer, solo yo.
Lo contrario a este caso sería si todos pactamos o acordamos realizar distintas actividades, donde algunas pueden gustarme más y otras menos, pero todos conocen la opinión del otro y se respeta. Eso sería lo correcto en la pluralidad de ideas.
Gracias por leerme.