Ari 14/08/20

Sesión de Psicoauditación

Médium: Raúl Caballero

Entidad: Ari-El (90% o Thetán de Ari)

Interlocutor: Laura

El Tethán habla sobre la situación  actual debido a la pandemia en la cual nos encontramos. Los cambios de sociedad existentes, los valores, la ética… Continúa la vivencia como Shivana en Umbro.

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Ari-El: Os percibí al conversar y sé que todo el asunto de lo que habéis llamado Sars Cov-2 es muy delicado, la situación es realmente mala. Incluso aunque uno haya tenido varias encarnaciones, no es frecuente haber vivido pandemias así, si bien siempre han existido, y siempre han existido en todos los mundos, no es algo tan común como para que te toque vivirlo de forma común o a veces ni siquiera una vez teniendo en cuenta que vivís sumidos en un mundo estrictamente comercial, mercantil y económico lo que dificulta todavía más.

Laura: Si, la preocupación está ahí totalmente y no te puedes quedar en casa si necesitas el dinero para vivir y entonces te expones.

Ari-El: Esa es la situación real de vuestro mundo, porque vivís en una sociedad y en un sistema económico realmente obsoleto, tremendamente obsoleto. No ocurre así en otros mundos donde, aunque haya una pandemia hay mayor control, mayor organización y de alguna manera hay otros sistemas económicos que con completamente distintos o directamente no existe la economía en sí.

Laura: Pero que ahora hemos podido ver que se premia a la economía antes que a la salud

Ari-El: Porque vivís en un mundo mercantil, en un mundo donde el único que tiene valor son los números, donde sois un simple número en un sistema y eso que os puede parecer tan lógico, normal y habitual, y que muchos expertos dirían que lleva pasando mucho tiempo, siglos y toda la vida. Yo me atrevería a decir que es algo que ocurre desde hace muy poco, muy poco porque antes haciendo una labor de investigación de historia de vuestro mundo, en los años que vosotros llamáis 80 y 90 había muchísimo más valor por la vida humana, pero la entrada del nuevo milenio se ha construido sobre la indiferencia sobre la competencia y ahí es donde más se ha acrecentado eso. Vivís en un mundo que creéis que es mucho más igualitario de lo que es, donde decís ‘bueno yo vivo en un país que más o menos todos viven bien, todos viven igual´ (que no es el caso de todos los países); eso es completamente falso, vivís en un mundo donde cada vez es más empresas, multinacionales que ganan más, más y más dinero a cambio de pequeños comercios que van cerrando gradualmente. Y esto es cada vez más acusado y tú lo sabes, no es algo de hace un año pero tampoco es algo de hace cincuenta, es algo de hace veinte años, la entrada al nuevo milenio a cambio de muchas cosas, para vosotros y todos suena peor claramente; se han perdido valores, se han reconducido las cosas, si veis obras de ficción hoy donde no hay valores es porque es un estudio, hay gente muy inteligente detrás estudiando qué es lo que se necesita para lograr los resultados que se necesitan para lograr un control.

Había que liquidar el sistema de valores, para que las nuevas generaciones no vieran cosas que tuvieran que ver con los valores y por eso se han implementado obras nuevas que nada tienen que ver y se os ha enseñado que hay que amarlas para estar en la onda, para estar en la sintonía, para no ser menos que un paria de la sociedad. Son muchas las cosas que se juntan, hay expertos casi en todos los campos que saben como manipular a una sociedad; como separarla, como dividirla, como desconfiarla. Hay muchas maneras de lograr que una sociedad entre en confusión y en caos, pero todo esto lo estudian psicólogos de primer nivel, psiquiatras de primer nivel, sociólogos de primer nivel, economistas de primer nivel, empresarios de primer nivel, etc.

Laura: Y no lo podemos parar.

Ari-El: No, porque no depende de uno, depende de muchos.

Laura: La unión de todos.

Ari-El: Que muchos comiencen a tener una escala de valores, pero hoy en día estáis cada vez más divididos. Os han enseñado que, si alguien piensa distinto a vosotros os está imponiendo una idea. Simplemente el otro no puede opinar distinto, no puede discrepar en nada, si se discrepa entonces automáticamente es un atentado contra uno.

Laura: Si porque provoca conflictos.

Ari-El: Claro al no aceptar las diferencias, hay cada vez más divisiones. Ahí es donde aparece la raíz de todos los problemas, ocasionados deliberadamente, insisto en eso.

Laura: Si, se ve todo muy triste. Muy gris.

Ari-El: Creo que tienes una pregunta que prácticamente se interrelaciona con la economía de mi 10% a quien saludo.

Laura: La pregunta es: ¿Los cursos de trading de A.J también son una estafa?

Ari-El: Dentro de ese campo es una de las personas con mayor sentido común y criterio, no lo desestimo directamente, pero siempre hay que vigilar con todo lo que tiene que ver con lo económico; no quiere decir que sea una persona 100% limpia, porque en este campo no existe, ¿es aprovechado? Sí , ¿sabe venderse, sabe ganar dinero? Hoy en día prácticamente todos saben qué hacer para lograr sus objetivos, no importa que el otro esté bien, lo que importa es que Yo sea más rico o más feliz, tenga más dinero. Este no es un ejemplo distinto, pero es cierto que tiene mayor sentido común, mayor coherencia y interpretado todo al pie de la letra puede ocasionar pérdida y problemas. Pero haciendo una lectura inteligente si puede ocasionar beneficios.

Laura: Muy bien. ¿Quiere seguir relatando la vida o quiere darle un consejo primero a tu 10%?

Ari-El: El consejo siempre es que mire para dentro y no para afuera. En esa vida ya yo había admitido, yo ya había aceptado que a padre no lo iba a ver más, sabía que padre se había sacrificado por mí; cabalgué y cabalgué lejos durante mucho tiempo, sin rumbo, no sabía a donde iba. No conocía nada, era pequeña, era joven, no sabía nada pero necesitaba vivir y encontrar respuestas. Fíjate que siendo tan joven, mi estrategia, mi idea estaba completamente clara, yo tenía muchos metales, muchos y no quería utilizarlos para vivir egoístamente, no quería utilizarlos para hacer una nueva vida en cualquier aldea, en cualquier lugar y vivir.

Laura: ¿Qué habías pensado?

Ari-El: Pensaba reunir todos esos metales para contratar a los mejores cazarrecompensas, a los mejores guerreros para derrocar a ese malvado, para vengar a padre; pero sobre todo para derrocar a ese gobierno que estaba aterrorizando a todos los ciudadanos. Vivían todos con tanto miedo, con tanto pánico, tan mal que esa era mi idea: Tenía metales, bien, vamos a utilizarlos para que se consiga una vida mejor para todos, no sólo para mí. Yo sabía que iba a estar huérfana siempre, los metales no me iban a devolver a papá, y que tampoco me iban a devolver a mamá, y que tampoco me iban a servir llevarme la cabeza del gobernador para resucitar a papá o a mamá, ya eso no iba a servir para nada. Pero a lo mejor podía servir para que otras personas no pasaran lo mismo, no sufrieran lo mismo. Era un depravado que quería estar conmigo, que quería tocarme, era un desgraciado que ha acabado con la vida de la persona que más amo. Me impulsaba la venganza y la determinación por lograr un mundo mejor a partes iguales. El objetivo era el mismo: ambos me conducían a la cabeza de ese hombre. Ahora ¿cuál de los dos lados ganaría? Dependería a que fiera alimente más; si alimento más mi lado de la venganza o alimento más mi lado bondadoso y altruista.

Fuera como fuera, en ese entonces no cuestionaba nada, pero yo tenía muy claro que con esos metales iba a lograr contratar a los mejores para intentar derrocarlo. Sé que era difícil, él tenía muchos guardias, gente valerosa a su servicio, gente con armas; no sabía hasta qué punto podía lograr algo con esos guerreros, pero debía intentarlo. Así que llegué a una aldea y me fui directo a la posada, sabía que el posadero debía ser el que tenía más contacto con todo tipo de personas, forasteros, etc. Le dije mi idea, le dije que si querían negociar algo vinieran a verme a mi habitación de la posada, estaba dispuesta a ofrecer muchos metales pero que la proposición era difícil. No tardó mucho, a las dos horas tenía algunos guerreros que habían venido a mi habitación, raro era porque todos los guerreros cerraban la puerta e intentaban tener relaciones íntimas conmigo. Muchos coincidían en lo mismo: ‘¿qué me costaría? ¿qué me impediría matarte aquí, niña, llevarme todos tus metales y vivir como un rey?’ Pero yo no era tonta, sabía que todos intentarían lo mismo conmigo, así que tenía un as en la manga: ‘Pues muy sencillo, porque jamás vivirás como un rey salvo que logres derrocar a uno ¿quieres mis metales? Viólame, mátame y llévatelos. Pero tus metales se van a terminar algún día ¿quieres vivir como un rey? Ayúdame a acabar con él y el trono será tuyo’. Al poco logré que un grupo de guerreros, que yo no sabía si estaban altamente preparados, pero si que confiaba que su sed de sangre no les llevaría a la tumba. Es decir, dicho de otra manera, confiaba que no hubiera ningún loco que pusiera su vida en juego sabiendo que se iba a enfrentar a todo un ejército; suponía que quién venía debía estar preparado porque sabía lo que se iba a encontrar.

Así que como Shivana lideré la rebelión. No sé si ‘liderar’ es un verbo que me agarra demasiado lejano ¿cómo va a liderar una niña que no tenía nociones tácticas, que no tenía nociones de combate? Si no sabía ni donde había que ir, ni qué había que hacer, no sabía ni donde estaba; me había perdido. Más no importaba, ellos conocían el reino y donde estaba, yo me dejaría llevar ahora no nos engañemos, yo no podía liderar si no sabía ni hacia donde iba, ni qué había que hacer. Logré reunir hasta 25 guerreros, cada uno de ellos tenía pinta de poder acabar con dos, tres o más soldados al mismo tiempo: era la vida o era la muerte. No sé hasta que punto ellos estaban de acuerdo con repartirse mis metales, la cosa es que pasé un par de noche en ese lugar y después marché con ellos, no podía ser de otra manera, yo quería justicia pero no se podía imponer la justicia sin violencia; iba a correr mucha sangre. Y así pasó, las luchas no se hicieron esperar, comenzó a derramarse la sangre; las cabezas cortadas, las personas iban muriendo, los inocentes gritaban y escapaban mientras se enfrentaban los dos bandos. No había visto tal baño de sangre y violencia en mi vida, me traumó, aprendí, me volvió más cruda no lo sé; simplemente luchaba por lo que consideraba que era una causa mejor.

Los caballeros iban cayendo, los guerreros del reino uno tras otro; los guerreros que yo había reclutado eran fuertes, de los veinticinco terminaron cayendo diecisiete, pero ocho lograron vencer. Le cortaron la cabeza al rey y habíamos logrado ganar la batalla. Pero de repente, ensangrentados y heridos de la batalla, entre ellos se miraron, tampoco querían compartir ya no era por mis metales, lo que no querían compartir era el trono. Así que se batieron en duelo, en lucha, en batalla; sólo uno podía quedar. Aquella persona que quedó viva estaba moribunda y en ese momento algo me susurró: ‘mátalo y hazte tú con el trono’, pero era compasiva, tal vez incapaz de matar a una mosca o tal vez ya no porque había visto mucha violencia. Lo salvé, me pidió que me convirtiera en su esposa y me negué. Dos semanas después la ciudad estaba peor que con el anterior gobernador; todavía tenía más sed de dinero, de sangre, de metales.

Laura: ¿Qué lección aprendiste de ahí?

Ari-El: Imagínate lo que es intentar salvar algo y empeorarlo. Después de haber invertido todo, ya le di todos mis metales, ¿qué quieres ahora? la codicia humana era algo que no se podía cambiar, eso es lo que aprendí. Decidí casarme con él después, viendo todo lo que había hecho, estando cerca de él lo envenené. Me hice yo con el trono; yo, Shivana, sólo 12 años. Una gobernante tan joven, pero tenía personas dispuestas a luchar por mí: porque era bondadosa, porque amaba al pueblo, porque iba a impedir que pasara algo como lo que me ocurrió a mí con mi padre y con mi madre. Y ahí estuvimos, muchos quisieron luchar por mí porque creían que yo creía en un mundo mejor, pero maté para lograrlo, maté; le quise perdonar la vida y más tarde lo tuve que matar. Aprendí a matar, me hizo tan cínica, tan malvada toda la guerra. No sé, a veces es imposible imponer justicia sin violencia. Y viví con ese pretexto, viví con esa idea toda la vida; con la idea que estaba haciendo lo correcto, de que era por una buena causa. Goberné y lideré como la mujer más joven que nunca hubiera liderado un reino semejante. Gracias por escucharme, gracias de verdad.

Laura: Gracias a ti, muchísima luz.

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.