Mente Reactiva Expectante

11/03/19

De: Raúl Caballero

Raúl Caballero nos da una Psicointegración sobre la Mente Reactiva Expectante. Tan importante entenderla para no frustrarnos en el día a día. No crear falsas expectativas y ser realistas en el mundo en el que vivimos.

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Mucha gente en su vida tiende a vivir pensando, planificando sucesos futuros, sucesos futuros fantasiosos que poco o nada tienen que ver con la realidad, con la dura realidad.

Hay un tipo de mente reactiva que es la “mente reactiva expectante” que vive permanentemente creando expectativas, creando sueños imposibles, creando auténticos cuentos de hadas, auténticas fantasías, que para la persona no sólo son posibles sino que son creíbles. ¿Por qué son creíbles? Son creíbles porque la mente reactiva intenta permanentemente dar un sentido a todo, de manera que ciega a la mente analítica y de manera en que ciega a la persona para que pierda el norte. Dicho de otra manera, la mente reactiva toma a la mente analítica para hacer creer a la persona que ese sueño es posible, que ese sueño es viable. Y uno construye fantasías… hay quien construye como fantasía ser millonario y de repente pone dinero todas las semanas en un juego de azar, determinadas loterías, para que ese dinero llegue multiplicado de vuelta.

La “mente reactiva expectante” ciega tanto tantísimo a la persona, que no es capaz de ponerse en el hipotético lugar en que no le toque ese dinero. ¿Por qué? Porque vive ciega, porque su mente analítica está anulada por la “mente reactiva expectante”. Entonces la “mente reactiva expectante” coloca una expectativa; esa expectativa siempre es altísima, inabarcable pero para ella hace creer que es posible. Un ejemplo: si la persona que apuesta en esa determinada lotería o en una casa de apuestas o lo que sea, tú le haces entender analíticamente la cantidad de probabilidad real que tiene de alcanzarlo, siempre te va a contestar: “Si no lo intento, seguro que no me toca; si no juego seguro que no gano”. En ese momento está tan ciega la persona que no sopesa ni la probabilidad ni tampoco los riesgos. ¿Qué quiere decir? Que hay personas cuya “mente reactiva expectante” los han conducido no sólo al fracaso sino directamente a la ruina económica: han perdido su casa, han perdido su coche, han perdido su trabajo, han perdido su mujer, han perdido la familia y han perdido la vida. Y algunos incluso se han terminado quitado la vida después, porque arriesgaron todo en determinado juego de apuestas de cartas o se arruinaron jugando a las tragaperras poniendo dinero, porque su mente analítica está completamente anulada por la mente reactiva, entonces la “mente reactiva expectante” tiene claro que en alguna tirada le va a sonreír la fortuna. Y no se da cuenta que muy probablemente, y esto te lo dice la mente analítica, muy probablemente ese juego esté “amañado” o directamente la cantidad de probabilidad sea tan tan tan tan escaso que estás asumiendo un riesgo altísimo apostando tantísimo. Entonces es la “mente reactiva expectante” la que genera dependencia. ¿Dependencia de qué? Dependencia al juego de forma adictiva. Es decir la dependencia que genera una adicción es supeditada siempre por la “mente reactiva expectante”.

Y la “mente reactiva expectante” tiene una característica: puede ser tentada por unas energías del plano 7 de vibración que se llaman energías lúdicas que tientan permanentemente para que la persona se crea el proyecto,  el sueño, el juego, etc. Entonces de repente la persona cada vez se engancha más a ello hasta que termina como dije antes en la ruina. ¿Cómo podemos entender esto? Hay muchas maneras de entender esto, incluso enfocándolo desde otra perspectiva. Ya no sólo como digo en las personas dependientes del juego: sé de gente que se dedican como digo a apostar permanentemente en loterías, etc.: “claro, es que si me toca me puedo comprar una casa nueva”. Y bien, ¿cuántos años de tu vida llevas apostando y jamás te tocó: 40, 50? En esos 40/50 años si hubieras puesto el dinero que pusiste en la lotería en una cajita aparte, hoy tendrías esa casa nueva y seguramente una de mayor calidad. Pero la persona no lo ve: “no, y si….ya… pero y si…y si…y si…y si”. El “y si”, el “y si” es el argumento de la mente reactiva apoyándose en un futuro imposible o improbable. Porque al ego le gusta que lo halaguen, porque al ego le gusta que lo acaricien, porque al ego no le gusta que le digan las cosas en la cara. ¿Entonces qué sucede? Al ego le gusta que lo alimentes, que lo deis de comer, que le digas “vas por buen camino…si sigues así seguro haces tu sueño realidad!”. Y al ego le gusta eso. Al ego no le gusta el realismo; a “la mente reactiva expectante” tiene alergia al realismo. Y si de repente le dices a una persona poseída por esa mente reactiva, que además esa mente reactiva es muy ansiosa, produce permanentemente ansiedad en la persona porque vive pensando permanentemente en su posible futuro: “ay me va a tocar, me va a tocar, voy a ganar dinero”. Entonces vive pensando más en ese futuro irreal y fantasioso que nunca llegará, y deja de valorar el presente en el que se encuentra; cuando de repente lo perdió todo es cuando recién se da cuenta y valora su familia, cuando ya la perdió!; algo muy, muy humano eso, porque vive proyectando permanentemente hacia el futuro y se olvida de proyectarse hacia dentro esa persona. Entonces una cantidad elevada de personas con ansiedad o con crisis de ansiedad son dominadas por la “mente reactiva expectante”, porque la “mente reactiva expectante” coloca una expectativa en un proyecto, en lo que sea, y de repente cuando ese objetivo no se cumple porque la “mente reactiva expectante” no coloca objetivos posibles, coloca objetivos improbables, cuando no se cumple entonces aparece la fase de la frustración: la persona se frustra y se frustra tanto que graba engramas en la mayor parte de casos: “no me salió, y era todo mi plan de futuro, cómo pudo no haberme salido si estaba absolutamente seguro que iba a salirme, estaba absolutamente seguro que este negocio iba a funcionarme y me iba a hacer rico, iba a poder vivir de él”. Y luego no se da cuenta porque no analizó desde la mente analítica de que tenía 4 o 5 negocios de competencia a su alrededor de lo mismo, de que no lo planificó bien dentro una estructura empresarial, porque la gente cree que la estructura empresarial se hace desde el sueño, y no, se hace desde el análisis, análisis, desde la mente analítica. Pero evidentemente si tú a una persona poseída por la “mente reactiva expectante” le dices que se encuentra desde la mente reactiva te dice que no, que está analítico, y que lo tiene todo calculado, y que todo va a salir bien, y que todo lo domina y que de todo sabe. Es lógico que la persona, primero de todo, no se conoce porque no conoce sus límites; y segundo de todo no admite, no acepta y tercero de todo no está integrada, porque si estuviera integrada no estaría poseída por la “mente reactiva expectante”. Entonces con esto ¿qué estoy intentando decir? ¿estoy intentando decir que todo el mundo abandone sus sueños? ¿que no hagamos nunca nada? ¿que nos quedemos en el conservadurismo? No, yo no estoy diciendo eso. Si uno tiene un sueño, tiene que tratar de perseguirlo. Pero tratar de perseguirlo de forma analítica, quiere decir tratar de perseguirlo sin arriesgar toda una vida. Yo puedo tener un sueño simpático y desde mi mente analítica comprendo que ese sueño seguramente va a ser inabarcable. Pero puedo tener un sueño, una expectativa mucho más realista, mucho más realista. La idea es no poner expectativa en ese objetivo, es decir comprender que el objetivo saldrá o no saldrá en determinadas circunstancias aunque pongamos el mayor esfuerzo. Esto no quiere decir que no pongamos nuestro mayor esfuerzo: tenemos que ponerlo, evidentemente que sí. Pero entendiendo que probablemente no salga alivia muchísimo esa carga de frustración porque no ponemos expectativas en el proyecto; porque entendemos que el proyecto es de una dificultad mayor. Pero nunca, absolutamente nunca salis derrotados. Intentadlo con todas vuestras fuerzas. Creernos el cuento, creernos el cuento es importante, pero como digo con reservas, entendiendo que algo puede salir mal.

Ojito con la “mente reactiva expectante” porque es francamente muy traicionera, muy traicionera es. Hay que intentar siempre ser analíticos. Mirar antes la piscina antes de lanzarnos para ver si hay agua. No quiere decir que no nos lancemos: si hay agua nos lanzamos de cabeza. Pero si no hay agua, ojo!, ojo! no te tires, porque hay gente que se tira y se parte la crisma.

Eso es lo que quería decir. ¡Gracias por escucharme!

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.