Es una guerra que no cesa. Los científicos siguen empeñados en demostrar que tenemos menos control sobre nuestras elecciones personales del que creemos. Y si el libre albedrío es el Moby-Dick de estos Capitanes Ahab con bata y encefalograma, el papel de la actividad cerebral inconsciente en nuestras elecciones son los chorros de agua condensada que marcan el lugar donde es más vulnerable.
Un nuevo estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur ha analizado con la ayuda del machine learning esa actividad cerebral previa a las decisiones conscientes y acaba de demostrar que podemos predecir qué patrón imaginaran las personas 11 segundos antes de que efectivamente lo hagan. ¿Otro golpe a libre albedrío?
Sé lo que hicisteis el último… puñado de segundos
Más allá de las preocupaciones con el indeterminismo, el trabajo que publica Scientific Reports es muy interesante para entender la neurociencia de las decisiones personales. El experimento consistió en pedir a dos personas que eligieran imaginar un patrón visual entre dos que se presentaban con franjas rojas y verdes (uno de ellos horizontal y otro vertical) mientras se los observaba bajo el enorme imán de una resonancia magnética funcional.
Además de pedirles a los participantes que dijeran cuál de los patrones habían elegido, se les pidió que evaluaran la intensidad subjetiva con la que habían imaginado el patrón. Los investigadores descubrieron que no solo podían predecir qué patrón elegirían, sino también predecir con qué intensidad lo harían. Es decir, no solo averiguaron el contenido sino también la intensidad de la imagen mental.
Otro detalle realmente interesante es que los algoritmos de aprendizaje automático utilizados usaron datos de las áreas ejecutivas del cerebro (donde teóricamente se procesan las decisiones), sí; pero también de las áreas visuales y subcorticales. Algo que sugiere que la complejidad de las redes neuronales que están relacionadas con el proceso de elección es mucho mayor de lo que tradicionalmente se había pensado.
¿Está el libre albedrío en problemas?
Los investigadores no lo tienen claro. Joel Pearson, director del laboratorio y autor principal del trabajo, piensa que lo que estaría sucediendo es que el cerebro va procesando y elaborando la información que recibe de forma continua. De esta forma, no es que «tome las decisiones» previamente, sino que, al analizar, valorar y señalar todas las opciones, ese trabajo influye críticamente en la decisión final.
«Cuando tomamos la decisión de qué pensar, las áreas ejecutivas de nuestro cerebro eligen el ‘rastro del pensamiento’ que es más fuerte. En otras palabras, es más probable que nuestro cerebro elija esa opción sobre la que exista una actividad cerebral preexistente», explicaba Pearson.
A efectos didácticos, lo que sugieren los autores es que la actividad inconsciente del cerebro es un enorme órgano consultivo que dedica todo el día a hacer informes completísimos que facilitan mucho el trabajo de elección. Otros científicos señalarán, casi sin lugar a dudas, que se lo facilitan tanto que, en realidad, le hacen todo el trabajo.
Es decir, la controversia sigue aquí, claro. Por sí solo, este trabajo no puede demostrar que todas nuestras elecciones estén decididas 11 segundos antes de que las tomemos conscientemente, pero si vemos la investigación en su conjunto todo apunta hacia ello independientemente de cómo queramos entenderlo. Lo que sí deja claro este trabajo es que “muestra que este mecanismo existe y que representa un sesgo potencial en nuestras decisiones diarias». Algo digno de tener en cuenta.
La ciencia avanza cada dia mas en los estudios del cerebro y su funcionamiento. Como se comenta, la actividad inconsciente del cerebro es un enorme órgano consultivo, o como solemos decir un gran “Decodificador conceptual» y les surge la duda, de todos esos pensamientos que se originan de la nada, que no surgieron 11 segundos atrás (incluso estos), ya que este se encarga de decodificar los conceptos suprafisicos y por supuesto porque como sabemos, están allí, transmitiendose, como solemos decirle, desde nuestro Yo superior (Thetán). Tal vez pronto lo descubran.
Hasta la próxima
«Hay mayor realidad que nuestra mayor ficción»
Maestro Nori-El
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