Dar-Amel 28/05/07

Sesión de Psicoauditación

Médium: Raúl caballero

Entidades: Dar-Amel, yo superior de Albert y Ronda-El, Guía Espiritual de Albert.

Interlocutor: Albert M.

Se presentó Dar-Amel para relatar una vida en Roma. Posteriormente se presentó Ronda-El para evaluar la sesión.

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Dar-Amel: El plano físico de alguna manera impulsa a hundirse, impulsa a los roles del ego. Pero no, no podemos rendirnos, no podemos hundirnos, Albert. Soy tu Thetán.

Interlocutor: ¿Qué tal estás?

Dar-Amel: Bien. Concentrado, animado, preparado.

Interlocutor: De acuerdo, pues cuando quieras, ya puedes.

Dar-Amel: Hace unas cuantas vidas atrás, ya lo dije, encarné en Roma. En épocas del emperador Nerón.

Yo era un soldado a sus órdenes. Era completamente un esclavo para él. Al principio lo pasaba mal a sus órdenes, pero con el tiempo fui acostumbrándome. Fui entrenándome para convertirme en uno de los guerreros más fuertes a sus órdenes. A mí no me gustaba nada la manera con la que me trataba, nada. Nerón era muy posesivo con sus soldados, con sus esclavos. Era como que sometía a todo lo que podía acercarse a él… Yo no tuve otro remedio que aceptar sus órdenes, porque era el modo de vida que elegí en el momento de encarnar… ¿Qué podía hacer yo? ¿Qué podía hacer yo? (Suspiro) Pero no me gustaba para nada ese modo de vida… Él me torturaba lo que es emocionalmente, lo que es conceptualmente, psíquicamente… Yo lo pasaba mal. ¿Qué podía hacer yo? La única manera era demostrar mi poderío contra aquellos que eran sus soldados más fuertes a sus órdenes… Eran los que recibían un mejor trato. ¿Qué podía hacer yo…? Era lo único que me quedaba… Era la única manera. (suspiro) Así pues decidí demostrar mi valía en numerosas entregas que me mandó el propio emperador. Cumplía sus encargos completamente bien. Y no solamente eso, sino que no me conformaba solamente con eso… Quería ir más allá para recibir un mejor trato. Por eso decidí participar en el coliseo para ganar fama, para lograr poder. Sí, PODER. Yo me hallaba en el plano 2. Quería poder en esa vida… ¿Qué mejor forma que demostrándolo públicamente? En esa vida me llamaba Rili Augusti. Con todos los entrenamientos recibidos anteriormente sí me convertí en un soldado muy fuerte. No me importaba demasiado ganar las batallas. No tenía en absoluto ninguna relación afectiva. No tenía derecho a tenerla. Ni con mujer, ni con hijos… Yo no poseía ese derecho. El único derecho que tenía era el de acarrearlas órdenes que me daba mi señor. ¿Qué podía hacer yo? Bueno…
Con el tiempo fui demostrándole hasta qué punto podía llegar con diferentes entregas… Hasta que llegó la hora de participar en el coliseo la que creí mi mejor oportunidad para ser respetado, para encontrar derechos. Bueno… es lo que creía. (suspiro) Ya anteriormente el emperador no sólo me había maltratado como a sus esclavos sino que además había intentado agredirme. No solo eso. Me forzaba a hacer cosas que yo no quería. (suspiro) También a nivel sexual. Dios… ¿Qué podía hacer yo? ¿Qué podía…?
No podía oponerme a sus órdenes… significaría una muerte total… ¿Qué hago?
Bueno… Después de los entrenamientos recibí bastante fuerza. Llegué a ser uno de sus soldados más fuertes y poderosos; pero, a pesar de ser un soldado valioso para él, no dudó en traicionarme, no dudó en torturarme… Dios… ¿Por qué?
Yo pensaba que él me llegaría a respetar con el tiempo… Tal vez no lo conocía bien… (suspiro)
Luché contra varios hombres a la vez, conseguí vencerlos a todos, demostrando así mi valía. Yo ya pensaba que estaba al borde de mi salvación… pero no era tan así, no era tan así. ¿Por qué…? (Suspiro).
El emperador Nerón tenía un guerrero a sus órdenes… era como su lugarteniente. Se llamaba Demóstenes. Procedía de la región de Grecia. Era un soldado extremadamente poderoso, extremadamente grande, fuerte. Se consideraba invencible. Nunca nadie le había vencido en ningún combate. El emperador Nerón, ante esas ansias mías de rebeldía (pero que yo solo quería respeto, cosa que él no vio), envió a Demóstenes… (Suspiro) ¿Por qué…? Sabía que Nerón era capaz de hacer cosas terribles, pero no llegar hasta ese extremo…
Eso me causó una soledad terrible… ¿Qué podía hacer yo? Por Dios… Me encontraba solo, desamparado, al borde de la desesperación. Sabía que no tenía ninguna posibilidad de vencerle. Sabía que la muerte asomaba.
Cabe aclarar que en esa vida yo vivía solamente para el físico, de ahí sale el plano.
En el último momento en un impulso terrible de rabia, me dirigí directamente hacia el emperador Nerón, que se encontraba desde arriba mirando. Obvio que no pude llegar hasta él.
Su mejor soldado me destruyó, me destrozó, no tuve tiempo ni de verle. (Suspiro) Por Dios…
Perecí con una muerte dolorosa en un largo instante… Una tortura totalmente. Directamente, yo considero una tortura todo el tiempo que estuve con él, con Nerón. Para mí toda la vida fue una tortura…
Con esas ansias de rencor, al volverme espíritu puro, descendí al plano –1, plano de la soledad. Ese sentimiento de soledad todavía se amplificó.

Interlocutor: Entonces… ¿desencarnaste en un plano –1?

Dar-Amel: Sí… ¿Por qué? Pensaba yo… ¿Por qué? ¿Es que no se puede llegar a confiar nunca en nadie? Parecía ser que encontré la respuesta a la pregunta, y era negativa. (Suspiro) ¿Por qué…?
Hoy en día sabemos que quien fue el emperador Nerón es uno de los espíritus más excelsos. Dentro del mundo espiritual él es mi maestro… En esa vida desencarnó en la Octava Esfera. Bueno… ¿qué decir yo…?
Mi experiencia en el plano de la soledad fue terrible, porque no había para nada comunicación, porque si ya de antes me sentía solo, el sentimiento se amplificó… ¿Pero por qué? ¡Yo no merecía estar allí! ¡Yo era la víctima! ¿Por qué? … Aún hoy en día lo pienso y… Dios… ¿por qué…? No encuentro ninguna manera de perdonar a ese hombre… pensé yo dentro de ese plano… Los Maestros de Luz dicen que hay que dejar de pensar en uno para empezar a pensar en el otro para poder salir de ahí. Pues bien. Si yo bien pensaba en mi mismo, yo no debía estar ahí, también pensaba en el otro, pero no para bien. Pensaba en las desgracias de Nerón. No era yo quien merecía ocupar ese lugar. Esas ansias obtenían que yo pudiera salir de ese plano de soledad infinita y absoluta.
¿Pero por qué si el Creador, el Padre, es todo amor? ¿Por qué no impidió semejante masacre?
Bueno… ahora comprendo que todo pasa por el libre albedrío divino. Es el verdadero significado del amor auténtico. Dios mío…
Ahora por fin he comprendido bastante bien lo que es lo de Roma, pero salí y ahora me encuentro bastante bien en mi plano, en misión constante. Y espero salir adelante, ¿verdad, Albert?

Interlocutor: Sí.

Dar-Amel: Debemos lograrlo. Por favor, yo te lo pido.

Interlocutor: Y lo haremos…

Dar-Amel: Por supuesto. Esa seguridad es muy importante, y ahora con esta descarga ¡Tan buena! Lograremos salir adelante con mucha más seguridad. Ya debes haber notado la descarga, con más seguridad. ¡Me encuentro tan descargado! ¡Tan aliviado!

Interlocutor: En esa vida… ¿Con qué edad desencarnaste?

Dar-Amel: Yo tenía sobre unos 28 años. Y de la vida no hay que tocar nada más que contenga carga. Fue una descarga completa. ¡Qué bien! Ahora daré paso a Ronda-El para que evalúe.

Interlocutor: ¿En qué porcentaje estamos clear?

Dar-Amel: Mejor que esto lo responda Ronda-El.

Interlocutor: De acuerdo.

Dar-Amel: Pues lo ve de un plano más elevado.
Te deseo toda la suerte y un abrazo conceptual.
Siempre estoy contigo… Hasta todo momento…

Interlocutor: Hasta todo momento.

Ronda-El: De nuevo estoy comunicado con vosotros. Soy Ronda-El, tu guía.

Interlocutor: Hola.

Roda-El: El porcentaje de descarga de Dar-Amel, bueno, es de un 20%. No ha habido la necesidad de tocar la anterior vida, en el paleolítico. Porque la vida en la vida de Roma, con esa descarga, se han desactivado también todos los engramas de aquella vida. Ha sido una descarga muy, muy buena. Si tienes algo que preguntar, yo estoy aquí para responderlo.

Interlocutor: Sobre la vida esa… ¿ya nada?

Ronda-El: Totalmente, descarga 100%, no hay nada más que repasar.

Interlocutor: Ajá.

Ronda-El: Ninguna de las dos vidas.

Interlocutor: Ya creo que preguntas no tengo ninguna…

Ronda-El: Entonces quiero darte un mensaje, un consejo: Quiero pedirte que no te dejes llevar por los impulsos irracionales de la mente reactiva automática. Quiero pedirte contención, quiero pedirte colaboración, colaboración para salir adelante. Tu Yo Superior está muy bien en estos momentos. Seguirá avanzando. Esos es lo quiero decirte…

Interlocutor: Sí. ¿Y algo más que decir?

Ronda-El: No hay nada más que decir. Si no hay nada más procederé a retirarme.

Interlocutor: De acuerdo. Ya, por mi parte, no hay nada más.

Ronda-El: Perfecto. Te dejo con toda mi luz del plano 5. Hasta todo momento.

Interlocutor: Hasta todo momento y gracias.

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.