Medium: Raúl Caballero
Entidad: Lari-El
Interlocutor: Laura
Contacto telepático con el ángel Lari-El, donde explicó a que se dedica específicamente y cómo puede ayudar a las personas que lo convoquen. Respondió preguntas tales como plano actual, guía angélico y se expresó libremente. Finalizó dando un hermoso consejo para todas las personas de este mundo.
Raúl: Vamos a intencionar a Lari-El -entidad angélica- para conocerlo un poquito más y vamos a ver que sale en esta canalización.
Interlocutor: ¡Bienvenido!
Lari-El: ¡Aquí estoy! La primera vez que me siento realmente convocado de esta manera y es un gusto estar aquí.
Interlocutor: Me alegro. No sé si quieres dar un mensaje o decir cómo estás, cómo te encuentras, o puedo pasar a las preguntas. ¿Qué prefieres hacer primero?
Lari-El: No, puedes preguntar.
Interlocutor: Vale, la primera pregunta sería: ¿En qué plano te encuentras?
Lari-El: Estoy en el subnivel 9.
Interlocutor: ¿Y a qué te dedicas?
Lari-El: Me oriento muchísimo hacia la contención, la tranquilidad, la luz, la armonía. Puede sonar a tópico o a cliché, pero a diferencia de otros hermanos, no me interesa tanto ser directo. No me interesa tanto la confrontación, no me interesan tanto -no sé- otras cosas más superficiales.
Y lo único que me interesa es tranquilizar el entorno, darle muchísima armonía, paz, luz. Eso es lo que me interesa. Y sé que lo que más necesitáis vosotros seres encarnados y más en vuestro mundo… más que necesitar consejo y más que necesitar apoyo y más que necesitar orientación y más que necesitar pautas… creo que lo que más necesitáis es luz, amor, contención.
Porque muchas veces estáis llenos de rabia, rencor. Las emociones os dominan. Y creo que es mucho más útil lo que estoy diciendo que cualquier consejo, porque la persona que esta reactiva no atiende a razones. Entonces, la clave es lograr tranquilizarla y ese es mi cometido.
Interlocutor: Muy bien. ¿Tienes algún 10% encarnado?
Lari-El: No, actualmente no.
Interlocutor: Vale, ¿has tenido alguna vida en Sol III?
Lari-El: No, en vuestro mundo no he encarnado nunca.
Interlocutor: ¿Y tienes algún guía angélico?
Lari-El: Sí.
Interlocutor: ¿Nos puedes decir quién es?
Lari-El: Si, es una entidad angélica que llamaríais como… Es complicado para que lo puedas entender el nombre. Sería Artha-El. Es una entidad del máximo plano de luz también.
Interlocutor: Vale, de momento las preguntas ya están. No sé si nos quieres decir algo.
Lari-El: Siempre es bonito intentar conocer lo que no se conoce, intentar dar una oportunidad a los otros. Yo entiendo la oportunidad que a mí se me está dando.
Es de agradecer, porque es la primera vez que me siento de esta manera -incorporado al receptáculo a nivel parlante- y siento como si todo fuera distinto a lo habitual.
Es cierto que he encarnado muy poquitas veces, muy poquitas veces. Porque he encarnado un total -en toda mi existencia- de 4 veces. En toda mi existencia. ¿Vale?
Interlocutor: Sí.
Lari-El: Esas 4 veces, las he encarnado en los 25 millones de años que existo como entidad angélica. Es decir, muy, muy poco he encarnado, ¿bien?
Interlocutor: Sí.
Lari-El: Y las 4 veces que he encarnado, una vez encarné en el mundo que vosotros conocéis como Orión, Orión IV, el cuarto planeta de Orión. Otra vez encarné en Antares IV. Otra vez encarné en Anthea IV.
Y la última vez encarné en un mundo que vosotros no conocéis, que se llamaría algo así como Iris II, que es un mundo donde persevera las doctrinas políticas. Y me convertí en político, intenté cambiar el mundo, pero tuve una conspiración contra mi persona que me mataron al final.
Fue la última vez que encarné y de eso hace por lo menos 4 mil años. Por lo menos. Por lo menos 4 mil años hará.
Interlocutor: Y una pregunta: ¿Por qué has encarnado tan poco?
Lari-El: Porque no me interesa encarnar, porque creo que para mi cometido, que es intentar que las emociones de los demás no les dominen, intentar tener la mente más lúcida para que luego entiendan los conceptos, creo que es mucho más fácil hacerlo desde un plano ya sea espiritual, ya sea angelical, antes que desde el plano físico. Porque desde el plano físico trabajas los conceptos.
Tú puedes explicarle algo a una persona de forma clara, algo que desde el mundo suprafísico, no. Y no llega a veces el concepto, ¿no?
Pero si tu cometido es intentar transmitir armonía, la luz es muchísimo más fácil de transmitir sin cuerpo físico, porque no tienes la limitación del cuerpo físico para tener que decodificar, traducir y enviar esa energía, ¿me entiendes? Sino que eso te lo ahorras, directamente la envías y ya.
Y a la persona, le guste o no, le llega. Le guste o no, la capta, la recibe. Y luego se calma. Lo tengo comprobado. Puede estar la persona más reactiva, que si le envío luz, la persona se calma. Pero la persona nunca lo va a atribuir a eso, ¿no?
Digamos que mi trabajo es un trabajo anónimo, un trabajo oculto en las sombras, ¿no? Es decir, ayudo, pero nadie se entera de que he ayudado. Y está bien que así sea, que no busco el protagonismo, no busco que me miren, solo busco poder ser útil. Y creo que es una manera bastante, bastante práctica de ser útil.
De hecho, en el mundo angélico soy… no nos gustan los títulos. A nosotros no nos gustan los títulos, porque los títulos los ponéis vosotros para vuestro plano físico, porque necesitáis de las etiquetas, ¿vale? Entonces nosotros no etiquetamos.
Pero para vosotros haceros una idea, porque vuestro mundo es tan complejo para nosotros como lo es el nuestro para vosotros, ¿no? Entonces, me tengo que poner en vuestro lugar de alguna manera y tengo que hablar como uno de vosotros.
Pero si tuviera que poner una etiqueta, yo sería el ángel experto, ¿de acuerdo? El ángel número 1 enviando armonía, enviando energía, enviando luz. Soy el mejor en ese cometido, ¿no? Es una manera de decirlo, porque realmente…
Interlocutor: Sí, te adaptas a nuestro vocabulario para que nosotros te podamos entender.
Lari-El: Sí, para que vosotros que soléis etiquetar todo lo entendáis. Pero realmente, ni yo voy diciendo «soy el número uno» ni los demás me lo dicen. No creo que sea mejor, creo que hago lo que puedo y lo hago bien, pero es para que vosotros me entendáis, ¿no? Se me puede malinterpretar muchísimo.
Por eso quiero que aquel que esté libre de condicionamiento me interprete muy bien, porque creo que eso es bueno. Así que soy experto en eso y se me da bien hacer eso. No se me da bien transmitir conceptos, se me da mejor transmitir luz, vibración, armonía, tranquilidad y buena vibración y buena onda.
Y quiero transmitir eso a todos los que estáis aquí, a los que vais a escuchar las sesiones. Quiero que os llegue, quiero que en el momento de escucharme, de alguna manera, os llegue esa tranquilidad, esa lucidez, esa armonía. Quiero que os llegue.
Igual que a mí me tranquiliza también parcialmente ver que hay gente que puede llegar a ejercer la mediumnidad a ese nivel. Y de la misma manera que yo estoy contagiando tanto al receptáculo como a ti, intento contagiar a todos los que me vayan a escuchar. Quiero que todos me escuchéis con armonía, con paz, con tranquilidad.
Y como último mensaje, voy a decir: El mundo sería mucho mejor si antes de hablar y si antes de pensar, os sintierais con armonía. Porque seguramente se convertiría vuestro mundo -y voy a soltar un símil gracioso y curioso- en un Antares.
Y todo el mundo sabe en el mundo espiritual, en el plano angélico, que no existe mejor mundo que Antares. El prototipo de vida que debería de existir en todo el universo. Y resulta que el prototipo más extendido es el de Orión III, es bélico.
Pero es curioso lo que digo, que debéis de sentiros armónicos antes de hablar y de pensar. Cambiarían vuestras respuestas en un 86% de las veces.
Eso es todo, espero que me hayáis conocido un poquito más, por lo menos. Tendría mucho más que contar, pero no quiero usurpar toda la sesión en mí, cuando yo soy aquí un mero invitado. Invitado de honor, seguro, pero invitado al fin.
Os quiero todos. Toda la armonía para todos. Toda la luz para todos. Y recordad, que primero es sentir esa armonía y luego pensar y actuar.
Interlocutor: Muchas gracias.
Lari-El: Hasta todo momento. Toda mi Luz.
Interlocutor: ¡Hasta todo momento!