La espiritualidad es la Ciencia del Ser. El ser precisa del Saber (conocimiento aprendido y aprehendido) para poder Hacer y de esa manera Evolucionar. La evolución da sentido a la existencia y permite el Goce. El goce es fruto de la evolución en el Amor.
El medio utilizado para poder servirse del amor y llegar al goce es la imperfección. Amor-Odio, Creación-Destrucción, Evolución-Involución, son fuerzas-energías contrapuestas que crean la sinergia que permite el equilibrio de lo existente en la realidad.
La espiritualidad es una disposición principalmente moral, psíquica o cultural, que posee quien tiende a investigar y desarrollar las características de su espíritu. Se relaciona asimismo con la práctica de la virtud.
Esta disposición implica habitualmente la intención de experimentar estados especiales de bienestar, como la iluminación (integración de los roles del ego en un único yo central) o la Iluminación (que sería alcanzar un estado de conciencia «superior», un entendimiento y comprensión total de la realidad como espíritu).
La espiritualidad es la ciencia que estudia el sentido de la vida y abre nuevos caminos aún por descubrir. Mediante esta ciencia es posible para la persona conocer cómo dirigir y mejorar su vida con el objetivo de alcanzar la plenitud, que no es otra cosa que la consecución de unos objetivos que lo hagan sentir pleno y consciente de sus actos y lo mueva a seguir realizando viajes que lo llenen interiormente y lo hagan progresar. «La meta es la búsqueda».
El ser espiritual es aquel que se desarrolla en el servicio, es decir, el amor hecho obra. Este es el objetivo natural y necesario que se requiere para alcanzar la plenitud espiritual y, si lo queremos llamar así, la felicidad. Aprender a ver el goce en el servicio es integrar los roles del ego. El amor puro posee la vibración opuesta a un rol del ego.
El ego no es más que uno mismo, y lo roles son papeles que cumple el yo inconsciente. Esos papeles perniciosos, impostores y carentes de autoestima se denominan roles del ego.
Otra cosa distinta son las virtudes del ego integrado, que son aquellas que ayudan y conducen por el camino de Luz al ser con un ego controlado, como puede ser la templanza.
El término
El término espiritualidad (del latín spiritus, espíritu), depende de la doctrina, escuela filosófica o ideología que la trate, así como del contexto en que se utilice.
El origen etimológico del mismo emana del latín, y más exactamente, es fruto de la suma de estos tres componentes latinos:
- El sustantivo “spiritus”, que puede traducirse como “alma”.*
- La partícula “-alis”, que se usa para expresar “relativo a”.
- El sufijo “-dad”, que es equivalente a “cualidad”.
Espiritualidad es la condición y naturaleza de espiritual. Este adjetivo (espiritual) refiere a lo perteneciente o relativo al espíritu. La noción de espíritu, por su parte, está vinculada a una entidad no corpórea, al alma racional, a la virtud que alienta al cuerpo para obrar o al don sobrenatural que Dios concede a ciertas criaturas.
El concepto de espiritualidad, por lo tanto, puede referirse al vínculo entre el ser humano y Dios o una divinidad. La religión o distintas filosofías suelen ser el nexo que permite desarrollar esta relación. Puede decirse que los sacerdotes, los pastores y diversos gurúes, por lo tanto, hablan de espiritualidad cuando tratan asuntos religiosos.
No hace falta, de todas formas, adherir a una religión determinada o seguir a una institución religiosa (como la Iglesia católica) para desarrollar la espiritualidad. El vínculo entre el hombre y Dios puede ser personal e íntimo, sin manifestaciones exteriores ni rituales.
Se ha que buscar la precaución a la hora de asumir los ideales de las distintas filosofías y religiones, puesto que pueden alejar más que acercar a lo verdaderamente espiritual con el objeto de manipular y así obtener algo de nosotros, el sometimiento a un dogma. Personas que no llegan al autoconocimiento total se sirven de lo espiritual para obtener poder y establecer lo que se ha de hacer y lo que no, lo que está bien y lo que está mal mediado por sus roles del ego y engramas. Esto puede llevar al estancamiento como seres espirituales.
Alma o espíritu
Para entender la espiritualidad hay que hablar del término alma o ánima, que se refiere a una entidad inmaterial que, según las afirmaciones y creencias de diferentes tradiciones y perspectivas filosóficas y religiosas, poseen los seres vivos. La palabra del latín ánima se usaba para designar el principio por el cual los seres animados estaban dotados de movimiento propio.
En ese sentido originario, tanto las plantas como los animales en general estarían dotados de alma. Los avances en la fisiología y neurología permitieron reconocer que los seres animados obedecen al mismo tipo de principios físicos que los objetos inanimados, al mismo tiempo que pueden desarrollar actividades diferentes de estos, como la nutrición, el crecimiento y la reproducción.
Es importante entender este concepto, ya que el alma (la inmateria) es lo que anima al cuerpo (la materia) y le permite tomar decisiones y desarrollarse espiritualmente a través de su libre albedrío divino. Esa podría ser la cuarta diferencia entre un ser vivo y uno que no: tiene cierto grado de libre albedrío, ya que elige, toma decisiones. Elevar el nivel de consciencia permite desarrollar una mejor capacidad para tomar decisiones y desarrollar nuestro libre albedrío.
Reflexión
Que exista un equilibrio da sentido al por qué de las cosas, el objetivo es mantenerse en equilibrio entre dos fuerzas.
Si todo tiene un sentido y todo tiene un porqué (todo es causal), necesariamente debe haber una energía consciente que mueva los hilos, porque precisamente esa energía crea el sentido. La Nada no crea. Por lo tanto hay «algo» que crea y da sentido, a lo cual llamamos Dios. ¿Una energía que podríamos llamar Dios es consciente de sí mismo o la propia energía se autorregula por su esencia y crea un equilibrio azaroso? ¿Es la propia energía substancial mediada por las leyes substanciales de la existencia la que en algún momento es posible que haya cobrado consciencia? Si es así, esto podría ser Dios. La pregunta trascendental podría ser: ¿Por qué y para qué existe la consciencia?
Azar versus el sentido de la cosas: ¿Quién ganará? Y esto es parte del desarrollo del ser espiritual, encontrar el sentido de las cosas, su sentido en el mundo y en esta realidad, algo que lo motive a seguir viviendo. El azar no existe y todo tiene un porqué, aunque no seamos capaces de descifrarlo.
De este principio nace la Ley del Karma, que no es otra cosa que la pura consecuencia de las elecciones del Ser y su aprendizaje necesario para seguir avanzando. Es algo que funciona para el propio desarrollo espiritual, nos permite cambiar y conocer los porqués, ver nuevas perspectivas e iniciar nuevos caminos que nos lleven al goce, la plenitud en el momento presente.
*El espíritu, (del latín spiritus, literalmente «soplo» o «vientecillo»), entre otras acepciones se refiere a un principio impulsor del ánimo o esencia inspiradora, que permite obrar en armonía; a un vigor natural o fortaleza que alienta a obrar; a la parte racional del alma de una persona.
Enlaces Tetra-El:
Estructura del espíritu: https://tetra-el.org/conocimientos-basicos/estructura-del-espiritu/
El karma: https://tetra-el.org/conocimientos-basicos/karma/
Mensaje de Eón: https://tetra-el.org/mediumnidad/contactos-telepaticos/eon-270117/
Bibliografía:
Qué es la espiritualidad: https://www.youtube.com/watch?v=R4M7BNv9Y30
Espíritu: https://es.wikiquote.org/wiki/Espiritualidad
Espiritualidad: https://es.srichinmoy.org/espiritualidad/que_es_espiritualidad
Definición: https://definicion.de/espiritualidad/
Alma: https://es.wikipedia.org/wiki/Alma
Wikipedia – Espiritualidad: https://es.wikipedia.org/wiki/Espiritualidad