Siguiendo un poco la estela de la reflexión en youtube: De las Creaciones*, me gustaría ceñirme en este escrito a los constructos sociales arraigados en nuestra sociedad que terminan siendo establecidos por una élite y como nuestro apego a ellos nos hacen sufrir principalmente.
Entiéndase por constructo mental todas esas ideas o nociones que parecen ser naturales y obvias para los individuos que las aceptan y, aunque son cambiantes, son una relación interdependiente de pensamientos destinadas a como vivir e interpretar la vida cientos de miles de personas que forman parte de un núcleo y que conviven en él.
No existe una sociedad, mundo, cultura que no tenga los suyos.
El plano físico es un plano abocado a la supervivencia principalmente. Y Para ello los constructos mentales que realiza el homo sapiens sapiens van destinados a ello generalmente.
A día de hoy, quizás las principales materias sobre los que se realizan van en relación a:
1) La familia,
2) La procreación
3) Las relaciones sociales y su interdependencia
4) Religiones
5) El Trabajo
6) El consumo
Quizás de una manera romántica, algunos piensen que dichos constructos son consensuados entre los individuos. Pero desde la antigüedad muchos gobernantes/emperadores/reyes han querido imponer los suyos propios para tener una “nación próspera”, siendo cambiantes a lo largo de la historia.
Sin embargo nada es casual: Demasiados Estados, demasiados intereses y demasiadas diferencias en el planeta en como concebir la convivencia y la supervivencia de una única manera.
A día de hoy, movimientos LGTBI en ramas de occidente se enfrentan contra los que lleva estableciendo Rusia respecto a la familia tradicional y la religión cristiana ortodoxa. China establece los suyos de manera cambiante en relación a la procreación y al trabajo y Corea del Norte lleva décadas sosteniendo los suyos. Los habrá más hostiles que otros por supuesto. Constructos espirituales y divinos también los hay. Todo tiene sus repercusiones. Constantino allá por el año 300 tuvo que adaptar aquel movimiento que se estaba creando en torno a la figura de Jesús de Nazareth para intentar mantener un imperio y que conviviera de la mejor manera posible. Por otro lado, el llamado neoliberalismo económico utilizado en los últimos tiempos también empieza a tener sus detractores…
Y es que la tarta es difícil de mantener. Al menos en base a esa mente abstracta de la que hablaba en la reflexión de youtube.
Toda sociedad tiene los suyos. Y gran parte de la misma critica los de unos queriendo imponer los suyos propios. Apelar al patriotismo conlleva muchas veces esto. Por supuesto muchos expondrán que los suyos no son imaginarios sino que son los “Verdaderos”, los “Naturales”, los “Principales”, los “Inmutables”, los “Originarios” y por si fuera poco establecidos por Orden Divino desde el principio de los tiempos.
Esto no falla. Cada uno en su identificación, encontrará su justificación: Desde un judío ortodoxo pasando por un cristiano convencido finalizando en la nueva espiritualidad New Age. Da igual, según donde estemos gran parte de ellos los tenemos integrados porque nos han dado seguridad y nos han ayudado a sobrevivir.
Comprendiendo lo anterior, no es de extrañar que hablando de un Nuevo Orden Mundial quizás haya un consenso en establecer ciertos constructos comunes en al menos una parte del planeta. Un Nuevo Orden Social con sus modelos a seguir.
Realizar una unión de pensamiento de cientos de miles y a su vez mantenerlo cuesta bastante. Tal como hiciera el régimen nazi o el comunista en su momento se requiere una proyección constante. Una batería propagandística importante.
La propaganda televisiva es esencial en esto: Si bien muchas películas recrean simplemente historias, en una gran mayoría consolidan una y otra vez los patrones a seguir de familia, enamoramiento, hijos, consumo, compra de casa y trabajo.
Modos de concebir y de pensar respecto a la biología de la supervivencia: Las relaciones, el nido, la descendencia, el trabajo etc…
Dichos modelos son cambiantes según la élite. El día que quieran establecer otros patrones los irán estableciendo poco a poco. Básicamente, si el día de mañana consideran cambiar los patrones de procreación, alimentación o como concebir las familias directamente lo harían ( O ya lo están haciendo).
Pero no nos engañemos tampoco, los constructos son cambiantes. Como nos educamos con unos, creemos que son los originales y los mejores para establecer en una sociedad. Pero eso no existe. No existe algo “originario” e imperecedero.
Dejando a la élite de lado y más allá de lo que ciertos grupos de poder pretendan establecer, nosotros como individuos debemos comprender esos constructos. Debemos analizarlos si cabe a lo largo de la historia porque somos nosotros los que los proyectamos inconscientemente. Todo ello nos supone una manera inconsciente de identificarnos con nuestro personaje, de ver la vida y de proyectar ese mismo comportamiento sobre nuestros semejantes ( Hijos y todo tipo de relaciones sociales). Porque para que un modo de vivir se mantenga, para que se convierta en una realidad, se necesita el consenso de miles. Una relación interdependiente de miles.
De ahí el porqué sea tan importante despertar, o al menos empezar a ser conscientes de que tipo de pensamientos tenemos arraigados. Un buen ejemplo a lo largo de la historia serían grandes pensadores y filósofos que pusieron siempre en jaque ciertos constructos proyectados por la población de manera inconsciente.
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Yendo más allá, «el constructo verdadero» no son las ideas que nos quieran implantar, ni siquiera es que seamos inconscientes en la transmisión y acuerdo de las mismas, sino que cuando nos vemos de manera individual, vemos que nosotros estamos “hechos” de esos constructos. Somos directamente el constructo. Nosotros somos la idea.
Al ser y estar hechos de ello, se convierten en una necesidad por si mismos. En un modo de proyectar.
Sin embargo, cuando se experimentan vivencias contrarias a lo que ya somos, los patrones chocan dentro de nosotros. Por eso gran parte del sufrimiento esta en nosotros mismos. En nuestro personaje.
Y así, grosso modo, la familia conlleva lazos y cadenas que nos son muy difíciles de romper. La procreación conlleva necesidades y frustraciones de todo tipo para tener hijos, y una vez tenidos, para comprender y educarlos. Las relaciones sociales y su interdependencia, conlleva modos de pensar idénticos para tener una aceptación y aprobación social constante para sentirnos seguros. El Trabajo y ser parte de la cadena lo vemos esencial para poder desarrollarnos. En el consumo: Lo que antes eran lujos, ahora se tornan en necesidades, y estas necesidades se convierten en obligaciones. Así que nos hacemos dependientes. Y la rueda no para de girar y girar.
Y así, de acuerdo al éxito alcanzado en dichos patrones se forma esa idea y valoración que tenemos de nosotros mismos. El personaje se valora y aparece lo que llamamos autoestima.
Los constructos no se pueden eliminar. Porque nuestro personaje se forma así. Hijos de nuestro tiempo dirían algunos.
Sin embargo recordando la reflexión de los maestros*, se pueden comprender. Se puede ser testigo de ellos. Y lo más importante, al ser testigo de ellos podemos observar esas necesidades y dependencias que nos causan.
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* De las Creaciones: https://www.youtube.com/watch?v=xX7t0WiwajM
* De los maestros: https://www.youtube.com/watch?v=qwy_EmdBSjM&t=627s