En esta reflexión quiero hacer mención a la distinción entre el sentimiento del “yo” y el sentimiento del “SER”.
Mirando hacia atrás, cada acontecimiento de nuestra vida, cada “fotografía psicológica” va acompañada de sentimientos diferentes.
“A lo largo de nuestra vida hemos marchado por el camino del error, eso es patente. Y en todos los aspectos de nuestra vida, en cada instante, hemos sentido en el corazón algo que se llama “sentimiento”. Ese algo lo hemos considerado siempre como la voz de nuestra Conciencia, como el sentimiento real, al cual hemos obedecido, como el único que puede conducirnos por el camino recto. Hemos sido víctimas de un auto-engaño, siempre nos ha guiado, o siempre hemos confundido al sentimiento del “yo”, con el sentimiento del “ser”. Samael Aun Weor.
¿Qué sentimiento del “yo” tiene un adolescente cuando ve que tiene un mundo por delante y que las chicas le sonríen?¿Qué sentimiento del “yo” tiene uno de 25 años cuando empieza a trabajar y a ganar dinero? ¿Y uno de 40 casado y con hijos?. Uno siente que tiene corazón, y conciencia y a tal edad dice: “yo”, “yo”…
Así, con la edad de 18 años se tiene un sentimiento del “yo”, con la edad de 25 años se tiene otro y un anciano de 80 años, indudablemente tendrá su propio sentimiento. En cada etapa por la que hemos pasado le han correspondido sentimientos del “yo” diferentes.
¿Cual de los sentimientos sería pues el correcto?
Y es que cada “fotografía psicológica” de nuestra vida iría acompañada de un sentimiento del “yo” diferente.
La identificación con los roles del ego ha existido y existirá siempre. Venimos a este mundo en pañales y nos sometemos a un cuerpo inmerso en la naturaleza mecánica y cíclica del Universo, donde incluso parte de nuestros estados psicológicos están condicionados por diferentes etapas biológicas, siendo más proclives a caer en diferentes sentimientos del “yo” según la edad.
De manera que en nosotros existen tantos Sentimientos del “yo”, como Roles del Ego no hayamos integrado. Dicho de otra manera, con cada Rol del Ego no intengrado que tengamos tendremos indudablemente un sentimiento diferente de nosotros mismos: Un sentimiento del “yo”.
En los ciclos reencarnativos, nuestro flujo y el de millones de entidades continúan una y otra vez supeditándose a los mismos roles y falsos sentimientos del “yo”, los cuales nos hacen caer una y otra vez en una Identificación infinita.
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Práctica: Buscar situaciones que se dieron en el pasado que nos produjeran rencor, resentimiento, desavenencias, celos, enojo etc…y observar dichos cuadros mentales de manera despersonalizada.
A continuación al vernos en esa situación debemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Qué sentimiento del “yo” tenía en aquella ocasión?
Al vernos desde afuera, seremos conscientes de los Roles y las causas que los generaron.
El autoconocimiento sobre nosotros aumentará.
¿Significa esto que hemos integrado dichos roles?
La respuesta es NO.
Si ese sentimiento por lo más mínimo que sea vuelve a aparecer, significa que aún perdura en nosotros y que no hemos sido capaces aún de integrar ese rol del ego. Vamos a creer que lo hemos superado por nuestra “madurez” o por nuestro autoconocimiento. Sin embargo NO hemos llegado al fondo del asunto y seguimos camuflándolo desde otro Sentimiento del “Yo”, en vez desde la comprensión interna o interiorización que genera el Sentimiento del SER.
( Es importante esto)
He establecido una pregunta en tiempo pasado para conocer los roles del Ego que todavía podríamos camuflar a día de hoy.
Pero la pregunta que deberíamos hacernos continuamente es:
¿Qué sentimiento del “yo” tengo en este momento?
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Hablamos de dar un paso más allá, de un trabajo interno que trasciende la comprensión intelectual de nuestros Roles o de aprender mentalmente a como comportarnos ante diferentes situaciones. Debemos dejar atrás todo lo que somos, todo lo que creemos que somos. Dejar atrás eso nos produce inseguridad y miedo pues no concebimos algo más allá de nuestro sentimiento del “yo”.
Y así, en la medida que vamos recuperando consciencia, vamos rompiendo lo que creíamos que era nuestra identidad, nuestra idea y sentimiento del “yo”, para ir integrando un sentimiento que está por encima de todo ciclo: El sentimiento del SER.
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Luis Sanmartin . ( Noviembre 2018)
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