En la actualidad basta con una sencilla búsqueda en Google para conocer la circunferencia exacta de la Tierra: 40075 km. Pero, hace más de 2000 años, no todo era tan sencillo.
Muchas personas no conocen el nombre de este antiguo pensador griego, que bien podría ser considerado entre los grandes científicos de la humanidad. Nacido en Cirene, al norte de la ciudad de Alejandría, cerca del año 276 a.C., Eratóstenes tenía inquietudes de todo tipo, como la matemática, la filosofía y el teatro.
Eratóstenes trabajó en la famosa Biblioteca de Alejandría. Una de sus principales obsesiones fue la resolución de problemas matemáticos y geométricos como la naturaleza de los números primos o la duplicación del cubo. Por su alcance en varias ciencias, se destacó entre sus contemporáneos por lo que le fue dado el sobrenombre de Pentathlos.
Eratóstenes enseñando en Alejandría (ca. 1635). Oleo sobre lienzo de Bernando Strozzi
Sin embargo, entre tantas dotes científicas que este sabio tenía, ha pasado a la posteridad por ser el primer hombre en medir la circunferencia de la tierra, prácticamente con elementos tan rudimentarios, como podrían serlo ahora para un hombre común en nuestro tiempo.
Eratóstenes descubre que la Tierra es redonda
Cuando el sabio matemático Eratóstenes estuvo de visita en Siena (actual Asuán), observó un fenómeno que llamó poderosamente su atención: durante el mediodía, en un solsticio de verano, no había sombras verticales. Esto sucedió porque el Sol estaba directamente sobre su cabeza.
Al volver a su ciudad, Alejandría, el matemático intentó probar si pasaba lo mismo. Entonces clavó un palo en el suelo para ver si, al mediodía, generaba sombras o no. Y claro, hubo una sombra, de 7 grados para ser precisos.
La conclusión que sacó Eratóstenes de ese fenómeno fue la acertada: la Tierra debía ser curva. Si no fuera curva o redonda, no debería haber observado sombras en Alejandría, tal como ocurrió durante su visita a Siena.
Eratóstenes calcula la circunferencia de la Tierra
Pero el sabio matemático no se iba a conformar con saber tan solo que era redonda. Después de haber descubierto la importancia de las sombras, comenzó a calcular con ellas cuánto medía la circunferencia de la Tierra.
Para comenzar, le pidió a un hombre que calculara la distancia entre Siena y Alejandría, que equivalía a cerca de 5000 estadios de distancia (800 kilómetros). Entonces, Eratóstenes sacó una conclusión sencilla: si los 7 grados de diferencia entre Alejandría y Siena son 800 kilómetros, los 360 grados de la Tierra son cerca de 40000 kilómetros.
De este modo, el matemático griego obtuvo un número muy similar al que conocemos ahora, usando nada más que un palo y su cerebro, sin salir de su casa, hace más de 2000 años.
A lo largo de la historia, la humanidad ha defendido en diversas etapas la esfericidad del planeta. En textos hindúes del s.XX a.C. ya se insinúa la redondez de la Tierra, mientras que en las escrituras egipcias del s.XV a.C. también. Posteriormente sabios griegos como Platón, y Aristóteles (siglos IV y III a.C.) también defendieron que los planetas eran esféricos, pero años después la Iglesia y la Santa inquisición se encargó de tirar por tierra estas ideas y no sería hasta Copérnico y Galileo (s.XVI y XVII) cuando el ser humano empezó a darse cuenta de cómo es verdaderamente nuestro planeta y el universo que lo rodea. Mientras tanto, en la actualidad, miles de personas insisten con que la Tierra es plana. Quizás deberían probar el método de Eratóstenes, ¿no?.
Hasta la próxima
«Hay mayor realidad que nuestra mayor ficción»
Maestro Nori-El
Mas Información y Fuentes:
vix.com – ciencia
unilad.co.uk – news
todaslascosasdeanthony.com