Raúl Caballero describe el servicio como «el amor hecho obra», puesto que, desde Tetra-el, sabemos que el altruismo y el servicio son algo real y observable en nuestra sociedad y en el mundo. Así, reflexionamos e intentamos extender ideas sobre ello en un mundo en el que es una opinión muy generalizada el creer que las acciones altruistas están motivadas simplemente por intereses personales. Esta manera de pensar, también es una teoría extendida entre los filósofos, se trata del “egoísmo psicológico”, la cual, afirma que cualquier conducta, incluso la que en un primer momento parezca ser altruista, está impulsada por motivaciones autointeresadas y egoicas, negando la existencia del altruismo y, mantiene la idea que solo son medios para obtener la satisfacción de los deseos del agente.
El filósofo Thomas Hobbes intentó encontrar una manera de comprender el altruismo haciendo una lista de actos muy altruistas y ver cómo cada uno podía tener un trasfondo de beneficio o idea oculta para el que lo hacía, dos ejemplos: Por una parte, el acto de caridad lo entendió como el deleite que encontraríamos en demostrar nuestro poder o hacer ver a otros lo serviciales que somos. Por otra parte, la razón por la cual sentiríamos compasión es porque nos recordaría que podría pasarnos lo mismo a nosotros o a un ser querido, es decir, solamente seríamos capaces de ayudar desde una perspectiva subjetiva y pasándolo por un filtro personal. Así, esta teoría expone que todo lo desinteresado siempre conecta con algo que evoca beneficio personal.
Nosotros, desde Tetra-el, confiamos en el triunfo del altruismo y del servicio, ya que es una parte de nuestro ser que tengamos impulsos bondadosos cuya única razón es la de aliviar el sufrimiento ajeno o el simple hecho de compartir un momento con el otro. Desde Psicointegración, sabemos que algunas personas si que pueden dar una imagen servicial y el verdadero motivo de la acción conecte con aceptación, reconocimiento o algún tipo de beneficio, pero , aunque esto sea una tendencia, no solo existe un motivo por el cual nos movemos y esta teoría no puede sostenerse.
Pienso que ahí reside nuestra complejidad, somos la polaridad .
Sin tener por qué responder a un hábito aprendido ni a una educación recibida desde pequeños, el altruismo sienta sus bases en la empatía y en el espíritu. No se trata sólo de la capacidad cognitiva que nos permite ver el mundo a través de los ojos de los demás, sino que es algo más profundo que permite establecer una conexión casi trascendental con otras personas. De hecho, el servicio es algo tan real que por poner un dato empírico, reside en las neuronas espejo, encargadas de crear ese vínculo de contención con la otra persona y muchos vínculos más.
Realmente no deberíamos de buscar una respuesta dentro de un gen para determinar si verdaderamente existe o no el altruismo, puesto que, el servicio se palpa en el día a día de una manera hasta casi energética y a su vez, nos tentamos con el ego, alejándonos de nuestra verdadera forma de ser.
El punto de vista según el cual sólo existe egoísmo es una alternativa que por razones prácticas debemos ignorar, ya que imposibilita el análisis del servicio y el altruismo al negar su existencia. En el caso de que fuera cierto que “sólo existe el egoísmo”, se negaría la existencia de la cooperación y el altruismo, y esto nos obligaría a crear dos nuevos conceptos que podríamos llamar “comportamiento aparentemente cooperativo” y “comportamiento aparentemente altruista” para poder tratar el tema.
El egoísmo psicológico es una visión bastante cínica de la naturaleza humana, diciendo directamente que esta, es egoísta por naturaleza. El altruismo es algo bastante real. Con esto no quiero decir que el altruismo sea algo particularmente común o extendido. No conocemos la naturaleza humana del ser humano, pero sabemos, que el ser y su esencia conectan directamente con la Luz y negar el servicio sería negar toda una cadena del Ser. De múltiples maestros y espíritus que se han hecho a sí mismos.
Adara Azgam-El |