Quisiera compartir el modo en que absorbemos nuestras percepciones y como son acumuladas en nuestra mente. Por último, haré alusión al primer principio hermético de que el Todo es mente.
Nuestros preconceptos, roles, engramas y mente reactiva condicionan cada día nuestro modo de percibir e interpretar lo que entendemos como “realidad”. Así mismo, parte de nuestra percepción se ve condicionada por nuestro estado emocional. No percibe igual la misma realidad una persona amargada o depresiva que una persona alegre o entusiasta.
Nuestra mente en base a nuestras percepciones, registra cada vivencia que tenemos. Cada vivencia, suele estar impregnada con diferentes emociones. Ese registro se realiza como cuadros mentales.
Cierren los ojos y observen algún recuerdo. Muchos de esos cuadros mentales parecen estáticos, pero si vamos poniendo una atención continuada en ellos veremos que poco a poco empieza a haber movimiento y vida en ellos. El cuadro contiene todo el registro de una escena viva. Como si fuese un carrete de película “revivimos” las escenas como si fueran ahora. Muchas de ellas tienen emociones impregnadas. Cuando los observamos pueden retrotraernos emociones positivas o emociones negativas. Muchas de esas emociones negativas son lo que generalmente llamamos engramas o traumas. Cuando esas emociones las revivimos y las desahogamos, la vivencia o cuadro mental queda como un recuerdo neutro.
Con ayuda de diferentes técnicas, entre ellas la meditación, podemos llegar a ser muy conscientes de los cuadros mentales almacenados de manera inconsciente en nuestra mente: Creencias o diferentes pensamientos que “saltan” como un resorte ante diferentes situaciones de la vida, implantes en sentido amplio que pueden venir de esta, o incluso otras vidas.
Si ampliamos un poco la perspectiva y utilizamos la misma “fórmula” que utilizamos en las reflexiones anteriores: Cuerpo- Mente- Espíritu ( Consciencia o Thetán en este caso) obtendríamos la siguiente secuencia.
Nuestra consciencia no solo registra lo que percibimos estando encarnados, sino que ya tiene sus propios cuadros mentales de diferentes vidas en diferentes tiempos o mundos. Recuerdos basados simplemente en nuestra capacidad de percepción individual en un momento dado. Pura energía moldeada. Una “vida y una muerte” en cada cuadro. Quizás a ello se refería Siddharta Gautama cuando comentaba que «la vida y la muerte estaban en la mente, y en ningún otro lugar». Todos estos cuadros mentales para nuestra esencia son. Simplemente son. Unos les generan estímulos (experiencias positivas), mientras que otras les generan carga y pesar (engramas).
Una de las muchas capacidades del medium es poder captar la energía del espíritu o Thetán y visualizar los cuadros mentales que quiera mostrarle la entidad extrayendo así todas sus percepciones.
Pero el ser humano y su mente es diminuta. Debemos hacer un esfuerzo.
Ahora hagamos un pequeño ejercicio. Siéntate y mira a tu exterior. Siéntelo desde tu consciencia. ¿Es estático? ¿Percibes como te engloba?
Si bien hemos estado diferenciando el Plano físico de la mente para poder facilitar las cosas, es el momento de concretar que el plano físico también es mente. Simplemente está materializado, pero es mente.
La “realidad”, lo que nosotros percibimos como algo físico y en la cual nos movemos con nuestros cuerpos tangibles no sería otra que un Cuadro Mental más perteneciente a una mente más grande. Una mente que englobaría las demás: La Mente de Eón.
Si apenas somos conscientes de nuestra propia mente…¿Hasta donde podríamos percibir la mente de Eón?
En el hermetismo la consciencia se amplía tanto como podamos llegar.
Como comenté en una reflexión anterior, hablaríamos de una creación en cascada hasta los estratos más profundos de la mente de Eón. Desde los Planos superiores hasta los inferiores.
En la mente de Eón, en sus cuadros mentales, las energías creadas en ellos influirían en las creaciones y cuadros posteriores, llegando al final al cuadro físico ( Plano físico) o incluso los Cuadros -1 y -2 ( octava esfera).
En nuestro caso, cientos de espíritus y thetanes a medio camino en la gran mente de Eón también tendrían la capacidad de proyectar sobre los cuadros inferiores. Hablaríamos de los Planos más «conocidos» por nosotros ( Plano 5 hasta el Plano 1).
Ampliando nuestra perspectiva, podríamos establecerlo así:
Recordando películas como Origen (Inception) se llega a plantear nuestra relación con las capas más profundas y subconscientes de la mente del ser humano. Si observan, en dicha película están gran parte del tiempo personas inducidas compartiendo cuadros en el astral/mental con temor a perderse definitivamente en ellos. Es lo más parecido a un viaje astral en el que también podemos sumergirnos y «movernos» a través de esos cuadros astrales/mentales compartidos.
Nota complementaria: Realmente no habría diferencia entre cientos de espíritus ( no encarnados) que por apegos siguen “perdidos” creando y compartiendo sus pequeños mundos.
Este es el Principio Mental del Universo al cual ya hice alusión en reflexiones anteriores. En esta ocasión lo he enfocado desde el modo en que percibimos y almacenamos nuestras vivencias, ampliando poco a poco nuestra perspectiva: Desde la perspectiva física, pasando por nuestra consciencia hasta una teorización de la percepción de Eón.
Luis Sanmartin . ( Noviembre 2017)
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