Médium: Raúl Caballero
Entidad: Ensirnom-El, Thetán de Juan Carlos M.
Interlocutor: Juan Carlos M.
Mensaje
Yo entiendo que para vosotros, los seres encarnados, os es importante tener pautas para saber si lo estáis haciendo correctamente o no en vuestro plano. También, sé que es muy muy difícil poder conceptuar en vuestro plano por los ruidos físicos, lo que nosotros os intentamos transmitir. También, sé que es difícil en el plano físico saber si lo estáis haciendo bien o no. Además de que no hay plano donde os podáis guiar, hay mas dudas, hay mas trabas también; por eso, la mayoría de engramas no se graban en las entrevidas en el plano suprafísico, sino en las vidas del plano físico directamente. Eso es algo pernicioso para vosotros, porque, al estar encarnados, tendéis a tener ideas negativas y pensamientos negativos que algo malo va a ocurrir, y soléis decir que la vida no vale nada. No es cuestión de que la vida no valga; hay que saber encararla. Hay que saber conducirla, y no dejar que la vida nos conduzca a nosotros; y hay que saber sacarle provecho; saber ser feliz.
Hay gente de vuestro plano que dice que únicamente hay que vivir la vida, que la vida son dos días. Está bien vivirla, está bien ser feliz, pero también está bien saber encararla con toda la responsabilidad posible, ya que, dicha responsabilidad, luego mejora esa vida para poder tener un salto mejor hacia vuestros pensamientos y proyectos futuros. Es importante tener proyectos porque conozco muchos seres del plano físico que no tienen proyectos y que únicamente quieren, trabajan, comen, viven en constante repetición. Esto causa aburrimiento; finalmente, causa aburrimiento de la vida. Siempre la misma rutina, siempre lo mismo, pero es que el tema es saber que hay algo más allá. Por eso, saber de la existencia del plano suprafísico hace bien, y yo decreto, porqué sé también de seres que no les hace muy bien, pues luego se transforman, incluso se fanatizan.
No estoy apoyando que la gente conozca el mundo suprafísico. Hay muchos seres que están dogmatizados o fanatizados por el mundo suprafísico. Todo lo atribuyen a vidas pasadas, todo lo atribuyen al mundo espiritual; no se responsabilizan de nada; no tienen criterio propio para discernir lo que es una realidad de su mundo y lo que no lo es, y separar esa realidad de la otra realidad, para que se entienda. Entonces, hay mucha gente que pierde el sentido de la realidad al canalizar o al llevar cierto tiempo con una práctica espiritual. Otra gente termina aburriéndose de la práctica espiritual, y tan rápido como vienen al camino espiritual, se van, dejándolo de lado y continuando las rutinas físicas.
Es triste lo que se puede percibir desde el plano cuatro; es triste lo que se puede percibir desde el plano suprafísico como tantos seres tuercen en su evolución espiritual, y después no hay manera de tratar de volver a llevarlos porque no se dejan tampoco; entonces creen en que todo lo espiritual es dogma, que todo lo espiritual es invención, que todo lo espiritual, para nada es científico. No estoy para nada de acuerdo, porque todo lo que sea teoría es científico. Es cien por cien científico. Cuando un espíritu se puede presentar, si no da alternativa válida, es como cuando uno de vosotros tampoco da alternativa válida e invalida todo lo científico. Por eso, sé que el tema pasa por argumentar, pasa por explicar, pasa por teorizar cada una de esas cosas. Todo esto lo entiendo y percibo tantos seres que no están de acuerdo con uno, y percibo tantos seres que están cien por cien desviados de su camino espiritual. Tendéis a pensar que los espíritus no dudamos porque no tenemos necesidades físicas, no sentidos, no necesidad de vestiduras, no necesidad de dormir o de alimentarnos… Ahora bien, también dudamos…
Tenemos dudas, tenemos falencias, limitaciones, incomprensiones; a veces, incluso, de más alto grado que vosotros. Sí que desde el plano suprafísico no es difícil, ya que un 90% o un 100% espíritu es un mayor porcentaje que vuestro físico, y es supraenergía. Nos es mucho más difícil, al ser más conceptual, de caer, pero, a su vez, es exactamente igual el dolor, porque no se sufre muy bien, igual en un 90%, o en su defecto en un 100%. Entonces, tenéis que aprender a saber ver un poco todo, porque yo sé que es imposible saber todo del todo, pero un poco todo; profundizar, siempre dejarse llevar por el sentido común; nunca por lo que, a veces, pensáis que es el sentido común que para vosotros es la lógica, siempre perfecta. A veces, algo que puede ser válido al sentido común, puede no tener lógica aparente, por no tener datos.
Finalmente, la lógica aparece, pero el sentido común, en primera instancia, decreta que sí. Ahora, sé de gente que compara el sentido común con disonancia con esa lógica, y como no les parece lógico, dicen que no les parece de sentido común. Pero, a veces, como algunos seres físicos dicen, en vuestro plano, que el sentido común es el menos común de los sentidos, y hay que aprender a ver con el ojo del espíritu, con el ojo conceptual, con el ojo espiritual, que es ese ojo que nos dicta las percepciones de nuestro yo superior. Este sería el mensaje que, principalmente, quiero dar para comenzar la sesión, para que se entienda que nadie es valioso por uno solo, únicamente. Sí, los que somos valiosos como individuo, a su vez, somos valiosos como conjunto; somos valiosos individualmente y somos valiosos en grupo. Eso es.
Ahora me gustaría decir una serie de cosas que a mí me molestan. El mensaje que he dicho es para que sirva a algunos seres del plano físico, y me agradaría que dicho mensaje se hiciera público para que la gente lo piense.
Consideraciones previas al relato de la vida que centra la psicoauditación
Ahora, me gustaría hablar de mí, de mis pesares, de mis incertidumbres. Muchas veces pienso: ¿Y esto es una contradicción? Y esto es una falsa alarma, digámoslo así, ¿no?, copiándome de vuestras expresiones terrenales, pero, con este contrasentido, a veces dudo de la existencia del mundo suprafísico, y, de hecho, no me habéis entendido. Muchos pensarán: ¿Cómo? ¿Cómo si tú estás en él? Cuando hablo de eso, me refiero que dudo de la igualdad de ese plano suprafísico en los distintos niveles de vibración. Dudo porque, a veces, no lo veo justo; “no veo” es una percepción mía, y nada más que eso. Pero, percibo que seres que están en el cuarto plano, y que seguramente deben haber superado otras cosas; no lo sé, pero están o han estado en un nivel muy bajo, y, de repente, los dejas de conceptuar durante un segundo, los vuelve a conceptuar y están en un plano de luz, ó específicamente en un plano maestro.
¿Cómo puede ser? No digo que no hayan hecho méritos, no digo que no hayan hecho obras. A lo mejor es que no entiendo que el equilibrio de cada ser va a una velocidad, pero no me entra en mi comprensión espiritual esa justicia que también se ven seres del plano tres que se esfuerzan más y seres del plano cuatro que están pensando en un nivel tres, y, a veces, eso se replantea… Eso es algo que me pesa, y me gustaría explicaros vidas pasadas mías. Antes, como introducción… yo ya sé que la psicoauditación es una fabulosa técnica creada por el 10% de Johnakan, que básicamente consiste en desactivar engramas conceptuales que puedan estar molestando la parte espiritual, y que, a su vez, estén condicionando la parte física, pero también, a veces, se necesita de esas dosis de valor para llegar a poder explicar ciertas vivencias que nos puedan perturbar de una manera grande por nuestras dudas que precisamente comentaba al inicio de esa charla del viernes, 29-8-2008 (la fecha la puso Juan Carlos M).
Primera psicoauditación con Raúl
Yendo al grano, tuve una vida hace miles de años en otro mundo, en otro sistema totalmente distinto, y sé que algunos seres de este mundo dudan de otros mundos, pero si tuvieran la memoria de la mitad de las vidas, la duda se disiparía contando vidas que, por lo menos a mí, en esos mundos me han dejado una huella, una huellita buena o una huellita mala. Buscando mundos alegres, el que voy a explicar no es precisamente para reír, y desde mi parte espiritual condicionada, amigo, es más bien para llorar.
El mundo sería un mundo conocido por vosotros como Erius III. Es un mundo que básicamente hay seres con formación muy similar a Sol III. Muy similar. Temperatura similar. Todo similar. En cambio, no es igual la cultura que se lleva dentro del mundo. Es verdad que el mundo está dividido por regiones o por países, al igual que ya ocurre en Sol III, también. Hace miles de años, no estaba dividido en países, sino en dos regiones distintas. El mundo es un 70% acuático con formaciones terrestres y civilización terrestre. También, hay una civilización marina absolutamente inteligente, con una gran conceptualidad, pero estos seres viven en su entorno. La guerra era en los imperios terrestres. De eso, hay una cosa muy clara: había dos continentes y un océano. Los dos continentes estábamos en guerra. La gente ya estaba a un nivel avanzado entonces, y la tecnología no era tan primitiva como os podíais haber imaginado, aunque, sí, no había los avances que tenéis hoy en Sol III.
No había avances; sí, había una especie de nave marina que podéis llamar como barco por vuestro lenguaje, ó máquinas submarinas, también. Las guerras eran prácticamente navales y las razas conceptuales que vivían en los océanos tuvieron que huir para no caer víctimas. Yo quería una unión entre naciones, una unión entre los continentes. Yo formaba parte del Consejo del Continente Oeste, y estábamos en guerra con el Continente Este. Teníamos una religión abocada a grandes dioses de facultades extraordinarias que interferían en las guerras. El más conocido era el dios de los océanos, así lo conocíamos, y el nombre que incluso le dábamos era Hestor, y entiendo que las guerras estaban muy mal; por eso, yo mismo me negaba a una guerra como parte del Consejo, pero nadie me hacía caso… Entiendo que es tan complejo que fuese comprendido por… cuando aún nadie le hacía caso.
En el mundo hay divisiones por status social; había divisiones y los seres con mucha edad formaban parte del Consejo. El grupo era de 250 individuos; muchos para debatir, muchos a quien convencer… Los seres éramos humanoides, homo sapiens sapiens, muy similar, con un poco menos de cabello y con unos músculos más exaltados, una piel grisácea… Eran muy difíciles las negociaciones. Los tributos se pagaban con pescado, con diferentes especies del inmenso océano. Sé que había otras formaciones terrestres en el mundo, pero no había vida, no eran habitables. Ahora, si bien había tecnología, la gente sí estaba mínimamente evolucionada, pero lo que sí se llegó a desarrollar fue una manera de modificar el ADN; algo muy interesante para un mundo donde estaba en guerra, porque permitía formar hombres de una fuerte estructura.
De tal manera, las familias se quedaban en casa y solo el hombre iba a combatir, o el hombre iba al Consejo, o el hombre era dirigente… Es el típico machismo de alguna de vuestras épocas, y me atrevo a decir que incluso de la época actual. Mi nombre en la encarnación sería Trefaos o así me conocían, y así es. Era como un apodo que es como vuestra palabra “Jefe”, que significaba el más puro; eso significaba autoridad. Yo llegué a disuadir, a convencer a varios miembros del Consejo, pero las cosas no funcionaron porque cesó los ataques del continente Oeste, y el continente Este nos atacó, prácticamente por sorpresa… Yo logré ocultarme ante un fuerte ataque marino e incluso aéreo; me oculté bajo tierra.
Me sentí culpable porque logré que cesaran los ataques para parar la guerra, pero se me olvidó que si la otra parte no quiere, la guerra deja de ser guerra para convertirse en un ataque… Me sentí tan culpable; por mi culpa, desencarnaron miles de seres… Tanta no era mi culpa, porque reconozco que hay muchos seres que ya apoyaron en un principio la idea… Pero me sentí tan mal, tan mal que me lancé al fondo del océano con grandes rocas y… me suicidé. Desencarné ahogado… No quería sentirme culpable. Viví con esa carga de conciencia. Ahora entiendo que mi espíritu, como Thetán, que no se trata de vivir con una carga de conciencia; se trata de no culpabilizarnos, no autoculpabilizarnos, de no ser estrictos con nosotros mismos, de tratar siempre mejorar, de enmendar errores, de entenderlos, de superarlos… Eso es…
Me siento mejor, me siento mejor porque sé que me favorece… ¡Porque me siento como más aliviado! No sabía que la psicoauditación me iba hacer tan bien, pero hoy entiendo que queda mucho por relatar y me gustaría retirarme un momento para pensar, para dejar descansar al receptáculo, e inmediatamente después me reincorporo para otra sesión… Gracias a todos por escucharme, en especial a mi parte encarnada… Gracias…