Si yo preguntara ¿qué es vivir libremente? ¿Cuál sería una respuesta posible a esta pregunta? Posiblemente sería poder decidir con total libertad. Esa puede ser una respuesta, pero poder decidir con total libertad involucra tantos matices, hay tantos grises entre el negro y el blanco, que a veces resulta casi imposible poder afirmar con certeza.
Según el maestro Ro-El-Van (90% de Raúl Caballero), hay un engrama social sobre la pareja o el amor de pareja. Esa limitación nos condiciona en la forma de decidir o de percibir nuestra realidad.
Este condicionamiento apunta a que todas las personas poseen una carencia, la cual recién será resuelta cuando cada uno de nosotros encuentre a su alma gemela. De alguna forma nos han hecho creer que si no encontramos a nuestra alma gemela, jamás seremos felices en la pareja. Esto no es correcto, por lo que voy a argumentar el por qué. Dentro de estas afirmaciones, hay varios puntos que hay que destacar y que son falsos.
Primero, el más importante es que no es correcto decir que cada uno de nosotros posee una carencia, nadie posee una carencia. La realidad es que todos somos completos en nosotros mismos, al menos hasta que es implantada por un condicionamiento social, llámese grupo familiar, amigos, escuela, religión, sociedad.
El otro punto importante, es saber y reconocer que la felicidad es propia de cada Ser. Por lo tanto, no puedo buscarla fuera de mí, no me puede ser otorgada por otra persona. La felicidad es un estado al que llega la persona una vez que controla su mente reactiva, que es capaz de integrar sus roles del ego, y que no es fuertemente limitada por sus engramas. Pero no depende de que alguien me lleve a la felicidad, solo depende de mí, solo de mí. Para eso está psicointegración, es una gran herramienta de auto-conocimiento.
Y el último punto, y quisiera tocar todas las aristas que me sean posible y que este conlleva, es el de las almas gemelas, las cuales realmente si existen. ¿Y qué serían las almas gemelas? Bien, primero comprendamos que todo en el universo es vibración, y por lo tanto, los seres espirituales también lo son. Por lo que si nuestro espíritu tiene afinidad con determinados espíritus, lo más probable es que nosotros también. Es por eso que hay espíritus que vibran tan distinto al nuestro que se genera una especie de rechazo vibracional. Esto no significa que nos hayan hecho algo negativo o que hayan cometido algún acto hostil hacia nosotros, simplemente es una cuestión energética, solo eso.
Ahora bien, supongamos que en el camino de nuestras vidas encontramos a nuestra alma gemela, fantástico ¿no?, y por lo tanto seguramente sentiremos una gran atracción. Genial, es lo que siempre buscamos…pero ambos estamos vibrando en un plano 3 (no olvidemos que lamentablemente el 99% del planeta está en el plano 3), por lo que hay muchos roles del ego en nuestra conducta y obviamente lo trasladamos todo a la máxima potencia a nuestra relación de pareja. ¿Entonces qué ocurre?, esa es la pregunta del millón, ¿no? ¿Qué ocurre en una pareja que está subordinada por los roles del ego? Esta pareja estaría ahondando continuamente en las emociones e inevitablemente destruyendo el sentimiento que los une. Recordemos que en las relaciones de amor personal hay tanto emoción como sentimiento, o sea que siempre van a existir roles del ego en las relaciones personales. Pero eso no significa que debamos tomarlo como la base de la relación, sino todo lo contrario.
Entonces, por más que hayamos encontrado a alguna de nuestras almas gemelas, o que vibren en sintonía con nosotros, no es garantía de nada, absolutamente de nada. Porque si no aprendemos a controlar nuestra mente reactiva, siempre la pasaremos mal o haremos que la pase mal nuestra pareja, por lo que todo se irá por la borda. Si no generamos el cambio en nosotros, nunca lograremos la mejor relación de pareja posible, dado que la mejor relación de pareja posible no pasa por ser o no almas gemelas, no pasa por tener que vibrar sí o sí en la misma sintonía, obviamente que no puedo estar con una persona que me produzca repulsión, tampoco llevemos las cosas a los extremos, pero no necesito para nada que la otra persona sea mi alma gemela o vibre de la misma forma. Lo que necesito es crecer como persona primero, controlar mis roles del ego primero, esto en primera medida es crucial, no sólo para construir una relación de pareja, sino para construir mi vida de la mejor forma. Poca cosa ¿no?, damos tanta importancia a la pareja y nos olvidamos de nuestra vida. No nos olvidemos que somos vibración, y si vibramos bajo, atraeremos a personas que vibren parecido, por lo que es crucial trabajarnos y brillar, brillar con la mejor luz que podamos dar.
Otra cosa que es muy importante, y que muchas veces pasa a un segundo plano, es el permitirnos conocer a la otra persona, el no apresurar las cosas (creo que comprenden a qué me refiero, jajaja, sí, justo a no poner el sexo como primer objetivo) No tiene nada de malo el sexo, por el contrario, pero primero, en todo caso, tenemos que plantearnos qué es lo que queremos. ¿Qué es lo que buscamos? ¿Buscamos construir una posible pareja? ¿O sólo buscamos estar con alguien? Bueno, es simple ¿no? La gran mayoría de nosotros no se toma ni un solo minuto en pensar profundamente qué queremos, o qué deseamos. O en lo que sentimos sobre ciertos temas personales. Pero la cuestión es que tomemos una decisión al respecto, si sólo queremos estar con alguien, tal vez no me interese conocer demasiado a la persona y vaya directo a los bifes como se dice acá. Eso no está mal ni bien, es sólo una decisión de lo que yo deseo. El punto es que nunca debemos dejar de ser responsables de nuestras propias decisiones.
Cuando desee experimentar algo más profundo y no me limite sólo a lo físico, tal vez tome más importancia saber con quién estoy, conocer a esa persona, ver y sentir que tan compatibles podamos ser el uno con el otro, donde pasar tiempo juntos para hablar y compartir no implique necesariamente primero tener sexo, pero luego no digamos; ¡uuuh, no es lo que parecía!, ¡no la soporto más!, ¿cómo hago para que se vaya? o ¡no sé quién me mandó a estar con ella!, obviamente lo mismo del otro lado. Por ese motivo, es importantísimo, según yo creo, conocerse. Compartir tiempo juntos, realizar actividades, o lo que nos acerque si es que eso deseamos. Y bueno, luego se verá. Es sólo cuestión de tiempo, sólo tiempo.
Entonces para redondear, dejemos de buscar a nuestra alma gemela, no es necesario. Busquemos lograr nuestra mejor versión de nosotros mismos en el día a día, y permitámonos darnos un tiempo para conocer a ese alguien que nos interesa. No nos apresuremos, nadie nos corre. Dejemos los prejuicios de lado. Todas esas tonterías que nos hicieron creer y que sólo nos limitan. Tratemos de fluir, seamos nosotros mismos. Ese es el mejor obsequio que puedo hacer a ese Ser que intenta abrirse a mí, que me ofrece su tiempo y un posible espacio en su vida. Seamos conscientes de nuestras responsabilidades, y ante todo, seamos amor. Amor hacia nosotros mismos primero, y desde ahí, hacia todos los que nos rodean. Los invito a vivir con plenitud esta experiencia llamada vida.
Roberto Carlos Brandán
(10% de Es-Tor-El)