El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres. El establecimiento de una relación saludable y «racional» entre seres que coexisten y un deseo y acción de bien entre ellos. Unión y/o relación son dos palabras claves.
De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego.
Concepciones
El amor se define de diferentes formas según las ideologías y puntos de vista: artístico, científico, filosófico y religioso.
Desde el punto de vista de la ciencia, lo que conocemos como amor parece ser un estado evolucionado del primitivo instinto de supervivencia, que mantenía a los seres humanos unidos y heroicos ante las amenazas y facilitaba la continuación de la especie mediante la reproducción.
En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.
Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (cine, literatura, música).
En terreno religioso, la profunda devoción o unidad del amor religioso dependerá en cada religión del amor a una causa, normalmente altruista (aunque históricamente lo altruista en las religiones no fuese lo normal).
En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo. Este amor está relacionado con el estado de iluminación y de unión y amor al universo (relación con el universo) como ser que forma parte del mismo y procede de él y, por lo tanto, ama a lo que le da vida.
Amor personal e impersonal
El amor personal es aquel que reclama la persona, un vínculo de acuerdo entre dos seres en el que existen tres formas: amor personal de pareja, amor familiar y amor de amistad. Este tipo de amor combina un 50% de emoción y un 50% de sentimiento puro. La palabra amor incluye aquí sentimientos como el amor platónico.
El amor impersonal es aquel que no reclama y se da por placer, goce o por esencia. Es 100% un sentimiento puro, altruista.
Concepción altruismo-egoísmo
La diversidad de usos y significados y la complejidad de los sentimientos que abarca hacen que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente, aunque, básicamente, el amor es interpretado de dos formas: bajo una concepción altruista, basada en la compasión y la colaboración; bajo otra egoísta, basada en el interés individual y la rivalidad.
A menudo, sucede que individuos, grupos humanos o empresas disfrazan su comportamiento egoísta de altruismo; es lo que conocemos como hipocresía, y encontramos numerosos ejemplos de dicho comportamiento en la publicidad. Recíprocamente, también puede ocurrir que, en un ambiente egoísta, un comportamiento altruista se disfrace de egoísmo.
Existen personas totalmente polarizadas hacia una de las dos actitudes por voluntad propia; por ejemplo, los monjes budistas están totalmente volcados hacia el altruismo, y los practicantes del objetivismo, hacia el egoísmo. Y también existen personas que combinan ambas formas de ser, comportándose, unas veces, de forma altruista y colaboradora, otras, de forma egoísta y competitiva, y otras, de forma parcialmente altruista y competitiva.
El «egoísmo altruista» es la filosofía de las relaciones humanas predicada por Jesucristo («ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo»).
En el equilibrio está la clave, dicen. Lo complejo es aprender a mantenerse encima de la cuerda.
Adrián Tardío (10% de Adiron-El)