Ariand-El 30/04/2017

Sesión de Psicoauditación

 

2da. Sesión para Emmanuel V.

Fecha: 30-04-17

Medium: Raúl Caballero

Interlocutora: Laura

Entidad que se presentó a dialogar: Ariand-El, thetán de Emmanuel.

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Laura: ¡Bienvenido!

Ariand-El: Agradezco infinitamente la oportunidad, querida interlocutora. Agradezco infinitamente poder estar aquí compartiendo contigo, que sé que eres una entidad maestra, y con todas las personas que me quieran escuchar.

Sé que muchas veces nos preguntamos cosas estando encarnados, que no encontramos la respuesta. Muchas veces por nuestra propia perspectiva estando encarnados es como que nos encontramos limitados, y muchas veces el árbol no nos deja ver el bosque, en ese bonito símil vuestro.

Por eso muchas veces preguntamos cosas que no logramos entender, pero que desde nuestro plano espiritual las vemos como muy simples todas, y lo comprendo lógicamente, porque desde el plano físico no se tiene la misma percepción.

Y muchas veces os encontráis tan expuestos, tan expuestos al no tener memoria reencarnativa; no sabéis que tenéis un thetán; no sabéis como está compuesto el universo espiritual y angélico; se crean engramas incluso sobre la muerte, el temor a morir; reflexiones, debates sobre qué habrá más allá, y se crean una serie de inquietudes que a la persona no le hacen ningún bien, ningún bien.

Ante tanta inquietud, la persona comienza a desarrollar miedos, fobias a todo tipo de situaciones. Y es por eso que muchas veces nos sentimos expuestos cuando estamos encarnados.

Cuando estamos en el plano espiritual, como thetán tengo la memoria de todas mis vidas, sé cómo está compuesto el plano espiritual y angélico, y cuanta más información tienes es como que menos miedo tienes a las cosas porque es como que más dominas todo.

Estás menos expuesto, por decirlo así, porque eres más consciente de todo. Mientras que estando encarnado no eres consciente de nada y sientes que estás tan limitado en cuanto a concepto, en cuanto a percepción, que no sabes cuando una persona es sincera, cuándo no; cuándo es leal, cuándo no; cuándo una persona va con qué intenciones; cuándo has vivido algo y no sabes relacionarlo con nada porque incluso puede que no tengas ninguna información sobre vidas pasadas o que directamente no creas en el tema. Por esos motivos estamos permanentemente expuestos en el plano físico.

Yo en el plano espiritual vivo de manera intensa, trato de investigar, trato de aprender, trato de enseñar, y no me ciño de alguna manera a mis engramas para justificarme cuando puedo equivocarme en algo.

Mi 10% tampoco, por supuesto, aunque haya personas que sí lo hagan. Pero mi 10% se siente muchas veces vulnerable porque si bien tiene conocimiento del tema, no es lo mismo conocer que vivirlo y es como siempre queda algún tipo de duda, algún resquicio de duda, de duda también en cómo lo pueda interpretar la gente.

Muchas veces hace reflexiones y se da cuenta de lo dormido que esta la gente, como vive dormida permanentemente en la sociedad. Y eso, en algunas expectativas que puede llegar a poner en según qué personas, es como que muchas veces lo jalan para abajo, porque inconscientemente es como que pone expectativas a las personas que conoce.

Ya no digo expectativas del tema espiritual, pero sí expectativas en cuanto a que una persona sea menos superficial, que sea más trascendente, que sea más profunda, que le importen cosas que no sean banales, y por ahí muchas veces se lleva decepciones con las personas.

Tiene que ver con roles del ego, evidentemente que sí. Porque tiene que ver con expectativas que sitúa, y la expectativa es un rol del ego. Tendría que ir libre de preconcepto, libre de expectativa.

La expectativa es un preconcepto, al fin y al cabo, porque se está conceptuando antes de tiempo. Se está conceptuando antes de tiempo que la persona es profunda o que la persona tiene una espiritualidad, llamémoslo de alguna manera, que luego capaz que no tiene, entonces está poniendo las expectativas en torno a un prejuicio.

El prejuicio no siempre es incorrecto: tendemos a entender al prejuicio como a aquella persona que ve al otro mal vestido y ya cree que es un vagabundo. Pero el preconcepto también puede ser contrario: tener un prejuicio de que la persona conoce mucho, o de que es de distinta manera y, de repente, no cumple con nuestras expectativas y nos decepcionamos, y nos jala para abajo.

Pero eso sigue siendo un preconcepto, sigue siendo un prejuicio. No solo el prejuicio es lo otro, también es eso, que se entienda, ambas cosas son prejuicios. La expectativa también es un prejuicio, que parte de la mente reactiva expectante.

Laura: Aunque a veces es difícil, ¿no?, no mostrar cierta expectativa por alguna persona que conoces.

Ariand-El: No, por supuesto. Además de que sois humanos y vivís una experiencia humana, no voy a hablar de ser robots. Es lógico, no seamos más papistas que el Papa, copiando una expresión vuestra. Es lógico que muchas veces hay que poner expectativas por mucho que sepamos que no es correcto, no seríamos humanos sino.

Es imposible muchas veces no conceptuar antes de tiempo según qué cosas, es directamente imposible muchas veces. La idea es que asumamos nuestros errores como errores y que aprendamos de ellos, no que no los cometamos.

Está bien cometer errores y de eso se aprende. No tengamos miedo a cometer errores, está bien cometerlos, lo que no está bien es no aprender de ellos. Es correcto cometerlos y es correcto aprender de ellos.

Es correcto eso, y en torno a según qué experiencias una persona aprenderá de una manera o de otra. Habrá personas a las que la vida les enseñe lo contrario precisamente a lo que le enseño a otra persona y está bien que así sea.

Que cada uno saque sus propias experiencias subjetivas es lo que nos hace distintos los unos con los otros, es lo que nos hace humanos. Incluso en el plano espiritual a mí me gusta decir que no somos espirituales, somos humanos, porque si bien no tenemos la experiencia de vuestros sentidos físicos, sí tenemos experiencias que se viven como humanas.

Todos aquellos recuerdos que provienen con una emoción, sea positiva o sea negativa, es un recuerdo humano, porque se vivencia desde lo humano aún sin sentidos físicos. Si es negativo, será un engrama.

Si no es negativo, no será un engrama aunque haya emoción. Si hay una emoción positiva se sigue viviendo como humano.

Es un tema que está bien hablar, que está muy bien debatir.

Laura: Sí.

Ariand-El: Fíjate que incluso cuando en la vida física nos planteamos “¿está bien lo que estamos haciendo?”, siempre sale algo, surge algo de repente, que nos muestra que estábamos equivocados o que era lo correcto.

Alguna muestra, algo, lo que sea, una pequeña señal, llamémoslo así si queréis. Porque yo tuve una vida donde me pasó algo parecido.

Tuve una vida siendo… fíjate lo que voy a decir porque me generé tremendos karmas de esa vida, siendo asesino a sueldo, o siendo sicario, encarné en otro mundo que nada tiene que ver con este, un mundo tecnológicamente mucho menos avanzado, un mundo casi primitivo para vosotros.

Un mundo que… da igual el nombre porque no es lo importante, lo importante es la vida que yo tuve, se pagaba con piedras preciosas, no se pagaba con dinero o con monedas, eran piedras preciosas que se extraían.

Recuerdo que yo cobraba mis honorarios que eran bastante altos. Mataba personas directamente, a cualquier persona que se quisieran deshacer, me pagaban y listo, yo las liquidaba.

Por lo tanto maté… no voy a decir cientos, pero sí decenas de personas, muchas veces familias. Muchas veces familias con sus hijos, niños pequeños. Los mataba, o los hacía desaparecer, o los secuestraba o incluso los mutilaba.

Obviamente que bajé de plano en esa encarnación, hasta el punto de que llegué a visitar la Octava Esfera. O sea, no estamos hablando de pequeños actos hostiles, estamos hablando de lo peor de lo peor que se puede cometer en la sociedad.

Reconozco que yo he tenido esa vida, lo reconozco. Yo no me cuestionaba nunca, absolutamente nunca me cuestionaba si lo que hacía era correcto. Era muy frío, muy calculador, estaba absolutamente convencido de que “¿por qué no?”, cuanto menos era útil, válido.

Fuera o no correcto no pensaba si lo era o no. Está bien, a mí me servía, yo ganaba mis metales preciosos, mis piedras preciosas y con ello vivía muy bien, muy bien vivía dentro de lo que era la época. Siempre tenía trabajo.

Un día me llamó un rey de una región, me dijo que quería asesinar a una familia, y recuerdo que sentí algo distinto por primera vez.

El hombre de la familia, el padre, había intentado asesinar al rey porque tenía a su familia cautiva, porque el rey había secuestrado a su familia por el motivo que fuera que no me develaron, porque a mí no me develaban detalles, era algo que no tenía por qué saber.

Pero según me explica el rey la terminan por soltar a la familia, porque sus consejeros piensan que la vida del rey corría demasiado peligro.

Laura: ¿Qué te hizo cambiar?

Ariand-El: Cuando veo la cara, la mirada del hombre. Frente a él, empuñando mi daga, lo miré frente a frente y le dije:

– Sabes que tienes que morir. Y no me contrata alguien cualquiera, me contrata tu rey, a quien me consta has intentado asesinar.

– Ya sabía que esto llegaría. -me contesta él.- No iba a dejar a mi familia y salir yo impune. Era lógico, pero está bien, mátame a mí pero no a ellos.

– Lo siento mucho pero eso no va a ser posible, el encargo es completo: he de asesinarte a ti y a toda tu familia, tus tres niñas y tu mujer. Y va a suceder aquí y ahora, está perfecto.

Dialogo con él durante dos horas, es algo que nunca me había pasado. Normalmente liquidaba a mis victimas sin dejarlas ni expresarse, pero él… su rostro, su mirada. Había detectado un alma gemela, vibracionalmente, sin yo ser consciente de las almas gemelas.

Me era incapaz matar a mi alma gemela, me transmitía una empatía tremenda cuando yo carecía de esta. Dejé mi daga, charlamos, bebimos. Me dice:

– Entre tú y yo, eres un buenísimo sicario pero, a mí, los dos sabemos que tú no me vas a matar.

Me sorprendió que dijera eso, mi reputación era letal: mataba y no me preguntaba si eran mujeres o niños. Me dice:

– Sé que haces esto por sobrevivir, que no lo haces por justo, aunque no te desagrade. Y en el fondo eres noble, muy noble y muy leal. Y no te das cuenta. Y mi rey, ese rey que te ha pagado para matarme, es un asesino.

Todo el pueblo estamos esclavizados con impuestos superiores a lo que podemos pagar, las familias tienen que emigrar a otros países, a otras regiones, muchas veces con el peligro que supone que los asalten las tribus caníbales de la zona. Cuánta gente muere por culpa de ese hombre.

– Sí, pero yo no estoy para preguntarme eso. -le respondo.

– No, está bien, te entiendo. Eres sicario, cobras por esto.

De repente se levanta y saca una alforja llena de metales preciosos: era el doble de lo que me había pagado el rey.

– Todo esto será para ti si acabas con la vida de quien me quiere muerto.

Entonces le pregunto:

– ¿De dónde has sacado todo eso? ¿Dónde lo has robado?

– ¿Por qué no te preguntas por qué no te pagó más? Él es rey, no yo. ¿Cómo puede ser que un rey sea tan avaro? ¿Nunca has pensado que igual yo también me gano la vida como tú?

Sé lo que es asesinar a personas, tal vez por eso él temía que lo asesinara. Sabe perfectamente que soy capaz de infiltrarme en un palacio enemigo y de terminar con su vida, incluso la de un rey, sí.

Entonces yo lo miro y le digo:

– ¿Entonces eres tú el que terminaste con la vida del rey del país del norte? No se sabe la identidad del asesino.

– Sí, así es, fui yo. Me contrataron, y ahora yo te contrato para que hagas mi tarea, piénsalo así. Tú ganas, nosotros perdemos, en vez de tenernos que batir en duelo. ¿Siempre miras a tus víctimas a la cara y les dices que las quieres matar?

Le respondo:

– Sí, siempre gano.

– Está bien, conmigo tal vez no ganarías, o tal vez sí. ¿Quieres que lo intentemos? ¿O prefieres tomar el doble de lo que te iban a pagar y acabar con la vida de alguien que sabes que es un miserable? En el fondo, eres noble.

– ¿Y qué tienes tú contra él?

– Pues es muy simple: seré un asesino a sueldo, ¿pero sabes otra cosa? amo a mi gente, y no soporto ver a mi pueblo morir por culpa de ese hombre. He hablado con él en 4 oportunidades, nunca me hizo caso en reducir los impuestos. Así que lo amenacé de muerte y secuestró a mi familia, eso fue lo que pasó. A que eso no te lo contó… claro, por supuesto que no.

– Los detalles a mí no me importan.

– Bueno, pues será la primera vez que tengas más detalles de los que pides. Ahora qué, ¿lo tomas o lo dejas? Eres tan parecido a mí, incluso en tu propia vida.

– Está bien, perfecto, no puedo renunciar. Pero sabiendo que ese hombre merece morir, no merezco todas estas piedras preciosas, puedes quedarte tú la mitad. Pero con una condición: que me ayudes.

– Está bien, te ayudaré a hacer la labor más sencilla si así lo crees.

Fue coser y cantar, querida interlocutora. En apenas dos horas el rey había caído, un río de sangre inundaba el poblado. Nos miramos los dos, lo miramos a él, miramos sus riquezas: uno de los dos podía ser rey, pero sólo uno de los dos.

Así que nos batimos en duelo. Lamentablemente para mis intereses, yo perdí y desencarné en ese momento. Luchando lo miro a los ojos, veo a sus hijas, a su esposa, suelto la espada y dejo que me aseste el golpe final. Quise morir.

Tal vez tenía razón y era más noble de lo que yo pensaba, no quería que su familia se quedara sola. Creí que era mejor retirarme a tiempo, retirarme al mundo espiritual, tal vez. Para mí fue una buena manera de morir. Esa es mi vida y esos son mis engramas.

Laura: ¿Qué tal, cómo estás?

Ariand-El: Mejor, mucho mejor, comprendiéndolo.

Laura: ¿Cómo te sentiste cuando decidiste batiros en duelo?

Ariand-El: Obviamente mal, pero también obviamente sabía que se iba a dar. Porque si bien no tenía idea del mundo espiritual, dos almas gemelas sólo se llevan bien cuando están en la luz.

Era lógico que ambos estábamos en un plano de error, o incluso más denso, que llevábamos toda la vida matando, que para nosotros no había empatía, que matar a la otra persona daba igual quién fuera o de quién se tratara.

Era tan fácil matar a la otra parte, tanto. Sabía que él no iba a tener piedad si yo soltaba la espada, por eso la solté. Pero sinceramente, y lo digo de verdad, creo que las almas gemelas que no están en la luz se devoran, como nos devoramos nosotros.

Ambos queríamos la riqueza, el poder, sus piedras preciosas, su trono. Yo sabía que el rey no iba a estar bien con él, también su familia, así que directamente tomé esa decisión que para vosotros puede sonar imposible de tomar.

Pero yo que vivía todos los días con la muerte, mirándola a los ojos, no me asustaba la muerte, no me asustaba morir.

Y fíjate cómo todo esto se relaciona con todo lo que había contado antes, de cómo hay un detonador en un momento dado que nos dice: lo que estás haciendo no es correcto. Y esa fue la vida que viví.

Laura: Muy bien. Antes de retirarte, ¿te puedo hacer un par de preguntas?

Ariand-El: Está bien, si son rápidas.

Laura: La primera, cuál es tu nombre conceptual.

Ariand-El: Sí, mi nombre conceptual sería Ariand-El.

Laura: Vale. Sabes que tu 10% tiene algunas trabas actuales y una de ellas es que es introvertido, entonces intenta hacer cosas para superarlo y hace poco se apuntó a un curso de clases de teatro.

Quisiera saber tu 10% la opinión tuya respecto a esto y saber si es un engrama de esta vida, o si viene de otras, o si sabes si es karmático o por qué.

Ariand-El: No, es un tema de engramas de vidas anteriores y también tiene que ver con roles del ego que él mismo puede superar con Psicointegración.

Laura: Vale, de acuerdo. Hay otra pregunta, no sé si da tiempo sobre su amigo Emmanuel.

Ariand-El: Sí, pregúntala.

Laura: Un amigo que se ha reencontrado hace poco, se llama igual que tu 10%, Emmanuel. Le gustaría saber si han compartido otras vidas, si se comunica con él o si de alguna forma los guía.

Ariand-El: Sí, me comunico con él. No me guía pero… es decir, sí me guía a nivel espiritual aunque no sea mi primer guía ¿sí? Su thetán es una entidad angélica.

Laura: Sí. ¿Alguna cosa más que aportar?

Ariand-El: No, porque nos quedamos sin tiempo.

Laura: De acuerdo.

Ariand-El: Me puedo explayar más porque hay vidas y puedo explicar alguna en otro momento.

Laura: De acuerdo. Muchas gracias.

Ariand-El: Gracias a ti y hasta la próxima.

Laura: Hasta todo momento.

 


 

Qué es Psicoauditación

Guía Conceptual de Tetra-El

 

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.