Psicoauditación al Maestro Ien-El

Entrevista al espíritu de Jesús de Nazaret

22/04/2019

Médium: Raúl Caballero

Entidad: Ien-El (100% espíritu de quien encarnó como Jesús de Nazaret )

Interlocutor: Laura

Sesión con el Maestro Ien-El donde nos brinda de grandes mensajes además de ayudarle a descargar uno de los engramas que tiene.

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Ien-El: Querida hermana, queridos hermanos, bienvenidos un año más, un año de los vuestros. Para mí no es importante la fecha, para mí es importante que trascienda el mensaje, para mí es importante que trascienda la palabra. Nunca, nunca menospreciéis al otro, porque el otro también es vuestro hermano; el otro, también tiene emoción, también tiene sentimientos.  Absteneos de hacer juicios, absteneos de clasificar a los otros, porque eso de cierto os digo que no conduce al camino del Padre. Porque al camino del Padre puede entrar cualquiera, puede entrar esas personas que hoy juzgáis, que hoy señaláis, porque pensáis desde vuestro Ego y no desde vuestra razón, y no desde vuestro corazón, y no desde vuestro espíritu; porque el espíritu no señala, comprende.

Hay distintas maneras de hacer las cosas, distintas maneras; lo que vosotros clasificáis como peor no existe y me explico por qué no existe; porque las personas como las energías están permanentemente en constante cambio. La persona que tú estás prejuzgando hoy ya no es la misma un segundo después, un segundo más tarde. Entonces ¡Ay de aquellos que traicionen la palabra, ay de aquellos que traicionen el mensaje, ay de aquellos que no miren con el espíritu! Porque de todo lo que hay en el universo conocido y por conocer, se aprende. ¡Ay de mi si hubiera prejuzgado a brahmanes! A distintos maestros, o «maestros» entre comillas de distintas escuelas, de distintas disciplinas, ¡ay de mi! Que nunca, jamás hubiera alcanzado el reino del Padre. Pero el camino no termina nunca, el camino es angosto, el camino es difícil.

A todos aquellos que ahora me estén escuchando, que estén atravesando una mala situación de pareja, emocional, de familia, de lo que fuere; escuchadme, a vosotros de cierto os digo: no sois menos por tropezar en el camino, soy más por levantaros en él. Bajar los brazos no es propio de la persona que esta en la Luz, de la persona que esta en el camino, de la persona que comparte con los demás. Porque sólo vosotros podéis compartir lo que vosotros sois; compartid con el otro, sea quien sea. Eso se puede lograr con la escala tonal alta, se puede lograr también con la escala tonal baja. Sufriendo el sufrimiento no es tabú, el sufrimiento no esta vetado, el sufrimiento no te aleja del camino del Padre, te acerca a él. Más yo, que sufrí permanentemente en el camino de la cruz y en la propia cruz; ese sufrimiento me acercó todavía más a mi Padre. Entonces, de cierto os digo, a aquellos que estéis tropezando, a aquellos que habéis tropezado: ¡levantaos, levantaos! Porque el espíritu es inmortal, el espíritu tiene capacidad para levantarse, el espíritu tiene capacidad para mirarse a los ojos, para admitir que uno pudo equivocarse, sin que la palabra ‘error’ resuene en el propio ego, sino que resuena en el espíritu como un aprendizaje. Porque quien no se equivoca, no aprende, y quien no aprende, no vive. ¡Ay de aquellos que se rían! ¡Ay de aquellos que se burlen de las emociones de los demás!¡ Ay de aquellos que juzguen y clasifiquen a todos mis hermanos que hoy han caído, que hoy han tropezado! Porque eso os está alejando más que a las personas que han tropezado, del camino del verdadero Padre, del camino del verdadero amor, porque el amor no hace distinción; amar es lo único en la vida que es ilimitado, no se agota, es infinito, es eterno.

Cuando hablo de amor no hablo de lo que vosotros llamáis Amor Personal, sino de Amor Impersonal, ese amor desinteresado que yo compartí en mi encarnación última. Pero el amor personal es válido, y se puede tropezar en el amor personal y se sufre en el amor personal, pero insisto y de cierto os digo: cultivando el amor personal se puede cultivar un amor impersonal. Nunca digáis ‘no’ al amor personal, porque yo no dije ‘no’ cuando conocí a mi alma gemela; la querida Miriam. La querida Miriam era para mí un ángel, metafóricamente hablando. Miriam era una persona que desprendía tanto amor, y yo no renuncié a ese amor, renuncié al compromiso que conlleva ese amor; porque tenía un compromiso que yo creía que era más grande, más limpio tal vez, más puro. Lo que no quiere decir que el amor personal no sea puro, equilibradamente. No me autoengañé, no dije ‘no’ a mi amor; acepté mi amor, pero no era el momento, tampoco era el lugar.

Entonces, de cierto os digo queridos hermanos, no cerréis la puerta al amor personal, aunque hayáis caído en dicho amor. Pensad que las pruebas angelicales, demoníacas, siempre están los demonios interiores son los que tenéis cada uno de vosotros y se puede superar cuando comencéis a mirar al otro y dejáis de sufrir vuestro propio sufrimiento. La vida ofrece oportunidades, la vida es bella. De cierto os digo: disfrutar de la vida no te aleja del Padre, te acerca, pero disfrutar de la vida sin tener en cuenta al otro, eso sí te aleja, te aleja de tu Ser. Ese es mi mensaje querida hermana, ese es mi mensaje queridos hermanos.

Laura: Muchas gracias, y ya sabes que nos gustaría realizarte en esta sesión que pudieses psicoauditarte y quitarte esos pesares.

Ien-El: Querida hermana, yo te miro y te digo: tienes una profunda fuerza interior, tienes una belleza de corazón, tienes un potencial interior que desconoces y puedes lograr aquello que te propongas. Porque lo sé, porque leo a través de ti, sé que en tu vida siempre fuiste pura, siempre fuiste pura. Ahora relájate e intenta sentirme, por favor.

Yo tuve una encarnación difícil, pero elijo y elijo vivir mirando a los ojos, elijo vivir amando al prójimo, elijo ver a mi vida de forma positiva. Querida hermana, todos, tu vida no es menos dura que la que yo tuve; tú también has tenido tu cruz, has tenido pérdidas que para ti han significado más que mi sufrimiento en la cruz, porque tu sabes que el dolor emocional nunca se repara y sí el dolor físico. Yo sé que cada uno de vosotros queridos hermanos habéis tenido vuestra cruz, cargáis con vuestra propia cruz, por eso siento y por eso digo: ¡ojo con prejuzgar, ojo con juzgar a quien tenéis al lado! Porque cada uno guarda su cruz y la guarda en silencio. Entonces, no se puede juzgar a nadie. Yo sufrí en esa vida menos de lo que estáis sufriendo muchos hoy de los que me estéis escuchando.

Nunca, jamás me sobrevaloréis, y nunca, jamás os infravaloréis. Para mí, que viví rodeado de dificultades, que podría remarcar tantas dificultades para descargar, sólo me voy a quedar con una: el hecho de no sentirme comprendido. Y le transmito en este mismo momento toda mi energía, toda mi Luz a este querido hermano, este receptáculo que tan gentilmente está ahora mismo intencionándome con esa fidelidad; lo amo, sé que sufre, sé que sufre por el otro, sé que sufre porque el otro no comprenda la palabra. Yo también sufría por lo mismo, te comprendo hermano, te comprendo; tu labor no es menos que la que hice yo y tu sufrimiento tampoco es menor del que sufrí yo. En esa vida tenía temor, lo reconozco, tenía temor de ser juzgado. Yo me expresaba en público, la gente decía ‘ahí viene el rabí’, yo sabía que cada palabra iba a ser tomada, yo sabía que había gente que iba a transmutar su amor, yo sabía que había gente que iba a crecer, iba a transformar las vidas de muchos con pocas palabras; mas también sabía que iba a haber gente que me iba a apedrear, a veces hasta físicamente me apedrearon. A veces, fue otro tipo de apedreamiento, mucho más psicológico y duele más; en ese momento sentía ‘dónde estas Padre, que me has abandonado’ ME, me has abandonado a MI; había un rol del ego en mí. Como dije: quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y aquí digo: quien esté libre de ego, que levante la mano. Porque yo tuve roles de ego que a veces me impidieron pensar en el otro. Si yo lo tuve, tú que me estás viendo, que me estás escuchando, que me estás sintiendo, tienes todo el derecho del mundo a sufrir, tienes todo el derecho del mundo a tener ego. Todo el derecho del mundo; siéntete, siéntelo.

Demonizamos al ego, como siempre dice Johnakan-Ur-El, mi querido hermano, el discípulo amado: ‘el plano físico es un pozo gravitatorio’, y es cierto, pero no demonicemos al ego, a veces es necesario sentirlo; es preferible sentirlo que esconderlo, es lícito que tu tengas ego querido hermano, es lícito. Estás haciéndote justicia a ti mismo, y eso también es amarte, y eso también es dignidad. Pero yo me sentía tan mal tantas veces, a veces tenía miedo de mostrarme en público por lo que fueran a hacer, pero el amor que sentía por el Padre era tan grande, tan grande. Veía todas esas personas; eran mis hermanos. Sentía tamaño amor por ellos, no podía no estar, mínimo tenía que obsequiarles con mi presencia y mañana a lo mejor yo ya no estaré, les decía a aquellos que me escucharon, a mis discípulos, porque yo sé que mi hora se acerca. Pero no os preocupéis porque el espíritu es inmortal y entre vosotros resurgiré y entre vuestras palabras me reencarnaré, porque el Servicio ¡ay queridos hermanos, el Servicio! El Servicio no se queda en la palabra, sino es estéril. El Servicio es amor hecho Obra. Gracias por escucharme queridos hermanos, claro que sufrí, claro que lo he descargado con este querido hermano que le agradezco. Vosotros, es vuestro turno, sufrir es parte del camino al Padre. Hasta siempre, toda mi luz, habló Ieshu ben Iosef.


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Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.