Inteligencia Emocional – 2. Autocontrol

09/08/19

De: Raúl Caballero

Siguiendo con la explicación de la inteligencia emocional. Ahora nos centramos con el concepto del autocontrol, ese control de las emociones necesario para controlar esos impulsos.

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Continúo con estos audios de la inteligencia emocional. Otra cosa importante, el segundo punto importante de la inteligencia emocional es el manejo de las emociones. Atrás hemos dejado ya ese autoanálisis del que hablamos en el audio anterior. Una vez analizamos nuestras emociones, tenemos que comenzar a manejarlas, tenemos que comenzar a ese control de las emociones del que siempre hablo en Psicointegración, necesario. Controlar los impulsos es importante. Me remito a un audio anterior sobre los estadíos emocionales, el primer punto que encontramos en ese audio es justamente esos impulsos de los que hablo, ser capaces de controlar esa primera fase, ese cosquilleo, esa adrenalina. Ahí es donde se logran controlar los impulsos, ahí es donde hay que intentar controlarlos para que no vayan a más. Esto se puede entrenar. Fijaos que muchos actores, todos los actores lo logran, generar un estado emocional voluntario. Es algo que puede costar al inicio, pero que se puede alcanzar después. Entonces de repente nos permitimos sentirnos tristes, pero es como que tenemos la capacidad para anular ese estado de tristeza, y de entrar en un estado de euforia voluntaria contenida. Ese estado de euforia voluntaria contenida, es un estado que activamos nosotros mismos al ser capaces de comprender lo que nos sucede y comprender cómo neutralizarlo.

Entonces buscamos la cara opuesta de la moneda: si nos tocó cruz buscamos cara, si nos tocó cara buscamos cruz; si nos tocó algo negativo tratamos de ver el lado positivo, si nos tocó algo positivo también hay que controlarlo. ¿Cómo? ¿Tenemos que crear un estado de tristeza voluntaria? ¡No! Obviamente que no, porque entonces estaríamos cayendo presa de otra emoción. No se trata de llegar de un extremo al otro, sino de mantenerlo equilibradamente. ¿Cómo? Si de repente nos ha sucedido algo muy positivo y tenemos un estado de euforia descontrolada, nos apoyamos en buscar lo que puede salir mal, analizando lo que puede salir mal, buscando la otra cara de la moneda, buscando ese punto que nos puede hacer que caigamos de la nube, para entonces bajarnos de la nube tranquilamente. Seguimos eufóricos, pero sabemos que todo puede salir mal, y como sabemos que puede salir mal, estamos controlando la ofuscación, la frustación, la resignación que podemos sentir después, una vez sale algo mal. Nos apoyamos en nuestra querida hermana prudencia, para mantener el grado de euforia, pero, llevarlo de forma controlada. Es importantísimo lo que estoy explicando ahora.

De la misma manera, al revés: si nos sucedió algo negativo tratamos de dar vuelta y tratamos de ver el lado positivo. Entonces creamos un estado de motivación, un estado de éxtasis, un estado de euforia a voluntad. Como dije antes, los actores son capaces de llevar el estado anímico a voluntad, son capaces de interpretar un estado de tristeza, igual de repente el actor está en un estado de euforia por algún proyecto o por alguna situación vivida, y de repente tiene que interpretar una escena de tristeza, y es capaz de trasmutar esa emoción por ese momento concreto. O al revés, capaz que está mal por algo que le sucedió en casa, con la esposa, con quien sea, y de repente tiene que cambiar, modificar ese estado para interpretar una escena alegre. Obviamente el mal actor es al que se le nota, y el buen actor es al que no se le nota. No se trata de fingir, porque si de repente lo fingieras, el llanto que podría tener ese actor se le notaría que es fingido, por lo tanto sería negativo, así que no estoy hablando acá de fingir. Estoy hablando concretamente de, realmente, protagonizar esa emoción en ese momento puntual. Ser capaz de ponernos voluntariamente las máscaras del ego, hace que comprendamos mejor lo que sentimos dentro de esos trajes, y hace que después sepamos quitárnoslos a voluntad.

Una vez los reconocemos tenemos que ser capaces de ponérnoslos a voluntad para después ser capaces de quitárnoslos a voluntad. Es un entrenamiento. Un entrenamiento como el que puede seguir un artista marcial, es un entrenamiento, un entrenamiento. Y se puede lograr, hablo concretamente de eso. Se puede obtener mucha información sobre los estados emocionales sintiéndolos voluntariamente, mucho se puede llegar a comprender. Y en ese momento, luego tienes mucha más información sobre los roles del ego. Como siempre dije, es importantísimo ser un experto conocedor de los roles del ego para manejarlos a voluntad, y para no permitir, por lo tanto, que ellos nos manejen a nosotros a voluntad. La ignorancia es el mejor amigo del ego: a mayor ignorancia más fácil es que -como dije en el audio anterior- no nos percatemos de nuestras propias emociones, y que por lo tanto nos manejen a voluntad esas emociones. Mientras que por el contrario, cuanto más conocimiento tengamos de los roles más fácil es interpretarlos nosotros a voluntad y por lo tanto no dar cabida al ego. Por el contrario, algunos que me estarán escuchando pensarán: “y bueno, si la persona es capaz de interpretar estados emocionales de forma voluntaria, también es capaz de manipular voluntariamente”; sí, es cierto. Una persona que tiene mayor control emocional, una persona que es capaz de dominar sus propias emociones es una persona que tiene mucho conocimiento de los roles del ego. A mayor conocimiento de las emociones, a mayor conocimiento de los roles del ego, más fácil es manipular a la otra persona, en un estado que yo llamo falta de ética, falta de ética. Porque si la persona se apoya en ética y en valores sólidos nunca va a manipular, y en eso se juega mucho también la empatía, de la que hablaré en otro momento.

Acá estoy hablando simplemente del control de las emociones, y es importantísimo aprender a controlar las emociones. Está perfecto, si nosotros reconocemos que sentimos rabia cuando sentimos rabia, también tenemos que ser capaces de controlar su duración. Porque soy conciente de que es muy dificil lograr lo que yo dije, lograr quitarnos el traje siempre que queramos o interpretarlo a voluntad, pero un primer paso se da justamente logrando controlar la duración de las emociones. Si algo de repente nos hace sentir rabia, está bien, nosotros tenemos, debemos, reducir el tiempo en que la sentimos. Y si lo sentimos un día, hay que lograr reducirlo a horas, a una hora, a minutos, a segundos; intentar reducir. Permitirnos sentirla, porque no podemos de un día para otro, en ese conocimiento de nosotros mismos no sentirla. Y decir que no se siente, como dije antes, sería autoengaño. Siéntela, permítete sentirla, pero intenta controlarla, intenta reducir su tiempo. Sí, siente la rabia, pero siéntela de forma reducida.

Bueno, aquí se da otro paso más. Gracias por escucharme.


Enlaces que te pueden interesar:

Estadíos de la Emoción: https://tetra-el.org/psicointegracion/estadios-de-la-emocion/

Qué es la psicointegración

Qué es el ego

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A través del Canal de YouTube de Tetra-El puedes ver:

PSICOINTEGRACIÓN,El Arte de APRENDER A VIVIR PARTE 1:  https://youtu.be/xFHo2BMYq2Y
PSICOINTEGRACIÓN,El Arte de APRENDER A VIVIR PARTE 2: https://youtu.be/jG5hRGpPRWA
Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.