Si nos vamos hacia el Amor Personal, vemos que nos encontramos nuevamente con el respeto. Observen que respetar implica ser leal a la persona, esto sería: no mentir, no engañar, no manipular al otro para que haga lo que deseo; ser sincero y respetar su forma de pensar, lo que esa persona es, desde el respeto y la sinceridad.
En este caso, no estoy hablando exclusivamente de la pareja, sino de todas las relaciones del amor personal: padres, hijos, hermanos, amigos y pareja. Algunos confunden la procedencia del respeto: el respeto no se gana, solo se da, y siempre va a ser desde el amor, nunca desde el miedo. Yo no puedo ganarme el respeto a través de la violencia. Desde ahí, solo puedo generar miedo. Son puntos totalmente opuestos. Si los padres desean ser respetados, únicamente lo podrán ser a través del amor, solo del amor. El infundir miedo, nunca les dará respeto, solo generará miedo. Es muy importante que los padres muestren su amor y lo manifiesten en el diálogo. Los hijos, siempre van a necesitar límites cuando son chicos, hasta que comiencen a forjar su mente analítica, y los encargados de poner estos límites son los padres; no las escuelas, solo los padres. Pero desde el amor, desde el diálogo y el respeto. Los padres que no pongan limites a sus hijos solo alimentarán los roles del ego que limitarán al chico cuando sea adolescente y adulto.
Los roles del ego son las cadenas de la mente. Son las limitaciones y los condicionamientos que limitan a la persona. Si desean que su hijo sea una persona de pensamiento libre, pongan límites. Y cuando comiencen a comprender, expliquen siempre desde el amor. Enseñen a pensar y a razonar. Las charlas de sobremesa, son importantísimas para hablar de las cosas del día a día.