Se resolvió el enigma de la mítica ciudad legendaria EL DORADO con Raúl Caballero como canalizador oficial del Grupo Tetra-El y Adrián Tardío a los mandos de la interlocución de la sesión de Misterios Revelados. El Maestro Noriel se presenta para resolver todos los interrogantes sobre lo acontecido con este misterio.
CONTEXTUALIZACIÓN DE LA MÍTICA «EL DORADO»
El Dorado es un legendario reino o ciudad, supuestamente ubicado en el territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, en una zona donde se creía que existían abundantes minas de oro.
La leyenda se origina en el siglo XVI, en Colombia, cuando los conquistadores españoles tienen noticias de una ceremonia realizada más al norte, donde un rey se cubría el cuerpo con polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada.
Guatavita
La laguna de Guatavita se encuentra en la cordillera oriental de Colombia, en el municipio de Sesquilé, al norte de la cabecera municipal de Guatavita a una distancia de 75 km al nordeste de Bogotá, provincia de Almeidas de Cundinamarca.
La laguna fue una de las más sagradas de los Chibchas, puesto que allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo Zipa (Cacique); según cuenta la leyenda, éste iba en una balsa de juncos ricamente adornada; tenía el cuerpo cubierto íntegramente con oro en polvo; a sus pies ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciera a los dioses y braseros encendidos para quemar una especie de sahumerio llamado moque.
El nuevo dignatario iba acompañado por cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas al agua.
Este es uno de los orígenes de la leyenda de El Dorado. La famosa Balsa Muisca que se exhibe en el Museo del Oro es evidencia de que este tipo de rituales se celebraban en los lagos de la región.
Hubo varios intentos de drenar la laguna para hallar sus tesoros ocultos, entre los cuales los más importantes fueron el del capitán Lázaro Fonte, quien pudo extraer varias piezas de oro fino, y el de Antonio de Sepúlveda en el siglo XVI, quien también logró sacar esmeraldas y piezas de cerámica.
Historia: Primeras noticias del Perú
La historia sobre las grandes riquezas de Sudamérica se inicia en Panamá, cuando el conquistador Vasco Núñez de Balboa emprende las primeras expediciones hacia el interior del istmo.
En su camino, los españoles se cruzan con la tribu del indio Comagre, del cual reciben esclavos y algo de oro, entre otras cosas. Según las crónicas, cuando Núñez de Balboa realiza el reparto del oro entre los soldados, se produce una riña entre algunos españoles inconformes con la partición.
En ese momento, Panquiaco, hijo mayor de Comagre, golpea la balanza, y dice:
«Si yo supiera, cristianos, que sobre mi oro habíades de reñir, no vos lo diera, ca soy amigo de toda paz y concordia. Maravíllome de vuestra ceguera y locura, que deshacéis las joyas bien labradas por hacer de ellas palillos, y que siendo tan amigos riñáis por cosa vil y poca.
Más os valiera estar en vuestra tierra, que tan lejos de aquí está, si hay tan sabia y pulida gente como afirmáis, que no venir a reñir en la ajena, donde vivimos contentos los groseros y bárbaros hombres que llamáis.
Mas empero, si tanta gana de oro tenéis, que desasoguéis y aun matéis los que lo tienen, yo os mostraré una tierra donde os hartéis de ello».
Maravillados los españoles le preguntaron a cuanta distancia estaba de allí, a lo que Panquiaco respondió que se llamaba «Tumanamá» y que estaba a seis jornadas de distancia, aunque en su camino debían atravesar unas sierras antes de llegar a la otra mar.
Por intermedio de este relato es que en 1513 Vasco Nuñez de Balboa va a descubrir el Océano Pacífico, al cual va a bautizar con el nombre de «Mar del Sur».
En 1519 se funda la ciudad de Panamá sobre las costas del Pacífico, y tres años después, Pascual de Andagoya, emprende un viaje hacia las costas del sureste, hasta el Golfo de San Miguel, donde los indios del lugar le cuentan que todas las lunas llenas venía gente por el mar en canoas a hacerles la guerra desde una provincia ubicada al sur llamada «Birú» (luego Perú).
Así es que Andagoya se embarca a explorar aquellas costas llegando hasta el actual río San Juan (Colombia), donde recoge las primeras noticias del Imperio Inca. Desde entonces, según relata el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, en Darién «no se hablaba de otra cosa, sino de la rica y lejana provincia de Perú».
En 1524, los españoles Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque se asocian para descubrir aquella tierra desconocida. Pasaron allí dos años de continuos fracasos, recorriendo las costas de Sudamérica sin encontrar nada relevante.
En las luchas con los indios Diego de Almagro incluso perdió un ojo, acuñando la frase «Este negocio me ha costado un ojo de la cara».
El punto de inflexión se produjo en la Isla del Gallo (Colombia) cuando Diego de Almagro partió hacia Panamá en busca de refuerzos mientras Francisco Pizarro lo aguardaba con el resto de los ochenta soldados en dicha isla, quedándose varios de ellos retenidos en contra su voluntad.
El gobernador de Panamá, Pedro de los Ríos, enterado de las penurias que estaban pasando aquellos hombres, exige que se les permita regresar sin ningún tipo de impedimento. En ese entonces el descontento entre la tropa era ya muy grande y casi todos mostraban intenciones de querer desertar.
En esa situación extrema, con todo a punto de perderse, Francisco Pizarro desenvainó su espada, marco una línea en la arena y desafió a sus soldados diciéndoles que debían elegir entre quedarse de ese lado, yéndose a Panamá a ser pobres o arriesgarse a cruzar la línea hacia el Perú donde se harían ricos.
Solo trece hombres decidieron continuar en la expedición, quienes luego serían conocidos como los «Trece de la Fama».
Poco después, tras continuar navegando hacia el sur, en abril de 1528, Pizarro y sus hombres desembarcaron en Túmbez (Perú) donde hallaron grandes riquezas. Tras conseguir lo que tanto habían anhelado, Pizarro retornó a Panamá con el objetivo de que el rey de España lo nombrara Gobernador del Perú, marcando el inicio de la conquista del Imperio Inca.
La conquista de Colombia
El primer asentamiento estable de los españoles en Sudamérica fue la ciudad de Santa Marta (Colombia), fundada en 1525 por Rodrigo de Bastidas. Allí se inició la conquista de las tribus vecinas que en su mayoría eran ricas en oro, lo cual acrecentó aún más la ambición de los europeos.
Las tribus americanas prontamente descubrieron la debilidad de los españoles por los metales preciosos y utilizaron esto a su favor creando numerosas fábulas sobre lugares maravillosos en los confines de la región.
El término «El Dorado», en general, se aplicó a casi todas las creaciones fantásticas, inventadas por los nativos americanos o imaginadas por los propios españoles. El primer «Dorado» del que se tiene registro fue el mítico cerro de oro que supuestamente estaba ubicado en el valle de los Tayronas, unos aborígenes guerreros que dominaban a las demás tribus de la región de Santa Marta.
El impulso definitivo para la conquista del continente se produjo en 1528 cuando Francisco Pizarro envió a España los tesoros descubiertos por él en Tumbez (Perú).
El desconocimiento general de la geografía sudamericana hizo creer a los españoles que yendo hacia el sur desde la costa colombiana o venezolana podrían encontrar el océano Pacífico, ya que suponían que la costa seguía la misma orientación que en Panamá, es decir en dirección Este-Oeste.
Cuando la noticia de las riquezas descubiertas en Tumbez llegó a Santa Marta, se organizó desde allí una expedición con el objetivo de encontrar una ruta al Mar del Sur y así adelantarse a Pizarro en la conquista del Perú.
La primera expedición encabezada por el gobernador interino Pedro Badillo logró bordear la sierra Nevada y llegar a Valledupar.
El siguiente gobernador, García de Lerma, encabezó las primeras exploraciones del río Magdalena, convencido de que éste atravesaba toda Sudamérica hasta donde estaba el Imperio Inca.
La conquista de Venezuela
En 1531 el conquistador Diego de Ordás exploró por primera vez el río Orinoco, en busca de los ricos pueblos del Perú. Tras muchas dificultades la expedición llegó a la altura del cruce con el río Meta y los indios del lugar le informaron que había mucho oro, pero río arriba, lo que le hizo suponer que en su origen se hallaban grandiosas minas de oro.
Los indios también le contaron que en esas tierras habitaba un príncipe muy poderoso, que era tuerto, y que utilizaba animales de monta como los caballos, pero que eran más pequeños que los ciervos, por lo que Ordaz supuso que se trataba de Ovejas del Perú (Llamas).
Diego Ordás retornó a la costa pretendiendo realizar una segunda expedición por tierra, sin embargo falleció antes de poder realizarla.
En una carta de la Real Audiencia de Santo Domingo, fechada el 30 de enero de 1534, se informa a Su Majestad sobre las riquezas del Perú y su temor de que los colonos abandonen las islas del Caribe para irse a Sudamérica.
Sin embargo, lo interesante del relato es que describe la existencia de una tierra aún más rica que el Perú, ubicada en el interior del continente:
«…según por información a habido de los que de allá han venido que tienen por cierto según las alturas y las graduaciones que en la costa de Tierra Firme el paraje de enfrente de esta isla y de la de San Juan entrando por ella a línea recta al sur y medio día llegados a la línea equinoccial y antes y después de pasados de ella se dará en lo mejor de todas las riquezas de aquella tierra, porque esta casi en el medio del Río de la Plata que está al oriente y de la otra tierra del Perú que esta al occidente y que entrando como están tomados los extremos entrando por éste medio descubrirán lo bueno del todo ello a lo cual ninguno de los descubridores de la Plata y del Perú podrán llegar en mucho tiempo.»
Surgimiento de El Dorado
En 1534, mientras Cuzco caía en manos de Pizarro, hacia el Norte Sebastián de Belalcázar emprendía la conquista de Quito (Ecuador), que se suponía igualmente rica, aunque los españoles no encontraron tesoros allí.
Belalcázar continuó explorando el territorio ya que un indio en Latacunga (Ecuador) le comentó sobre su lugar de origen, una tierra más al Norte llamada Cundinamarca, cuya tribu había perdido una gran batalla con los chizcas (chibchas).
Según aquel prisionero, el rey de su tribu solía cubrirse el cuerpo con oro en polvo para ofrendarlo a los dioses, naciendo allí la actual leyenda de El Dorado, que más tarde se fusionaría con otros rumores y mitos que llevaron a creer que se trataba de toda una ciudad o reino construido enteramente en oro.
Desde aquel entonces, los españoles de Quito comenzaron a denominar ese territorio como la provincia de El Dorado.
Así es que Belalcázar sale “en demanda de una tierra que se dice El Dorado y Pasquies”, según declara el tesorero, Gonzalo de la Peña en julio de 1539. La ilusión de Belalcázar era conquistar estas tierras y llegar al mar de las Antillas, que se suponía cercano a Quito.
Desde allí, evitando el viaje por el Pacífico hasta Panamá, podría embarcarse directamente rumbo a España sin tener que cruzarse con Pizarro, del cual pretendía independizarse.
Las tropas de Belalcázar y su madre avanzaron por las provincias de Pasto y Popayán, atravesaron el valle de Neiva y llegaron hasta la sabana de Bogotá donde se encontraron con las expediciones de Nicolás de Federmann y Gonzalo Jiménez de Quesada que habían avanzado desde Coro y Santa Marta respectivamente.
Gonzalo Jiménez de Quesada
En 1535 llega a Santa Marta el teniente de gobernador, Gonzalo Jiménez de Quesada, quien decidió organizar una excursión hacia el interior del territorio, siguiendo el curso del río Grande (río Magdalena), con el objetivo de alcanzar el Perú.
En su camino, Quesada observó un hecho curioso: a lo largo del río los indios consumían granos de sal traídos desde la costa de Santa Marta, sin embargo, una vez recorridas setenta leguas de distancia, la sal era ya muy cara y escasa.
Luego de esto, comenzaron a observar indios que consumían otra sal, ya no en granos sino en panes similares a los terrones de azúcar y a medida que avanzaban por el río la sal era cada vez más barata, lo que llamó la atención de los conquistadores.
Según los indios, las tierras de donde provenía dicha sal pertenecían a un señor poderoso que poseía grandes riquezas.
Los españoles decidieron explorar el origen de dicha sal, llegando así hasta las tierras de la Confederación muisca, un pueblo rico en oro y esmeraldas que habitaba en el altiplano cundiboyacense. Allí Jiménez de Quesada llevaría adelante la conquista de este pueblo y fundaría la ciudad de Bogotá.
Las costumbres religiosas de los muiscas incluían ofrendar oro y piedras preciosas a sus dioses, en adoratorios retirados, casi inaccesibles, que eran principalmente lagunas ubicadas en la cúspide de las montañas. El principal adoratorio lo constituía la laguna de Guatavita, que era a su vez, la plaza mejor fortificada de los muiscas.
Una de las costumbres que más llamó la atención de los españoles fue la que se realizaba para investir a los nuevos caciques de Guatavita, que fue bautizada por los europeos como la ceremonia de El Dorado.
Según los cronistas, cuando moría el cacique de Guatavita, su sobrino y futuro cacique era ungido con una masa pegajosa de tierra mezclada con oro en polvo y trasladado al centro de la laguna de Guatavita, donde debía arrojar piezas de oro y esmeraldas como ofrenda.
Sin embargo, este ritual se había dejado de efectuar tras la pérdida de autonomía que sufrió Guatavita. La veracidad de este relato se confirmó en 1856 mediante el hallazgo de una pieza de oro, conocida como la «balsa muisca», aunque ésta luego desapareció y más tarde se descubrió una similar en 1969, que actualmente está expuesta en el Museo del Oro en Bogotá.
Paradójicamente, ninguna de estas dos balsas se encontró en la laguna de Guatavita, sino que la primera se descubrió en la laguna Siecha y la segunda apareció en una cueva del municipio de Pasca.
La razón por la cual esta ceremonia se realizaba en la laguna de Guatavita era porque los sacerdotes muiscas afirmaban que allí se había arrojado la Cacica con su hijo huyendo del Cacique que la había acusado por infidelidad.
Según la historia, la Cacica y su hijo vivían en un magnífico palacio construido en el fondo de la laguna. Esta creencia también se difundió entre los españoles dando fama a aquel «Dorado».
El derecho sobre estos territorios recién descubiertos permaneció unos años en disputa entre Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y del alemán Nicolás de Federmán.
El segundo, proveniente de Quito (Ecuador), reclamaba el territorio a nombre de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, y el tercero, que venía de Coro (Venezuela), lo hacía por los banqueros alemanes Welser, arrendatarios de la provincia de Venezuela.
Desagüe de las Lagunas Sagradas
La historia de las ofrendas de oro y esmeraldas también condujo a los primeros intentos por desaguar las lagunas sagradas de los muiscas.
El primer desagüe de la laguna de Guatavita lo realizó Hernán Pérez de Quesada, consiguiendo únicamente el equivalente a tres o cuatro mil pesos de oro. En 1652, un rico mercader de Bogotá, llamado Sepúlveda, obtuvo de Felipe IV la concesión para una segunda pesquisa.
Sepúlveda realizó un corte en uno de los cerros con el fin de desaguar la laguna, obteniendo de esta empresa solo una valiosa esmeralda.
Finalmente, una compañía inglesa, por concesión del gobierno de Colombia, procedió a desaguar completamente la laguna de Guatavita, descubriendo en su fondo una capa de lodo de tres metros de espesor. Allí fueron encontrados algunos tunjos, esmeraldas y objetos de cerámica.
La laguna Siecha fue parcialmente desaguada en 1856 por los señores Joaquín y Bernardino Tovar, asociados a Guillermo Paris y a Rafael Chacón. El nivel de las aguas descendió unos tres metros permitiendo descubrir varias esmeraldas y algunas piezas de oro, entre las que se destacaba una balsa muisca, similar a la hallada en 1969, pero que actualmente se encuentra desaparecida.
En 1870 se realizó un nuevo intento por desaguar la laguna Siecha, llevada a cabo por Crowther y Enrique Urdaneta, que perforaron 187 metros de roca de arenisca sobre el muro occidental.
Sin embargo, cuando faltaban 3 metros para finalizar el túnel, los dos señores y un peón murieron asfixiados por las emanaciones viciadas del lodo sumadas al olor de la combustión de la pólvora empleada para la perforación.
MISTERIO REVELADO: EL DORADO
Sesión del 13/08/2017
Médium: Raúl Caballero
Interlocutor: Adrián Tardío, Roberto Carlos Brandán, Laura Castelló
Entidad: Maestro Noriel (5º plano de luz y 90%, yo superior o thetán del colaborador David)
Se resuelve el enigma del Dorado dando multitud de detalles sobre el tema.
Raúl: Estamos grabando una sesión con Nori-El, maestro del 5º plano de luz, para dilucidar y resolver el enigma conocido como El Dorado. Tengo a un lado a Laura y tengo también vía Skype a Adrián, que va a hacer de interlocutor, y a Robert por si quisiera aportar algo.
Voy a abrir paso, como siempre, a Adrián para que introduzca el tema.
Adrián: El Dorado es un legendario reino o ciudad, supuestamente ubicado en el territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, en una zona donde se creía que existían abundantes minas de oro.
La leyenda se origina en el siglo XVI, en Colombia, cuando los conquistadores españoles tienen noticias de una ceremonia realizada más al norte, donde un rey se cubría el cuerpo con polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada.
Hoy en día se sabe que este pueblo era el Muisca y el sitio donde se realizaba la ceremonia habría sido la laguna de Guatavita (Colombia). La noticia de la riqueza muisca atrajo hasta la sabana de Bogotá a expediciones originadas desde distintos lugares.
La supuesta existencia de un reino dorado motivó numerosas expediciones y se mantuvo vigente hasta el siglo XIX, aunque su localización fue trasladada desde Colombia hacia las Guayanas, a medida que avanzaba el proceso de conquista y colonización del territorio sudamericano.
Raúl: Voy a intencionar a Nori-El y arrancamos.
Nori-El: Aquí estoy con todos vosotros, agradezco la acogida y también la introducción.
Adrián: ¿Cómo va, Noriel? ¿Listo para un nuevo misterio?
Nori-El: Para estas cosas siempre estamos listos.
Adrián: ¿Algún mensaje inicial?
Nori-El: No, vamos directamente con las preguntas.
Adrián: ¿Existió la mítica ciudad conocida como El Dorado?
Nori-El: Existió como una proyección holográfica, pero no existió físicamente como ciudad. Existe la leyenda y todo se queda una leyenda originada por esa proyección holográfica realizada por unos seres extraterrestres.
Adrián: ¿De qué planeta provenían?
Nori-El: Provenían de un mundo que ellos llaman Aler, sería Aler V. Se trata de una estrella que es gemela y orbita de forma muy cercana a Betelgeuse y estaría ubicada a 420 años luz, relativamente cerca.
Adrián: ¿Y estos seres qué morfología tenían o tienen?
Nori-El: Son seres con una morfología homo sapiens sapiens, pero seguramente con un tono de piel mucho, mucho más oscuro, con un tono prácticamente cobrizo, similar al oro, pero bastante oscuro. Relativamente similar al de vuestra raza negra.
Adrián: Y con respecto a su estatura, ¿qué rondaría?
Nori-El: Serían bastante altos, rondaría el metro noventa.
Robert: ¿Qué tal, maestro? ¿Su ADN es en base a carbono?
Nori-El: Sí, sería exactamente el mismo ADN que el vuestro. No es que sean de morfología humana, sino que directamente son humanos. Humanos nacidos en otro mundo, pero humanos porque tienen el mismo ADN.
Adrián: ¿Y esta civilización qué edad tendría como civilización?
Nori-El: Como civilización podría tener perfectamente muchísimos miles de años, fácilmente tiene entre cuatro mil y cinco mil años más que vuestra civilización actual. O sea, que tienen muchísima tecnología, incluso han descubierto los viajes en el tiempo.
O sea, que para ellos prácticamente no existe ningún misterio si entendemos como un misterio parte de la ciencia, porque no necesariamente quiere decir que hayan estudiado la parte espiritual, que directamente no la han estudiado porque no tienen interés en ella.
Adrián: ¿Actualmente se encuentran en el planeta Tierra también?
Nori-El: No, no, actualmente ya no. Se fueron hace ya bastante tiempo.
Adrián: ¿Y en qué época realizaron esas proyecciones?
Nori-El: Las proyecciones empezaron más o menos sobre el 1350 y estuvieron más o menos hasta el 1600. Después directamente se marcharon.
Adrián: ¿Con qué objetivo?
Nori-El: Ellos estuvieron en el planeta por investigaciones ecológicas, investigaban todo lo que tenía que ver con el agua, tanto su composición, así como también los distintos animales, la flora o la fauna que podía habitar en el agua.
Tenían una nave que estuvo aproximadamente dos siglos bajo el agua, que la utilizaban directamente como base para sus investigaciones y la mejor manera que tenían de que los nativos no los molestasen… ya que sus investigaciones eran secretas y de todas maneras no buscaban nada material, porque directamente podrían haber buscado qué se yo, mano de obra humana, esclavizar, abducir, experimentar con humanos…
No buscaban nada de todo eso, sino que querían hacer sus investigaciones tranquilos y es algo frecuente que seres de otros mundos realicen este tipo de jugadas holográficas, porque es una manera de alejar a los curiosos.
Proyectando una ciudad imaginaria -ficticia- lograban atraer la atención de los nativos hacia esa ciudad, lo cual les dejaba vía libre para continuar con sus investigaciones acuáticas. Ecológicas, más bien.
Adrián: Esas proyecciones se realizaban sobre el terreno y los nativos iban a buscar esas proyecciones, pero nunca llegaban, ¿no? ¿Era como que desaparecía la ciudad? ¿Sería algo así?
Nori-El: Sí, no tenían manera de llegar porque era una proyección. A medida que se iban acercando la proyección desaparecía y la ciudad desaparecía delante de sus ojos, por lo tanto solo se podía ver a la lejanía.
Eso de alguna manera mitificó todavía más sobre que era una ciudad enorme, ¡enorme! Totalmente.
Adrián: ¿Esa proyección qué diámetro tendría?
Nori-El: La proyección realmente era muy, muy, muy grande. O sea, el aparato proyector realmente era insignificantemente pequeño, lo cual es algo muy común en los distintos mundos el tratar de miniaturizar la tecnología.
Ya hemos repasado en otras canalizaciones tecnología como la antigravitatoria, que apenas puede medir una pulgada aproximadamente, dos pulgadas a lo sumo. Estamos hablando de aparatos realmente pequeños que permiten mover enormes rocas, por ejemplo, que pesan varias toneladas.
Sucede lo mismo con este aparato que podríamos llamarlo de alguna manera como proyector, es un proyector que directamente se alimenta de la propia energía que transmiten desde la propia nave y es un aparato que puede tener no más de 5 cm de diámetro y que es capaz de hacer una proyección de hasta varios kilómetros de diámetro, o sea, proyecciones realmente gigantescas.
Adrián: ¿Y a qué distancia de donde ellos investigaban o de donde ellos tenían la nave madre hacían las proyecciones?
Nori-El: La distancia podía ser bastante, bastante alejada. Podían hacer proyecciones desde perfectamente 75 km o 130 km, sin ningún tipo de problema, para que no se acercaran ni siquiera lo más mínimo.
Estaban totalmente tranquilos de poder hacer. No era como que hacían la proyección a escasos metros, sino que la proyección estaba directamente a kilómetros.
Sabían que los nativos eran capaces de moverse rápidamente por lo que ellos consideraban su hábitat natural al fin y al cabo, aparte de que hay muchísimas tribus indígenas. Pero sí, podía ser perfectamente varias decenas de kilómetros.
Robert: Maestro, ¿el nativo o la persona que estaba ahí qué visualizaba o qué alcanzaba a ver en esa proyección?
Nori-El: Visualizaban una ciudad, visualizaban estos seres extraterrestres. Estos seres extraterrestres directamente serían -como ya dije- humanos con la piel mucho más oscura y con un tono cobrizo, lo cual les hacía entender como que estos seres eran dorados, que estaban bañados en oro y de ahí nació la leyenda.
«Bueno, si estas personas que habitan en esta ciudad están cubiertas de oro, la ciudad tiene que tener muchísimo oro». Y de ahí nació, digamos, la leyenda de El Dorado.
Adrián: ¿Dónde se ubicaban estas proyecciones?
Nori-El: Las proyecciones estaban ubicadas en la laguna de Guatavita, que estaría en Colombia.
Adrián: Se proyectaba en distintos lugares, ¿no? ¿O era un único sitio fijo?
Nori-El: No era un único sitio fijo, no era un único sitio fijo.
Adrián: De la nave madre que has hablado antes, ¿cuánto mediría?
Nori-El: No era una nave demasiado grande. Fíjate que eran pocos los seres que realizaban las proyecciones, apenas podían ser un grupo de unos 40 individuos, o sea, que no era una nave demasiado grande y la nave podía medir perfectamente a lo sumo 2 km.
No era una nave demasiado grande teniendo en cuenta las naves madres que son muchísimo, pero muchísimo más grandes.
Adrián: No está mal. ¿Y eran seres éticos?
Nori-El: Ni éticos ni no éticos, buscaban directamente sus propias investigaciones, nada más que eso.
Robert: ¿La media de los planos de estos seres en qué plano estarían, maestro?
Nori-El: Rondando el plano 3.
Adrián: ¿Percy Fawcett conocía de El Dorado?
Nori-El: Había escuchado hablar de la leyenda.
Adrián: ¿Y no salió a buscarlo?
Nori-El: Él estaba inmerso en la Ciudad Z y para él no existía otra cosa. Era su obsesión, digámoslo así. Vivió realmente obsesionado con esa idea, realmente obsesionado, y perdió muchas cosas y dejó muchas cosas atrás, pero eso ya sabemos que es otra historia.
Adrián: Aunque no existía la ciudad de El Dorado, parecía que había bastantes objetos de oro u oro en las américas. ¿Eso a qué se debe?
Nori-El: Se debe directamente a muchísima mina de oro. Fíjate que la propia civilización inca llegó a tener perfectamente miles de millones de dólares actuales y todavía, en respecto a la leyenda de El Dorado, fíjate que hubieron ofrendas a estos supuestos dioses que vivían en El Dorado arrojando oro al agua y directamente se ha encontrado muchísima cantidad de oro, equivalente perfectamente a varios miles de millones de dólares en su propia ofrenda.
Adrián: Y bueno, esta es una de las tantas razas que aparecen en la historia de la humanidad de esos tiempos, ¿no? De extraterrestres que influyeron.
Nori-El: Y fíjate, realmente al comienzo yo dije que había una nave asentada bajo el agua: Bajo el agua de distintas zonas, porque no tenían una base fija en la que simplemente estuvieron dos siglos fijos estudiando lo mismo, sino que se movieron por distintas zonas de la laguna Guatavita, en Colombia.
Distintas zonas, o sea, no fijos en un único sitio estancado.
Y las proyecciones podían andar a escasas pocas decenas de kilómetros, hasta perfectamente 130 kilómetros de distancia. O sea, que hacían proyecciones tanto a poca distancia como a mayor distancia.
Evidentemente trataban de cubrir a mayor distancia para que no los molestaran, pero se movieron por toda la laguna de Guatavita hasta cerca de Santa Fe de Bogotá. Se movieron directamente por toda la zona.
Fíjate que Guatavita se encontraría a unos 80 kilómetros de Santa Fe de Bogotá, en Colombia, y podían oscilar aproximadamente hasta 130 kilómetros. No tenían ningún tipo de problema de ir moviéndose por la zona para ir investigando tanto la laguna de Guatavita en su totalidad como zonas circundantes, ya no solamente de agua, sino también terrestres.
Aunque las investigaciones eran sobre todo acuáticas, sobre todo porque la nave la tenían afincada bajo el agua. Insisto, una nave que podía ser de 2 km y es una nave pequeña para ser una nave madre, podía haber como 40 individuos y nada más que eso dentro de esa nave.
No estuvieron fijos, sino que iban y venían y cada vez se asentaban en una zona de esa laguna de Guatavita y -como digo- hacían todo tipo de investigaciones ahí.
Seres que no tenían, insisto, ningún tipo de interés por lo material porque no se llevaron nada de oro a pesar de que la zona estaba repleta de oro en aquel entonces y directamente nunca se llevaron oro porque no les interesaba el oro. No se llevaron esclavos, mano de obra, no abdujeron a nadie.
No les interesaba eso, eso no los convierte en éticos, pero tampoco eran malvados, sino que directamente buscaban hacer sus investigaciones e irse. Eran totalmente indiferentes con los nativos y solamente buscaban mantenerlos ocupados con esa proyección como para que no se acercaran más de la cuenta a la zona de sus investigaciones.
Adrián: ¿Pero hacían las proyecciones desde la nave o ellos se bajaban y hacían la proyección con el aparatito?
Nori-El: Hacían la proyección desde afuera de la nave.
Adrián: Y aun así a pesar de eso, ¿los vieron?
Nori-El: Ellos se proyectaban directamente. Proyectaban una ciudad y se proyectaban a ellos mismos.
Adrián: ¿Pero a ellos mismos físicamente no los vieron, no?
Nori-El: Físicamente no los llegaron a ver, pero sí llegaron a ver una proyección de cómo eran ellos físicamente, lo cual automáticamente ellos al verlos con esa apariencia pensaban que eran dioses que estaban llenos de oro y hacían esas ofrendas en la laguna de Guatavita.
Varios de ellos se llegaron a acercar a muy, muy poquita distancia, pero directamente la proyección se desvanecía, desaparecía.
Adrián: Yo creo que ha quedado bastante claro, si quiere decir algo más.
Nori-El: No, yo creo que ha quedado muy claro al respecto de un tema que tampoco es un gran misterio teniendo en cuenta que realmente no existió como ciudad. Si no, podríamos estar hablando de muchas otras cosas, así que por ahora lo dejamos así.
Adrián: Perfecto, maestro.
Nori-El: Gracias y podéis convocarme cuando queráis. ¡Hasta todo momento!
Adrián: ¡Hasta todo momento!
Laura: Hasta todo momento.
ENLACES DE INTERÉS:
Percy Fawcett y la Ciudad perdida Z: https://tetra-el.org/mediumnidad/misterios-revelados/percy-fawcett-y-la-ciudad-perdida-z/
REFERENCIAS:
Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/El_Dorado
Documental sobre El Dorado: https://www.youtube.com/watch?v=adJEXLgmh5s
Resumen de la leyenda de El Dorado: http://www.elorigendelhombre.com/el%20dorado.html
Laguna de Guatavita: https://es.wikipedia.org/wiki/Laguna_de_Guatavita
Laguna de Guatavita en vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=AgJglNIG7ZE
Ritual del hombre de oro: https://www.youtube.com/watch?v=wzMy3H1XN1k
Los muiscas y la historia de El Dorado (por la historiadora y escritora Mercedes Medina de Pacheco): https://www.youtube.com/watch?v=yI0Pj4hKkqY
10 cosas sobre la laguna de Guatavita: https://www.youtube.com/watch?v=CFkbIpkx_5M
Canción ‘Sin mirar atrás’ de la película ‘La ruta hacia el Dorado’: https://www.youtube.com/watch?v=yalLTXthcis