Médium: Raúl Caballero
Entidad: Orbelian
Interlocutor: Víctor Firedol
Orbelian: ¿Cómo estamos?
Interlocutor: Hola. ¿Orbelian?
Orbelian: Soy yo totalmente.
Interlocutor: Hola Maestro. ¿Empezamos con la psicoauditación?
Orbelian: Sí, empezamos. Relataré cierta vidita que me trae congoja. Bueno, voy a empezar diciendo que hay una vida sobre el siglo VI d. C. entre Francia y Alemania. Una vida en que tuve rol como mujer. Una vida en un pueblo intermedio de las dos zonas.
En esa vida yo era una mujer al servicio de Dios. Trabajaba para la Iglesia, para Dios. Yo era totalmente cristiana. Yo creía mucho en una salvación divina, yo creía mucho en milagros. Mi familia era totalmente cristiana también.
Tenía también amigos y enemigos. Me explico. Amigos que no apoyaban mi forma de actuar respecto a mi ocupación en la Iglesia. Había gente que para nada estaba a favor de la Iglesia, ni creían en sus dogmas y doctrinas. Y era como que desvalorizaban, no solamente a mí, sino también a mi trabajo. Era una situación algo desesperada para mí porque no podía acercarme a nadie. ¡A nadie!
Yo en esa vida era como que tenía un gran poder mental como para poder comunicarme con mi ángel de una manera muy fácil y también con mi Thetán. Tenía una facilidad muy elevada de comprensión de conceptos. Me transmitían conceptos muy agradables. Yo los captaba totalmente. Y si es verdad que me hallaba en un plano de luz, pensaba yo.
Bueno, luego con el tiempo se me fueron implantando engramas a nivel de soledad porque mis amigos no querían saber nada al respecto. Mi familia me decía: «¡Pero déjalos estar! Tu misión es el bien, tu misión es el servicio». El servicio para ayudar al prójimo como decía el Maestro Jesús encarnado cuando difundía mensajes por Galilea. Y bueno yo quería ayudar en todo lo que fuera posible, pero esos engramas que se me implantaron me generaron tanta congoja que impidieron y obstaculizaron esa comunicación directa con mi 90% y eso influía. Yo me fui sintiendo cada vez más sola.
Encontré a algunas personas con el tiempo que, ya que en la época había mucho misticismo religioso, encontré personas que sí me hacían caso. Encontré a personas y entre ellos a un joven que sí me hacía caso, ¡mucho caso! Y yo, Liliana me llamaba, fui sintiendo algo hacía esa persona, de nombre Brian. Yo sentía que era una persona de bien, pero no porque me entendía, sino porque tendía la mano a su prójimo. Yo compartía totalmente su forma de hacer, su forma de servir, yo le amaba, era un buen hombre de servicio, un hombre de bien. Y sí, fue una relación muy formal de amigos diría, aunque yo sentía algo más.
Interlocutor: ¿En qué plano se encontraba es este momento?
Orbelian: Yo en un plano 4. Él también, pero en el 4º plano, subnivel 9, ya cerca del plano de Luz. Era una persona de bien y yo le admiraba mucho. Le admiraba, le apreciaba. Le contaba mis maneras de sentir, mis maneras de actuar, mis dudas, mis congojas. Yo se lo decía, pero notaba que él estaba distante conmigo. Él no me contaba nada. Simplemente a él le hablaban que yo era una persona no muy de fiar. Se lo decían las otras personas que sí me odiaban.
Yo me fui sintiendo sola. ¡Sola! Estoy hablando a mis 16 años de edad. Él no es que prejuzgara. ¡No prejuzgaba en absoluto! Simplemente era una persona con engramas a nivel conceptual que le provocaban introversión. Y esa tristeza que tenía también me la trasmitía a mí, porque como dice el Maestro Johnakan, el universo es un espejo. Él me lo transmitía.
Yo no me sentía bien. Intentaba ayudarle en todo, pero él no sabía explicarme nada. Yo que me consideraba una persona de bien, comencé a dudar de mí misma. Yo que me consideraba una persona capaz de hacer progresar a varias personas, ayudarles a superar sus penas, sus tristezas, sus congojas, sus dudas, sus inseguridades, sus temores. ¡pero no había manera con él! No había manera de que pudiera abrirse a mí como para que pudiera tenderle una mano física. Suspiro. Me provocaba insatisfacción. Me veía como que yo no era lo suficientemente bueno, y hablo ahora desde mi parte de 90%, como para trasmitir ideas a mi 10%. No las captaba de la forma en que las debería captar a causa de engramas que ya se le habían generado y a causa de engramas que se fueron generando también a nivel de este chico.
Al final el chico se fue. Yo empecé a meditar. Cuando se fue empecé a comunicarme muchas veces con mi ángel. Necesitaba meditar. No sabía realmente qué sucedía con todo eso. Nunca supe nada más de él. ¡Él simplemente se marchó! Apenas sabía nada de él. Había mucho misterio en todo eso. Él era y es hoy en día un alma gemela mía y todavía arrastra esos engramas.
Interlocutor: ¿Él en estos momentos en qué plano se encuentra?
Orbelian: Su espíritu mora en un plano de luz, plano 5º. ¡Tengo ganas de encontrarme con él en ese plano! Suspiro. A pesar de los engramas que me generó que no quería ni encontrarme ya. Engramas de soledad. Engramas que hoy en día le trasmito a mi 10% encarnado como femenino. Le trasmito engramas que distorsionan a veces su manera de ser, su manera de ayudar, su manera de ver el mundo. A veces eso le afecta. Espero que note de verdad esta descarga. Lo espero con todas mis ganas. Hasta todo momento.
Interlocutor: Hasta todo momento Maestro.