Médium: Raúl Caballero
Entidad: Adiron-El
Interlocutor: Laura
Comenzó expresando el alivio que sentirá al terminar la sesión. Relató una vida transcendental en Gaela donde nunca amó tanto una mujer en todas sus encarnaciones, terminando todo en un terrible y trágico final. Finalizó respondiendo preguntas de su 10% y dando un hermoso mensaje para su vida actual.
Raúl: Estoy reunido con Laura, voy a intencionar a Adiron-El, thetán de Adrián para hacerle algunas preguntas o que haga alguna descarga. Lo que él sienta que es necesario, comenzamos.
Laura: ¡Bienvenido!
Adiron-El: ¡Gracias, aquí estoy! Es para mí un alivio, con un juego de palabras, pensar en el alivio que voy a sentir cuando termine.
Laura: ¿Cómo estás?
Adiron-El: ¡Bien! Yo creo que bastante mejor que en la última canalización, pero sí es cierto que como entidad espiritual me noto… me noto… todavía bastante lastrado, bastante trabado en varias cosas, en varias vidas anteriores que he tenido durísimas, durísimas… sí. Entonces creo que todavía puedo mejorar muchísimo más. Voy a contarte una vida… Ahora me interesa contarte una vida que tuve en Gaela porque me pone mal esa vida.
Laura: Solamente te quería decir que tu 10% tenía varias preguntas pero que prefiere que descargues.
Adiron-El: No, no. Dejamos las preguntas para después de la descarga.
Laura: De acuerdo, cuando termines.
Adiron-El: Sí, cuando termine me haces un par o tres de preguntas según cómo esté el receptáculo.
Laura: De acuerdo, ya está, muy bien. Adelante.
Adiron-El: Sí, la vida en Gaela fue un declive amoroso, pero fue para mí trascendental, me atrevería a decir que nunca he amado tanto a una persona, aunque sea de mérito luego para otras, pero probablemente nunca he amado tanto a una mujer como amé a esa mujer en Gaela en esta vida que te cuento. Ella se llamaba Alexia, sabéis que Gaela es un mundo muy parecido al vuestro en todo, muy parecido al vuestro, bien, pues también morfológicamente iguales, ¿no? Ella era de un rubio claro, con una expresión a veces bastante dura, aunque era femenina ella tenía una expresión dura. Tal vez intentaba aparentar más de lo que era porque luego en privado era muy tierna, yo sentía mucho por ella y ella tenía diez años más que yo, había muchísima diferencia de edad, pero la amaba.
Laura: ¿Y era correspondido?
Adiron-El: Sí, sí, sí.
Laura: De acuerdo.
Adiron-El: Yo en esa vida era terapeuta, hacía algún tipo de terapia de masajes complementado con varias técnicas más, también atendía consultas de nivel personal y afectivo, y todo esto no tiene nada que ver con el tema espiritual eh -lo aclaro-, sino que era más a nivel afectivo y yo a ella la conozco en una consulta. Vino ella y vino su madre.
Me siento identificado en esa vida con el receptáculo porque empecé, aunque él se dedica a nivel espiritual y tal vez haya una diferencia, pero empecé muy joven en esa vida también, ¿no? Estoy hablando de que yo tenía 20 años y ella tenía 30 años, ¿vale? Cuando la conozco. Viene ella con su madre a mi consulta. Sí, seguramente algunos de los que estéis escuchando pensaréis que había menos perjuicio con la edad en Gaela, sí, lo había, menor perjuicio de edad. Perjuicio a nivel de, no de relación, sino de ir a una consulta de un chico de 20 años en vuestro mundo muchos dirían: Pues si sé yo más que él. Bueno pues ahí uno admitía las cualidades del otro. Vino Alexia con su madre, tenían un problema muy serio con el padre de ella -con el marido de la madre-, él era alcohólico y muchas veces entraban pues en procesos de discusiones, había agresiones y no sabían qué hacer porque de alguna manera era él el que los alimentaba en la casa, entonces no sabían qué hacer y me pidieron a mí consejo o qué podían hacer. Entonces yo les dije que contra un problema alcohólico seguramente no hay clave porque el problema está en una adicción y no en la persona en sí, ¿no? No puedes hablar con una persona alcohólica porque está reactiva, no es lo mismo que intentar razonar con una persona que hace algo mal que de alguna manera no está reactiva, ¿no? Una persona alcohólica tú no puedes razonar y decirle “tienes que dejar de beber” o “no tienes que pegar”, evidentemente, entonces seguramente que mi consejo fue que intentaran apartarse, que si no tenían a alguien que se hiciera cargo de ellas que buscaran alguna alternativa, alguna vía alternativa porque vivir ahí era una suicidio. Me dijeron que eso era imposible, bueno, en fin, que al final no sirvió para nada. Un día viene Alexia como loca a mi consulta con lágrimas en los ojos y me dice:
-Mira que padre se ha vuelto a poner violento, está agrediendo a mi madre, yo no sé qué puedo hacer, ¡no sé qué hacer!
Y en ese momento la miro a los ojos, la cojo de los hombros y le digo:
-¡Esperar! No puedes hacer otra cosa, lo único que puedes hacer es calmarte, entiendo que tu madre está en peligro, pero tendrá que esperar a que él se calme porque lo único que puedes hacer es llevarlo ahora mismo ante la ley, pero el problema en todo esto va a ser que la ley no va a actuar en tanto y en cuanto la ley no se toma tan en serio ese tipo de cosas, es decir, tiene que haber algo más serio que un tipo alcohólico pegando a su mujer, así funcionan las leyes de aquí.
O sea, la intenté calmar, me gustó ver esa expresión en ella, la vi –aunque no me gusta ver sufrir a nadie-, pero la vi dulce, me gustó eso en ella. Al final el padre de Alexia agrede a su mujer con un cuchillo y al padre lo meten en prisión, la madre se recupera sin problemas, a ella no la vuelvo a ver más en consulta mientras que Alexia sigue viniendo a consulta. Cada vez que la miro a los ojos siento algo especial. La amo muchísimo. Y a partir de aquí todo se convierte en una experiencia muy subjetiva.
Poco te puedo decir yo interlocutora para que tú entiendas lo que yo sentía porque es muy personal lo que yo sentía, ¿no? No puedo lograr que tú te enamores, evidentemente, de Alexia, entonces lo que te pueda explicar es muy subjetivo, te tienes que creer si yo te digo que la amaba con una locura indescriptible y que solo pensaba en ella 24h al día. Un día quedamos fuera de consulta y ella me dice:
-¡Gracias! Gracias por todo lo que has hecho, gracias por todos los consejos que me has dado.
Yo le digo:
-No, no me tienes que dar las gracias, por ti haría cualquier cosa.
Y nos besamos y estuvimos juntos, y estuvimos juntos durante muchísimo tiempo. Todo terminó para mí cuando hubo una ruptura que para mí fue letal, letal, nada en todas mis vidas me ha dolido tanto como esa ruptura.
Laura: ¿Qué pasó?
Adiron-El: Ella era una persona muy fiel, muchísimo, pero empezó a verse con un hombre y el hombre era compañero suyo en el trabajo, ella trabajaba componiendo música y empieza a haber algo más –estoy seguro- entre ellos. Yo empiezo a ponerme celoso, empiezan las discusiones. Ya llevaba 3 años, solo, pero la amaba como si llevara 40 años con ella. Nunca me atrevía a pedirle matrimonio, no me atrevía tal vez por mi rol de baja estima, pensaba que podía decirme “no”. Tal vez fueron mis paranoias, pero yo pensé que ella se había acostado con él y que yo no podía seguir con ella y… Y soy yo, la corto, le digo que no quiero seguir con ella, que se puede ir con él tranquilamente. Ella insistía en que solo eran amigos, se va llorando… No sabía qué había hecho, había cometido el error más grande de mi vida.
Laura: ¿Te obsesionaste, no?
Adiron-El: Sí, me obsesioné de tal manera que da igual la sesión cómo transcurra o cómo te explique el relato, no vas a entenderlo, ¿me entiendes? Porque es tan exagerado que debería de tirarme 20 sesiones para hacer hincapié en las pequeñas cosas, en las pequeñas discusiones, me tiraría mucho tiempo entonces no me interesa. ¡Era muy exagerado eh!
Laura: ¿Pero para tú pensar en eso, fue que ella hizo algo que a ti te hizo pensar que había sido infiel?
Adiron-El: Yo creo que no, yo creo que fui yo y mis paranoias mentales porque tenía muchísima inseguridad y mucha baja estima en mí. A pesar de que aconsejaba a los otros no era capaz de aconsejarme a mí mismo, yo pensaba que ella se debería de sentir mal con una persona tan inútil, que tenía diez años menos, que tenía menos experiencia, que sabía menos de las cosas… Yo, no sé, tal vez me infravaloraba tanto que me hizo pensar “seguro, seguro que se ha acostado con él bla, bla, bla” y me volví loco, me volví absolutamente loco, no dormía por las noches, no comía, recuerdo estrellar platos contra el suelo porque me ponía reactivo cuando estaba solo, o sea, era algo sencillamente espectacular.
Laura: ¿Y qué hizo que te pusieras así?
Adiron-El: Constantemente se veía con él, a lo mejor quedaban dos, tres horas al día, se veía con él, yo no sabía qué hacían porque no los veía y eso me ponía más reactivo aún, más paranoico todavía, ¿no?
Laura: Ajá.
Adiron-El: Solo sabía que quedaban dos, tres horas, yo le decía:
-¿Por qué quedáis?
Y ella:
-Porque es mi amigo, ¿no puedo quedar con amigos, no puedo tener amigos?
Y yo me ponía histérico porque si decía “no” me sentía como un intolerante y si decía “sí” entonces yo no sabía qué hacían y me ponía paranoico. Y entonces yo le respondía:
-Yo no tengo amigas, ¿ves?
Y me decía:
-Bueno no las tienes porque no quieres, yo tengo la conciencia tranquila de que no estoy haciendo nada mal.
Una paranoia tremenda, pero tremenda, me volví loco, algo que es algo tan natural para vosotros, en vuestro plano lo veis habitualmente, los celos, el problema de lo que estoy diciendo, cuando tienes una obsesión tan grande por una persona, la amas tanto que es una obsesión tremenda. No sé cómo decirlo, pero insisto, me debería de tirar 20 sesiones y no entenderíais lo exageradamente en serio que me tomé el tema. Y la dejé y se fue llorando y yo me arrepentí y tuve días sin dormir también mal, bueno fue una tremenda paranoia que… Todo esto es solo debido al engrama base de toda la historia, es decir, da igual todo lo que ahora cuente porque realmente es para adornar el pastel, ¿no? Es lo que viene después.
Laura: ¿Qué hiciste?
Adiron-El: Me dice que está embarazada y… ¿Y cómo reacciono yo? Pues evidentemente que el hijo es del otro, ella insiste en que es mío, yo le digo que es del otro, ella me dice que solo puede ser mío porque no ha hecho nada… Bla, bla, bla, bla, ¿no? De tal manera que yo no me hago cargo del niño, no me hago cargo de ella, el niño nace, yo no me he interesado por ella, yo no me he interesado por el niño. Es un declive tremendo, me siento cada vez más culpable, más culpable, es una rueda, una rueda de culpabilidad (suspiro). Ella no se lo podía creer. Siempre la veía llorando cuando yo la veía por la calle, por donde fuera y salía ella con el niño, era tremendo eso. Él siempre había estado a su lado, pero no sé hasta qué nivel, ¿no? Y eso acrecentaba más las paranoias “y el niño lo va a ver como padre, seguro que es él el padre, seguro que no soy yo, y si soy yo…”. Bueno, bueno, bueno (suspiro).
Laura: ¿No hiciste nada para solucionarlo? ¿Una prueba de paternidad o para estar seguro de que era tu hijo?
Adiron-El: Pero claro, es que ella me decía:
-No confías en mí.
Si yo le decía de hacer cualquier tipo de prueba, ¿me entiendes?
Laura: ¿Y no te conformabas con lo que ella te decía?
Adiron-El: No sé por qué motivo no la podía creer, pero era exagerado, el engrama que yo ahora mismo estoy procesando es algo impresionante, lo que yo ahora estoy sintiendo, el engrama base es algo que por más torturas que haya tenido no existe peor tortura sentimental, emocional.
Laura: ¿Y por qué no terminabas de confiar en ella?
Adiron-El: Por mi inseguridad, seguro que era por mi inseguridad porque ella quedaba tanto con él y yo ya pensaba que yo no era suficiente para ella y que entonces se tenía que buscar a otro y que yo era muy pequeño para ella…
Laura: ¿Y no llegaste a contárselo a ella, por ejemplo, esto que ahora tú me estás contando?
Adiron-El: Lo hacía pero con reactividad, en seguida me ponía yo histérico cuando le decía:
-No, no, seguro que él te da más que yo.
Fue algo… fue a más y a más y a más y a más…
Laura: ¿Y no viste crecer a tu hijo?
Adiron-El: Desde fuera. Un día voy yo, el niño ya hablaba, no me podía aguantar ya con ella y le digo:
Mira, te amo como el primer día, no puedo vivir sin ti, me da igual lo que hicieras.
Y el niño que me mira y dice:
-Él no es mi papá.
Me mataron esas palabras. Es el dolor más indescriptible que puedes sentir.
Laura: ¿Ella estaba con otra persona?
Adiron-El: No, pero… el niño, no se veía cercano a mí evidentemente.
Laura: ¿Cómo te sentiste cuando te dijo eso?
Adiron-El: En todas mis vidas no he sentido mayor apuñalada, que te atraviesen de lado a lado y… No creo que haya nada peor que, que te digan eso. Con toda su inocencia, con toda su… Tranquilidad, ¿no? Diciendo lo que piensa de verdad. Fui a mi casa y… Y me ahorqué. No pude aguantar el dolor. Y ahora noto que me falta el aire.
Laura: ¿Pero después de haber escuchado eso no hablaste con ella o…?
Adiron-El: Me ahorqué directamente. Y cuando desencarné tenía rabia, tenía malestar, me ahogaba a nivel conceptual. Hubiese vuelto a encarnar cuatro veces seguidas y me hubiese ahorcado las cuatros veces seguidas si hubiera tenido memoria reencarnativa. Y esta inseguridad, estos anhelos, todo esto se lo transmito a mi parte física.
Laura: ¿Y en esa vivencia de dónde te venía toda esa inseguridad que tú sentías?
Adiron-El: Seguramente de que no me sentía valorado, yo tenía en mi familia dos hermanos mayores y yo era el que peor lo hacía todo, yo era el inútil, ¿no? Y sentía que realmente tenían razón. Seguramente luego la autoestima uno se la tiene que trabajar y si además que te tratan como un inútil uno no se la trabaja pues… Pues te lo crees. Y cuando te lo crees de verdad tenemos un problema, ¿y de todo esto qué dice el receptáculo? Dice: Primero tienes que estar bien tú antes de compartir la vida con otra persona. Yo me enlacé de tal manera con la otra persona… sí, ahora yo desencarno y cuando desencarno veo que evidentemente y efectivamente el niño sí era mi hijo, que ella no había hecho nada, que aquel hombre era un simple amigo, que no había tenido pareja porque había estado llorando y con depresión y tratándose con otras personas durante años mientras criaba al niño porque estaba realmente afectada por lo que había pasado entre nosotros y yo en una paranoia la había enviado a la mierda a ella, al niño y a todos. Y a nivel espiritual pues aún me sentí peor.
Laura: Eso te iba a decir, aún te sentías peor o más culpable, ¿no?
Adiron-El: Sí. Estuve mucho tiempo en un plano 2 sin remontar. Esa es mi vida triste, muy triste, la peor tal vez que tenía que relatar. Esto le va a hacer, no digo bien, digo muy bien a mi parte física, ya te lo aseguro yo con antelación.
Laura: ¿Cómo te sientes después de haberla relatado?
Adiron-El: Muy bien, yo creo que le va tranquilizar, un alivio tremendo aunque cuando la escuche no le va a poner bien, pero le va a hacer un alivio tremendo, ¿por qué? Porque hay una descarga tremenda ahí, tremenda, tremenda… Hazme alguna preguntita porque el receptáculo está bastante, bastante afectado por la carga que le he transmitido. Lo necesitaba en plena forma para transmitir esto, por eso no quería las preguntas primero. Para después y si puedo una, una y si puedo tres, tres. Dime.
Laura: Sí, la primera y la más importante era si podías aconsejar u orientar a tu 10% porque pregunta si merece la pena ir por el mundo del deporte o no.
Adiron-El: Sí, merece la pena. También depende luego de la constancia o inconstancia que tenga porque mi parte física tiene un problema siempre de inconstancia, es decir, ¿merece la pena? Si te lo tomas en serio, sí. Si terminas lo que empiezas, sí. Si no, no empieces.
Laura: Vale y -otra pregunta no sé si podrás- pregunta cuándo pisaste el plano 5, a qué fue debido y qué circunstancias hicieron que descendieras.
Adiron-El: La del plano 5 fue una vida en la que enseñaba a muchísima gente defensa personal y, además, los protegía. Fue un mundo en el que aprendí varias artes marciales, enseñé una de ellas a la gente como defensa personal y además los protegía en una sociedad bastante, bastante negativa, era una vida en el Japón feudal, así que hazte a la idea lo negativa que era la sociedad.
Laura: ¿Y qué circunstancias fueron las que te hicieron bajar?
Adiron-El: Me hizo bajar de nivel que -bueno, es que tendría que contar casi la vida entera pero bueno- más tarde de eso, después de enseñar las prácticas me contratan para el Shogun, entro en el Shogunato, me vuelvo guardaespaldas personal -Samurái guardaespaldas personal- y cuando fallo en una de las misiones se me ordena realizarme el seppuku , así que me suicido y bajo de nivel tremendamente. Pero era una vida que tenía una sabiduría tremenda además, totalmente distinta también a la vida que he contado eh, totalmente distinta a todos los niveles porque yo en esa vida estaba muy desapegado, no me interesaba nada a nivel personal y meditaba mucho también, creía mucho en el budismo, tenía otra forma de vida radicalmente distinta. Sí, a pesar de que eso no tuviera nada que ver con lo espiritual porque realmente nunca me comuniqué con ningún thetán ni nada, pero yo meditaba y hacía mis cosas digamos más religiosas, ¿no?
Laura: Sí, vale, ¿puedo hacer alguna pregunta más?
Adiron-El: Sí, una más.
Laura: ¿Cuál fue la primera vida y cómo fue la experiencia de encarnar por primera vez?
Adiron-El: ¿Cuál fue la primera vida? Sería complicado tocar eso porque también debería de tirarme bastante tiempo, pero mi primera vida fue en un mundo congelado, en un mundo helado, en un mundo con unas temperaturas bastante bajas, siempre a grados negativos. El mundo sería algo así como Haurius 5, pero era más una pequeña luna que un mundo, tal vez sería más un planetoide prácticamente, ¿no? Pero no voy a explicarlo ahora con detenimiento, y lo que pasó… La experiencia fue totalmente distinta, te aclaro, lo primero que noté fue el frío, el frío fue lo primero que noté en todas mis encarnaciones y ya está… Tendría que explicar más pero sería para otro momento, no quiero entrar mucho en detalles. Ya eh, porque no puedo, no puedo seguir yo aquí porque estoy desgastando muchísimo al receptáculo porque ha sido una carga tremenda, mucha intensidad…
Laura: ¿Algún mensaje en concreto a Adrián?
Adiron-El: Sí, sí, el mensaje sería: confía en ti mismo, porque eres capaz de hacer muchísimas cosas importantes. Es muy fácil decirlo, pero solo tienes que mirar alrededor, que tienes muchísima gente que confía en ti. Hasta todo momento y gracias, gracias, gracias por esta oportunidad.
Laura: Hasta todo momento.