La competencia en los niños

Fantástica psicointegración de Elen-El sobre la competencia. Ser conscientes de éste concepto en los niños y comprender si es o no es necesaria y el control que hay que tener sobre ésta ya que de ésta se deriva la aparición de la frustración, los roles de ego y por contrario la importancia para los niños de vivir sin la necesidad de los resultados. Deben de ser conscientes que no siempre se obtiene lo que se quiere y sobre todo aprender el arte de «aprender a jugar».

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Elen-El:

A veces vivís midiéndoos, comparándoos. En mi 10% está comenzando a desatarse  lo que vosotros llamáis la competencia. Es necesaria probablemente. Es inherente, instintiva, no me cabe duda alguna. Pero puede ser contraproducente, también es verdad.

Es necesario un control de esa competitividad. Es muy difícil, cuando un 10% es muy pequeño, controlar esa competitividad. El juego y la competitividad van de la mano. A veces es imposible divertirnos si no competimos, vuestros deportes son divertidos porque hay competencia. Seguro que si jugara un profesional contra un amateur no sería divertido, porque no habría competitividad.

Eso los niños lo saben perfectamente, pero perfectamente lo saben, por eso comienzan a competir y, cuando la competencia se va de la mano, comienzan los roles del ego, comienza la frustración, comienza las comparaciones, y la autoestima empieza a caerse como un castillo de naipes. A su vez, como en todo juego, como en toda competencia, hay uno que gana y hay uno que pierde. Y la persona que gana, y gana, y gana, y gana, también se le desbarajustan los roles del ego hacia la dirección opuesta hacia la del que pierde, y pierde, y pierde, y pierde.

Es importante que de bien pequeños se entienda que no todo se vive de los resultados. No se trata de impedir que el niño compita, porque -insisto- competencia y juego van de la mano y a veces no se es divertido si no se compite. Pero sí hay que hace entender que no siempre se obtienen los resultado que uno quiere porque hay factores a veces externos que limitan eso, creo que esto es imprescindible.

Vivir, aprender a vivir es todo un arte. ¿El arte a aprender jugar donde queda en vuestra educación? Enseñáis muchas cosas, pero aprender a jugar también se tiene que aprender, porque uno juega de pequeño y tenemos la idea confusa de que de mayor ya no se juega, y también se juega, también se juega.

Igual jugaras a otras cosas, porque tu maduración será otra y tu interés será otro, pero jugar obvio jugarás, hay muchas maneras de jugar a muchas cosas distintas, al final el jugar es una acción. “Play”, el verbo “play” en vuestro inglés no es más que una acción y, como toda acción, se puede hacer mejor o peor. Y por eso la calidad de juego de un niño repercute en la calidad de estudio de un niño, en la calidad de todo tipo acción del niño. De todo tipo de acción.

Ahí lo dejo como para pensar, hasta la próxima.

 

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.