23/02/15
De: Raúl Caballero
Se explica el significado real de la tolerancia y la importancia de empatizar y colocarnos en el lugar de la otra persona. Se explica que el respeto es lo más importante en cada relación social.
¿Cuántas veces habré dicho que si nos pusiéramos habitualmente en la piel de la otra persona -en la situación de la otra persona- las cosas serían absolutamente diferentes? ¿Cuántas veces habré dicho eso? Porque colocarse en la piel de la otra persona o en la situación de la otra persona te permite comprender a la otra persona y la comprensión es fundamental en todo tipo de relación social, ya no voy a decir afectiva, sino en todo tipo de relación social. Entonces, a veces, lo que perdemos es la tolerancia y la tolerancia es fundamental, ya no en una relación social, sino en cualquier ámbito de nuestra vida, incluso –y esto lo he dicho en distintas oportunidades- hay que aprender a tener tolerancia con uno mismo, porque hay gente que no solo no toleran a los demás, sino que incluso no se toleran a sí mismos.
He explicado infinidad de oportunidades la importancia de brindarse al otro, de prestar servicio al otro, de ofrecerse en voluntad al otro, de tenderle una mano al otro… El otro, el otro, el otro…, pero también veo importante tenderse una mano a uno mismo, prestarse servicio a uno mismo, tratar de estar bien uno mismo… porque, como he dicho en distintas oportunidades atrás, no puedes pretender tender una mano al otro si primero no eres tú el que está bien, el que está en pie y uno no se siente con fuerza de poder estar ahí. Estar ahí a veces es lo único que hace falta para ayudar a la otra persona, estar ahí. Estar ahí en los momentos difíciles y en los momentos buenos, porque eso es síntoma de lealtad y la lealtad -como he dicho también en distintas oportunidades- es más valiosa que la fidelidad, que tanto se pregona, porque la lealtad engloba muchísimas más cosas que la fidelidad. Una persona leal es esa persona que está a tu lado en los momentos positivos y en los momentos negativos y fijaos, no estoy hablando de que uno ha de ser fiel, como vosotros decís –digo vosotros refiriéndome a la sociedad-: hay que ser fiel en las relaciones de pareja. No hay que ser fiel en las relaciones de pareja, hay que ser fiel siempre y voy más allá, hay que ser leal siempre para con todo el mundo, porque al final nosotros somos un reflejo de lo que sentimos. Si sentimos ira, si sentimos rencor, si sentimos celos… lo vamos a transmitir constantemente, aunque intentemos engañarnos, aunque intentemos engañar al otro…, porque una persona que siente rencor, envidia, celos… no es feliz. En cambio, la persona que es comprensiva, la persona que es tolerante… sí puede ser feliz.
Tolerante. ¿Qué implica la palabra tolerante? Lo he dicho muchas veces, el tolerante no es el que dice: “Bueno, no tengo otra, pues lo aguanto, lo tolero”. Te tolero, para perdonarte la vida, ¿no? Casi. No, se tolera desde el amor, se tolera desde el respeto y se tolera desde la comprensión, desde la empatía, desde el entender que el otro es un igual a nosotros y desde entender y comprender la situación del otro, por eso al comienzo dije la importancia de ponerse en el lugar del otro, porque cuando uno se coloca en el lugar del otro, tolera, pero tolera desde el amor. Entonces, al tolerar, uno puede estar ahí -como dije-, ese estar ahí que conlleva la lealtad, el estar ahí en los momentos dulces y en los momentos amargos. Y voy a insistir una vez más que no estoy refiriéndome a las relaciones de pareja, ahora estoy hablando de todo tipo de relación social, porque tú vas a conocer a una persona nueva que no conoces de nada y de repente vas a ver una actitud que a ti no te va a gustar, que tú no la vas a compartir, pero si eres tolerante y te pones en la situación del otro, si entiendes que el otro es un igual a ti y con sus defectos y con sus virtudes, puedes llegar a entender por qué hace ese comportamiento o esa actitud, aunque tú no la vayas a apoyar, ni a compartir, porque entonces –si la compartiéramos- estaríamos faltándonos al respeto a nosotros mismos y tampoco hablo de faltarnos al respeto a nosotros mismos, pero sí es importante esa comprensión, esa tolerancia. A veces, veo esa profunda intolerancia, ese: “Bueno, si yo no hago las cosas así, el otro tampoco tiene por qué hacerlo”. ¿Y por qué ellos no tienen por qué hacerlas a su manera? ¿Por qué? ¿Acaso es tu esclavo? No es tu esclavo, será tal vez esclavo de sus roles del ego, o no, o estás siendo tú esclavo de tus roles del ego, porque no dejas al otro ser como el otro quiere ser, por eso, hay que respetar. Aunque algo no lo compartamos, es importante respetarlo. Aunque el punto de vista del otro no sea el nuestro, es importante respetarlo y no entrar en descalificativos, porque si tú te pones en la situación del otro, tampoco te gustaría que te descalificaran porque el otro no opine o no actúe igual que tú. Y a eso se le llama entender la diversidad, a eso se le llama entender, comprender, que no todo el mundo es igual, que hay gente que es absolutamente distinta los unos con los otros y está bien que así sea, porque si el mundo no fuera diverso, si no hubieran distintas maneras de pensar, distintas maneras de actuar, distintos tipos de persona, distintos tipos de cultura, distintos tipos de filosofía… el mundo sería aburridísimo y yo no quiero un mundo aburridísimo donde nos digan: “Bueno, esto es así, tienes que actuar así, solo existe el color rojo…”, no, a mí me gusta la variedad, a mí me gustan los distintos colores, las distintas gamas de grises, me gustan las distintas opiniones…, aunque no esté de acuerdo con ellas, aunque a veces la opinión del otro nos moleste, porque en realidad nos está molestando a nuestro ego, en verdad nos está molestando a nuestro ego, que es el que de alguna manera quiere imponer; es el ego el que quiere imponer, el que quiere decirle al otro: “No, no es como tú dices, es como yo digo”. ¿Y por qué tiene que ser como tú dices? ¿Y por qué no puede haber dos puntos de vista claramente diferenciados y que el uno para con el otro muestren respeto? Porque en la mayor parte de debates que yo veo, ya no en televisión –que muchas veces está sobreactuado o teatralizado-, sino en la vida cotidiana, en la vida cotidiana… Dos personas que están discutiendo por si su coche es más bonito que el del otro. Bueno, ¿por qué no se entienden los puntos de vista? ¿Por qué no se entiende que cada cual tiene un punto de vista propio y que hay que respetarlo? Porque uno no se coloca en la situación del otro, entonces uno no entiende: “A mí también me gustaría que me respetaran”. Bueno, cuando entiendes: “A mí también me gustaría que me respetaran”, te pones en la situación del otro, automáticamente lo respetas a no ser que seas muy necio y muy cretino. Fíjate la importancia de llegar a comprender, de empatizar con el otro.
A veces me viene gente a consulta –y no son pocas- y me dice: “Es que con tal persona no puedo”, “es que a tal persona no la puedo ni ver y no me ha hecho nada, no me ha hecho nada, pero no la puedo ni ver”. Bueno, será por causas vibracionales. A veces, no se vive igual, incluso a veces no se vive igual ni estando en la luz. Mucha gente se piensa que dos maestros de luz no pueden discutir, y hablo de discutir sin ego, ¡ojo!, porque evidentemente en el plano 5 no existe el ego y si uno de los dos maestros discutiera por ego, automáticamente baja de nivel. No hablo desde el ego, hablo de discutir desde el punto del respeto, desde el punto de mostrar diferentes puntos de vista… y pueden discrepar dos maestros de luz, como discrepamos nosotros desde aquí, desde el plano físico. No solo pueden discrepar, sino que puede que vibracionalmente no sean compatibles aun estando en la luz, aun respetando el uno al otro, aun empatizando, aun poniéndose en el lugar del otro, como estoy diciendo, puede ser que por causas vibracionales pues directamente no interactúen, porque no entra en el círculo vibracional de la otra persona. Entonces, yo también digo, no forcemos las cosas. Si no hay un motivo real de envidia, celos, rencores… por el cual a la otra persona no la puedes ver, que en este caso serían roles del ego y habría que trabajarlo y ojo con no estar auto engañándote a ti mismo y decir: “No, no, no, yo no tengo esos roles del ego” y en verdad tener algún tipo de prejuicio contra la otra persona, porque ¡ojo!, el prejuicio señala y condena a la otra persona antes de conocer. Si no existe ningún tipo de actor de roles del ego entendemos que es causa vibracional, punto, y no forzamos las cosas. No forzar las cosas no quiere decir tener que alejarse prematuramente de la persona con la que no vibramos en sintonía, sino que si tengo que realizar un trabajo en grupo o de alguna manera coincidir con la otra persona, no voy a tener problema porque voy a dejar de lado el problema vibracional, porque poniéndome en el lugar del otro doy a entender que es un igual a mí y que por encima de todo, por encima de todas las causas vibracionales, etc., está el respeto y que el respeto tiene que estar en todas las relaciones, no solo en las relaciones de pareja, en las relaciones de amistad… El respeto tiene que estar siempre. Siempre tiene que estar el respeto.
Eso es todo por ahora, gracias por escucharme.