Raúl Caballero explica cómo condiciona el capricho del niño en edad adulta y la importancia de ponerles límites para educarlos correctamente.
Raúl Caballero:
Muchas veces hemos oído a distintos educadores, a personas que trabajan con la educación de los niños, la importancia de los primeros años de vida del niño a la hora de desarrollar una personalidad propia en el futuro, bien entrada en la adolescencia.
Los niños son capaces de absorber los más negativo y lo más positivo de una convivencia afectiva. Un niño que nace sin afecto va a desarrollar tendencias mucho más frías; un niño que se haya criado en un entorno hostil con violencias va a desarrollar conductas violentas; un niño que haya sido desestimado va a desarrollar tendencias a la baja estima, a la baja autoestima; y un niño caprichoso, que se la haya concedido todo lo que reclama, se va a convertir en un niño tirano, un niño que va a tiranizar a sus padres, porque va siempre a reclamar y va a siempre a actuar de una manera determinada si no obtiene lo que desea, como por ejemplo con berrinches, cuando sea más mayor con patadas, cuando sea más mayor, directamente con amenazas, con extorsiones, con chantajes…
Por eso es tan importantes los primeros años vida del niño. El niño aprende aquello que ve, aquello que escucha y aquello que siente.
Muchos pensaran acertadamente que Psicointegración es una fantástica herramienta para reconducir a esas personas que ya teniendo la edad adulta tienen esos roles del ego propios de una mala convivencia o una mala educación en los primeros años de su vida. Y es cierto, la persona puede reconducirse con Psicointegración, la persona puede aprender con Psicointegración, la persona puede aprehender en Psicointegración, y de alguna manera corregir esas conductas egoicas.
Pero no va a ser tan fácil, tengo malas noticias, muy probablemente no se va a reconducir entero. ¿Por qué doy esta mala noticia? Porque lo que vivimos en los primeros años de nuestra vida nos impacta de tal manera, al moldear una personalidad inexistente, que siempre se va a quedar parte de la misma, como esencia, o de la manera que sea, siempre se va a quedar parte de la misma en nosotros y vamos a tener esa tendencia a esa conducta. Por mucho que eso se trabaje con Psicointegración, siempre va a quedar una tendencia.
Con esto no estoy diciendo que no haya que hacer Psicointegración. Como dije, se puede llegar a reconducir. Pero, fijaos si es importante los primeros años de vida del niño que ya luego ni con Psicointegración se puede llegar a resolver al 100%, porque siempre va a quedar esa tendencia. Entonces, y esto va para los que me escuchen que sean padres: vigilen, vigilen, la forma de educar a sus hijos. Yo no voy a decirles como los tienen que educar, pero sí puedo decirles que como hoy los eduquen los va a impactar para el resto de sus días en esta encarnación.
Por eso, ámenlos, pero pónganles límites, no les concedan todo, pero ámenlos, trátelos con amor, con cariño. Pero insisto, traten de no condicionarlos en sus decisiones, traten de no condiciónalos en sus opiniones, traten de respetarlos en todas sus variedades, porque el respeto forma parte del valor y: ¿quién debería valorar a nuestros hijos sino nosotros mismos?
Eso es lo que quería transmitir hoy, gracias por escucharme una vez más.