09/08/19
De: Raúl Caballero
Siguiendo con la explicación de la inteligencia emocional. Ahora nos centramos con el cuarto punto fundamental, la empatía. Esa aptitud que nos sirve para reconocer las emociones de los demás y podernos conectar con el otro y así tener conciencia absoluta de los sentimientos, de las emociones y que bien utilizada a través del altruismo podemos ayudar al otro.
El siguiente punto de la inteligencia emocional tiene que ver directamente con la empatía. La empatía es la aptitud para reconocer las emociones de los demás, para conectar con el otro, con su interior, para percibir lo que el otro siente dentro suyo, para eso es. Conectamos directamente con el otro cuando los escuchamos desde el corazón, con el alma. Cuando hay emociones de por medio esto se limita, directamente si escuchamos al otro poniéndonos a la defensiva, automáticamente se anula esa capacidad empática. Si sentimos emociones, si lo hacemos materialmente, si lo hacemos sólo para obtener algo a cambio, directamente se está anulando la capacidad de escuchar a los demás.
Hay varios puntos que son muy importantes sobre la empatía, ya que esta implica tener conciencia absoluta de los sentimientos, de las emociones, de las necesidades, de las preocupaciones del otro. De alguna manera, la persona que tiene empatía puede llegar a interpretar cómo está la persona con un lenguaje no verbal, no verbal: por su mirada, por sus gestos, lo que hace, por el tono de voz, por un montón de cosas, por un montón de cosas.
Hay cinco puntos importantes en una persona empática:
- La persona empática comprende a los demás. Percibe sus emociones y sus sentimientos, y se interesa por las preocupaciones del otro, nunca con un fin egocéntrico.
- La persona empática ayuda a los demás a desarrollarse. Fomenta su capacidad, lo motiva, nunca lo establece como competencia, y nunca lo intenta anular.
- La persona empática siempre orienta hacia el servicio. Es capaz de prever lo que va a suceder, anticiparse a una situación, y avisar de forma medida y justa a la persona para que no tropiece. Reconoce, de alguna manera, a la otra persona: sus limitaciones, sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
- La persona empática aprovecha la diversidad, siempre. Es decir, en el momento en el que reconoce los puntos fuertes y débiles del otro, aprovecha que es diferente para potenciarle aspectos diferentes a otra persona. Se adapta con flexibilidad hacia las personas.
- La persona empática tiene conciencia política. Es decir, interpreta todas las corrientes sociales, políticas, culturales de la persona. Entonces comprende el por qué tiene determinadas implicaciones emocionales en algo específico.
Dentro del ámbito de la criminología ocurre muchas veces que la empatía, que siempre tiene un contagio de alguna manera, porque la empatía hace que conectemos con el otro positiva o negativamente, es fácil que si somos empáticos nos contagie el estado de ánimo negativo de una persona. La empatía dentro del ámbito criminológico es una parte importantísima, que está ligado a las experiencias de apego infantil. Esos hijos que son maltratados y que después se convierten en maltratadores porque conectan emocionalmente con su papá maltratador, y es como que lo comprenden. Lo justifican, lo comprenden, y esa empatía que se lleva al lado negativo, hace que después los imiten. Porque la empatía bien utilizada emocionalmente produce una mimetización del otro, y si es bien utilizada se va a mimetizar lo positivo, y si está mal aplicada se va a mimetizar lo negativo, en función de los valores y el desarrollo que haya tenido a nivel emocional ese niño, o esa persona.
De la misma manera me gustaría entrar en otras facetas, también, de la empatía. La empatía, como dije, produce una conexión entre ambas partes. Pero la empatía no significa que la otra persona tenga que pensar como uno, no significa que yo de repente que estoy conectando con la otra persona, tenga que pensar necesariamente lo que piensa la otra persona, sino, entender. Se trata de entender el pensamiento del otro y respetarlo, de eso se trata la empatía. Lo contrario a esto que yo estoy diciendo sería egocentrismo. Pero para entender al otro no es necesario que el otro sea exactamente igual a nosotros, que tenga una situación idéntica o que hayamos vivido igual, no tiene nada que ver, nada que ver tiene. El amor interno que poseemos cada uno de nosotros -es esa parte para conectar con el otro- nos dice justamente que no tenemos que comprender al otro por necesidad, no se trata de pensar como piensa el otro y sino no soy empático. No, al contrario, se comprende al otro pero por empatía, es una conexión que nace del corazón. Se puede respetar lo que no se comprende, yo puedo no comprender lo que piensa el otro, o lo que hace el otro, pero lo puedo respetar. Y también se puede amar lo que sí se puede entender. Y la tolerancia, justamente, forma parte de esa aceptación del otro, de esa comprensión. A veces no es necesario para aceptar, comprender al otro. Pero de alguna manera, lograr comprenderlo, nos pone en la piel del otro mucho más fuerte y nos permite ser todavía más tolerantes, y eso es importantísimo.
Mal utilizada, la empatía también nos permite ejercer un control sobre el otro, nos permite adelantarnos, anticiparnos a lo que piensa el otro, nos permite verlo como si se tratara de un libro abierto. Lo que ocurre con la empatía, es que como te da esa ventaja estratégica, táctica, porque tienes de alguna manera un mapa completo de cómo es la otra persona, porque la empatía te permite conocer lo que siente la otra persona, al ponerte en su lugar. Cuando nos alejamos de la emoción en ese momento, y hacemos una conexión empática fría -no cálida, fría- de alguna manera nos permite manipular también al otro, negativamente. Se puede utilizar de manera interesada, puede ser un arma muy potente para manipular y repercutir intencionadamente en los demás, porque la persona sabe dónde le duele al otro, sabe de lo que sufre, sabe lo que piensa, sabe lo que siente. En manos de un buen terapeuta puede ser un proceso de ayuda, de altruismo, pero en manos de una persona negativa puede ser justamente lo contrario.
Hay mucho para ahondar de este tema, lo dejo
aquí por ahora. Gracias.
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