07/08/19
De: Raúl Caballero
Nos explica la importancia de controlar la euforia, ese estado de la emoción que cambia nuestro estado anímico para bien y fundamental en los éxitos psicoemocionales de una persona.
Me gustaría aprovechar un ratito de tiempo para hablar de la euforia. Mucha gente me pregunta por la euforia, ¿qué es la euforia? La euforia es un estado de excitación, un estado de excitación en el cuerpo positiva, que proviene desde la mente, por lo tanto es psicológica, y que de alguna manera protege a la persona de todo tipo de trastornos psicosomáticos.
Voy a explicarlo de otra manera. La euforia puede aparecer desde algún episodio postivo que haya acontecido en nuestra vida; o bien por un proyecto que estamos a punto de elaborar o concluir a corto o medio plazo. La euforia se contagia facilmente: es muy propenso, es muy fácil, es muy frecuente que una persona que de repente nosotros estamos bajos a nivel emocional por algo que nos ha acontecido, estar con otra persona que está eufórica por algo que le ha acontecido a él positivo, y que de repente cambiemos nuestro estado anímico, porque la euforia levanta, la euforia contagia.
La euforia contagia, ¿nunca habéis estado en algún aula, en alguna clase donde el profesor estaba enojado, mal, y de repente es como que todos están mal? O al contrario, el profesor está eufórico y de repente es como que todos atienden, todo el mundo está atento, con interés, todo el mundo está como en una pequeña nube. Eso es la euforia. La euforia directamente activa las endorfinas. La risa, por ejemplo, provoca euforia. Muchas veces en el ámbito terapéutico –y esto se ha estudiado- se ha utilizado la risa en el paciente para que, de alguna manera, sea mucho más sencillo que identifique, y que acepte un problema. Porque la risa es eso, provoca euforia y de alguna manera vuelve a la persona más receptiva, más receptiva. Se utiliza para muchísimas técnicas terapéuticas la risa, para muchísimas, justamente por ese estadío eufórico que produce la risa al activarse las endorfinas.
Pero más allá de la risa, hay muchas maneras de llegar, como digo, a esa euforia. Cualquier episodio que nos cause alegría, o directamente cualquier proyecto que tengamos por elaborar a corto o medio plazo, como ya dije. Aprender a controlar la euforia es fundamental en los éxitos psicoemocionales de una persona. Es decir, la persona que tiene euforia atrae, atrae. Como la persona que se encuentra amargada repele. La persona que tiene euforia es capaz de sacar proyectos adelante, es capaz de sacar proyectos adelante. Porque la euforia nos ayuda a, gracias a esa elevada autoestima –“elevada”¿eh?, no dije “soberbia”-, gracias a ese optimismo natural podemos lograr cosas que de otra manera no podríamos.
Pero no quiero dejar pasar por alto tampoco el aspecto de protección que tiene la euforia. La euforia protege de muchísimas cosas. Obviamente no te va a proteger de todo. Es decir, la euforia puede llevar a vencer, o proteger cualquier tipo de enfermedad vírica o bacteriana. O no, o no, porque en ocasiones también afecta muchísimo las defensas de la persona, su alimentación, la fuerza del virus o de la bacteria o de lo que sea, entonces todo no se puede vencer, seamos también realistas. Pero de alguna manera sí lo pone mucho más dificil para, por ejemplo la persona enfermar, o para directamente que no lleve a cabo sus proyectos. Es como que protege de las vibraciones negativas, protege del estadío negativo de algunas personas. Al vibrar tan, tan, tan alto, es como que de alguna manera te rebota, te rebota ¿no? Hasta el punto tal llega esto, de que de alguna manera, siempre lo digo en mis consultas y es como que todos se me quedan mirando así “¡¿Cómo?!”, siempre digo que la euforia es más fuerte que el amor para la protección, para la protección. Y todo el mundo se me queda asi diciendo como “¡¿Que qué?!” “Si el amor… no hay ningún sentimiento más alla del amor, no hay nada más espectacular, mas fuerte, mas tal…”. Está bien, sí, el amor es el sentimiento más fuerte que hay. Pero la euforia es más importante… no más importante, mas fuerte, porque más importante no es, pero sí más fuerte que el amor, para eso sí, para la protección. Porque como seres humanos nosotros tenemos necesidades, de alguna manera nos es necesario ese estado de euforia para resolver proyectos. Fijaos que la euforia de alguna manera es como que blinda nuestra aura. Entonces de alguna manera hace rebotar cualquier mala onda, cualquier mala energía. Ese grado de excitación que moviliza nuestras endorfinas en ese estado de euforia, de alguna manera nos proteje mejor que el amor. Por eso es tan importante mantener siempre la euforia y aprender a dominarla a voluntad. Y esto es lo dificil, aprender a dominarla a voluntad, eso es lo dificil.
Y quería hablar de algo más. Quería hablar de algo más respecto a la euforia, que tiene que ver con que la euforia también tiene que ser medida, también tiene que ser medida. Porque una euforia desmedida nubla nuestro juicio, nubla nuestro análisis. Una euforia desmedida hace que no podamos plantear situaciones tranquilamente, hace que no podamos desarrollar un pensamiento analítico cómodo. Por lo tanto, es como si una persona estuviera pilotando, por ejemplo en una carrera de alta velocidad, y de repente al encontrarse con una euforia desmedida hace que no pueda controlar el vehículo y se estrelle contra cualquier lugar. Y nos estrellamos mucho en el plano físico por un exceso –no en tiempo, sino en cantidad- de euforia. Una euforia desmedida hace que perdamos de vista el plano físico, hace que comencemos a caminar en una nube y dejamos de caminar en el piso. Hasta que de repente nos caemos de la nube y el daño es mayor. Entonces, ojo con los estados de euforia, porque también tienen que ser controlados. Además los estadíos de euforia producen dispersión, también, dispersión. Porque hace que solo veamos lo positivo de algo y no nos enfocamos en lo negativo también de las cosas.
Y para terminar, me gustaría, para cerrar un poco este capítulo de que no todo lo de la euforia tiene que ver con lo positivo, es lógico que la euforia te va a llevar a un estadío optimista, a un estadío donde es mucho más fácil por ejemplo rendir un examen, una prueba, o cualquier cosa, porque al estar eufórico es como que los resultados van a ser mejores que alguien con un estado emocional negativo. Porque la euforia aleja justamente eso, los temores, aleja la negatividad, nos aleja del miedo. Pero claro, el miedo es un mecanismo de supervivencia: de repente tú te alejas del miedo, te adentras en una caverna llena de milodontes, y estos te comen ¡ja! Entonces la euforia desmedida nos puede llevar ahí, nos puede llevar ahí, porque nos aleja del miedo, nos aleja del miedo la euforia desmedida. La euforia nos aleja del miedo, y eso hace que al no tener miedo podamos rendir mejor en cualquier proyecto, prueba, examen, lo que sea, pero de forma desmedida nos puede hacer tomar riesgos con una consecuencia negativa. Negativa porque la euforia no es capaz de controlar todo, la euforia no es capaz. Es cierto que una persona con euforia a una persona que no tiene euforia va a rendir mejor en algo, pero vivimos en una realidad, vivimos en una realidad que tenemos que aceptar. O sea, si de repente yo estoy compitiendo contra alguien que es mejor que yo en un juego, pues por más euforia que tenga seguramente yo voy a fracasar, yo voy a perder contra la otra persona que tiene mayor habilidad. Entonces ¿qué? No quiere decir que con la euforia vayamos a lograr TODO, pero con la euforia equilibrada sí podemos obtener cosas que de otra manera no podríamos obtener. Equilibrada, porque yo siempre hablo del equilibrio, tiene que ser equilibrada también la euforia. Pero como digo, salirse de ahí te lleva a un error. Y no llevar la euforia, también.
Mantener la euforia en equilibrio, y mantenerla las 24hs al día, es in-dis-pen-sa-ble para lograr un éxito emocional y para lograr alcanzar ese conocimiento total de nosotros mismos. Eso es lo que quería decir, gracias.
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Estadíos de la Emoción: https://tetra-el.org/psicointegracion/estadios-de-la-emocion/
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