No depender de opiniones ajenas

Psicointegración en que se trató el tema de la dependencia de las opiniones ajenas, por aptitudes totalmente físicas o morales, por la forma de pensar o de vestir… De ser nosotros mismos, de no tratar de caer bien a todo el mundo, habló del ridículo, de la vergüenza, de ser digno, de respetarnos, valorarnos y amarnos a nosotros mismos para luego respetar, valorar y amar a los demás, también se trató el tema de cuando alguien se siente atacado, del falso orgullo.

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Raúl Caballero: 30 de Enero de 2008. Sesión de Psicointegración.

En algunas ocasiones, como ya hemos dicho en varias ocasiones, la gente puede verse condicionada por algunos pensamientos que nosotros podemos llamar roles de ego o facetas del ego. Una de las facetas muy típicas o más típica de nosotros seres encarnados, es el de tratar de figurar para con los demás… por ejemplo, tratar de caer bien a una persona únicamente porque buscamos su aprobación o tratamos de que los demás nos acepten con distintas aptitudes nuestras. Eso demuestra un claro ego por nuestra parte porque estamos buscando la aprobación de los demás y sabemos que el ego constantemente busca la aprobación de los demás. De alguna manera siempre hay que evitar que el ego se apodere de nuestros pensamientos y esto se puede hacer de varias formas:

Primero, siempre pensando en el otro, por supuesto que siempre hay que estar pensando en el otro, dejar de personalizar, dejar de pensar en uno mismo. La otra es mirar de entender las diferentes crisis de nuestra vida o las diferentes facetas nuestras que vemos que están protagonizando y buscar una herramienta a ello y para eso sirve psicointegración.

Entonces, de alguna manera, estamos en una parte del universo, en una parte del mundo en la que se busca mucho la aprobación de los demás ya sea por aptitudes totalmente físicas o aptitudes morales, se busca que uno sea aceptado por su forma de pensar, se busca que uno sea aceptado por su vestimenta, se busco que uno sea aceptado por su forma de hablar, por tener determinado objeto o por tener determinado poder social y esto lo único que hace es agrandar más nuestros roles de ego, que no son más que nosotros mismos porque los roles de ego no están aparte, los roles de ego son de alguna manera nosotros mismos, somos nosotros los que damos cabida al ego, no hay nadie que le esté dando cabida en lugar nuestro que dice “he, que se ponga aquí ahora el rol de ego de inquisidor”, no, no, no, somos nosotros mismos los que le damos cabida con nuestros pensamientos. Y acá no voy a hablar de ningún tipo de engrama ni de ningún trastorno, voy a hablar de lo típico y lo puntual que son, directamente, los roles de ego que es lo que tenemos constantemente cada ser encarnado, constantemente porque nadie está exento de ego, ajá.

Vamos a ver, entonces puedo decir en estos momentos de que si bien es normal depender de la aprobación de terceras personas porque de alguna manera puede ser que la sociedad lo exija porque si no somos respetados o no somos valorados podemos tener problemas en la vida normal, en la vida social. Eso se entiende, esto es normal, pero aún así no olvidemos de que tampoco debemos sobre esforzarnos para que nos acepten, sino que debemos ser nosotros mismos y si somos aceptados bien y si no, pues no. Y esto es típico, de diez personas le caeremos bien a dos a tres no. Por ejemplo, un número determinado de personas le seremos completamente indiferentes, será como si no nos hubieran visto nunca y a lo mejor a otra persona sí que nos puede odiar o le podemos caer mal ¿Por qué? Pues porque tiene que haber de todo, entonces no intentemos caer bien a todo el mundo porque eso no lo vamos a lograr nunca para empezar porque todos somos diferentes, entonces no tratemos nunca de caer bien a todo el mundo y tampoco debemos tratar porque tratar te está creando una intención ¿si? Y al momento que uno intenciona ya no está dejando ser fluir por su propio espíritu, no olvidemos de que el espíritu es puro, el espíritu es creado sin ningún tipo de rol de ego, es creado puro en un plano elevado, plano 5º. Entonces, lo roles de ego se los crea uno mismo cuando trata de PROTAGONIZAR y el protagonizar siempre está pendiente de nuestras vidas que a veces nos torturan y “o porque no dije esto” y “ahora me puedo sentir culpable por haber hecho determinada acción” y ahora de golpe me voy a sentir como el dueño del mundo porque “o he quedado como nadie”. Todo esto son facetas completamente del ego, están inclinadas hacia las dos partes, hacia la parte que uno puede considerar de inquisidor, soberbia, creerse alguien todopoderoso hasta alguien creerse el más inútil de todos y que no vale para nada y ya automáticamente es como que se autocensura.

A veces hay actitudes de la vida que nos pueden dar vergüenza o podemos tener algún tipo de temor por realizar determinada acción ¿bien? Eso es por temor, por temor al ridículo ¿si, pero que es el ridículo? ¿Qué es el ridículo? Vamos ahora a aclararnos que es el ridículo. El ridículo está claro, creo que todos estáis de acuerdo conmigo, en que se trata de una faceta del ego completamente, ridículo es tener vergüenza, tener vergüenza es intentar quedar bien delante del otro, eso es intención y como ya hemos dicho es buscar la aprobación de los demás… Ok, entonces nunca debemos buscar la aprobación de los demás. Para empezar, lo primero es entender de que nosotros somos importantes, nosotros mismos y que no necesitamos depender de que otro nos alague y nos palmee la espalda “o muy bien hecho, macho eres un crack” o que directamente nos diga “eres pésimo, no vales para nada” no, no, no, no porque entonces ya estamos cayendo en la tontería de dar poder a los demás ¿bien? Y no debemos dar poder a los demás porque nosotros mismos podemos valernos. La auténtica felicidad siempre se encuentra dentro de uno mismo, no debemos buscarnos lo externo, no debemos esperar que haya otro que nos de esa felicidad o porque el otro me quiere soy así feliz, o porque otro me dice que soy bueno soy así feliz, entonces si el otro me dice que no valgo nada ¿Qué hago? ¿Ya me deprimo? ¿Entro en desgracia? No, no, no, no hay que aprender a encontrar el valor uno mismo y para con uno mismo, es importante aprender a valorarnos nosotros primero para que los demás nos valoren después.

La persona que no tiene valor es una persona que no es digna y una persona que no es digna no causa atracción a los demás ¿Ajá? La dignidad siempre, siempre causa atracción porque la gente se puede sentir segura con una persona que es digna. Un persona digna, hay seguridad de que esta persona no va a traicionar a otra porque es digna y lo primero es que no se va a traicionar a sí mismo, esto es importante, entonces en algunas situaciones podemos encontrarnos que estamos ante una situación que no sabemos cómo debemos reaccionar y que, por quedar bien con el otro, le damos la razón. Bien, aquí nos está faltando ese punto de dignidad, no estamos siendo dignos, no estamos siendo dignos, se está siendo digno, sí cuando se hacen las cosas por uno mismo, por uno mismo esta es la auténtica magia, hacer las cosas por uno mismo, siempre pensando en el otro pero con uno mismo, con uno mismo pensando en el otro eso sería la auténtica magia que no se puede romper. El problema es cuando alguien trata de hacer algo por el otro sin tenerse en cuenta a uno mismo porque entonces no está siendo digno porque primero nos tenemos que respetar, valorar, amar a nosotros mismos para luego poder respetar, valorar y amar al otro, por supuesto, esto siempre. Entonces, siempre que alguien tiene, volviendo al ridículo, siempre que alguien tiene temor a ese ridículo a quedar mal es porque ya está dependiendo de esa opinión del otro, y si el otro le dice que es buena, es buena y si el otro le dice que es malo, es malo, entonces estamos, otra vez, enroscándonos en lo mismo.

Por lo tanto, la clave para superar totalmente ese miedo al ridículo es primero ser completamente dignos con nosotros mismos y en ese momento ya no dependemos de la aprobación de nadie más que no sea de nosotros mismos, así estamos siendo, por fin, puros y dignos y no estamos teniendo un rol de ego de depender de la aprobación de los demás.

Ahora me gustaría tocar otro tema y es que en algunas ocasiones cuando alguien se siente atacado, y esto lo puede hacer mucho también los engramas, ok, cuando alguien se siente atacado esto es claramente un rol de ego, ajá, porque nadie es atacado, alguien se considera atacado, no es que alguien sea atacado porque yo puedo estar diciéndole a una persona “o pero no me gusta como vistes” “no me gusta esa prenda tan clara, tan roja, no me gusta. En cambio, y la persona que está recibiendo esta crítica, que es una crítica constructiva, no deja de ser un “a mí no me gusta” no estoy atacando al otro, solo estoy expresando mi opinión, mi punto de vista. Ya la otra persona se siente atacada y en ese momento puede decir “o pero tu quien eres para criticar lo que yo llevo puesto” ¡ojo! Ojo con esto, ojo con esto porque entonces estamos cayendo en un ataque, eso sí está siendo un ataque, no lo que yo hice sino lo que hace el otro conmigo en ese momento ¿pero, por qué? Porque primero el otro se consideró atacado ¿por qué? Porque el otro se considera tan infalible de que piensa que no le pueden atacar, no le pueden atacar. Entonces, estamos pasando, volviendo otra vez a tema de la dignidad, estamos cayendo al falso orgullo que es un punto a parte de la dignidad… La dignidad consiste únicamente en saber decir no en el momento adecuado y movernos en consecuencia, es decir, alguien que es digno no va a permitir que le hagan algo que no toca, alguien que es digno no va a permitir un acto hostil contra otro, no lo va a permitir eso, pero ahora no caigamos en el falso orgullo, el falso orgullo es aquel que con una dignidad mal entendida dice “o no, soy tan digno que no le voy a dirigir la palabra al otro, que el otro no me la dirija a mi porque yo soy demasiado importante” “no voy a llamar a Pepe porque con este he tenido un disgusto ahora y si le llamo capaz que pensará de que yo me estoy rebajando” pero no existe el rebajarse porque en ese momento ya estamos pendientes de la aprobación de los demás.

Entonces, volviendo al tema, es falso orgullo también cuando la persona piensa que no se le puede criticar, eso es un falso orgullo, se siente tan orgulloso de su ropa que piensa que no se le puede criticar ¿Y por qué no?? Si yo solo quiero darle una crítica sana, una crítica constructiva, yo pienso que aceptaría mejor algo más oscuro y no algo rojo, por ejemplo, estoy haciendo únicamente una crítica sana porque el otro tiene que chismotear en ese momento y ponerse a la defensiva, es porque se considera atacado, es por el instinto natural de la mente reactiva automática entonces esto no deja de ser un rol de ego que por supuesto tenemos que superar porque actualmente ya no nos sirve para nada la mente reactiva, ya no nos sirve para nada, entonces el tema es no caer en esa tontería de esperar que el otro nos diga lo que nosotros queremos escuchar, no, no, no, no, no porque va a haber diversidad de opiniones y alguien le puede decir que le gusta muchísimo ese rojo y otro puede decir de que no, de que te estaría mejor un negro y otro te va a decir que te estaría mejor un gris, entonces aquí ya estamos cayendo en una tontería, en una absoluta tontería porque entonces nunca vamos a estar bien con todo el mundo ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos cambiamos de chaqueta? Y cuando queramos quedar bien con el de gris nos ponemos una chaqueta gris pero cuando queremos quedar bien con el de negro una chaqueta negra, je, no, no, no, no esa no sería la solución que uso yo, pienso yo que la solución es directamente ser nosotros mismos, en ese momento, al ser nosotros mismos, al dejar de protagonizar para querer tener nosotros la razón de todo estamos dando a entender de que los demás son tan importantes como nosotros y no son menos importantes sino que son igual de importantes que nosotros y que, por lo tanto, van a tener sus razones y sus pensamientos y el otro puede pensar que te estaría mejor el gris y eso no está mal, no está mal, lo puede pensar, es su punto de vista pero como no es el tuyo tú no tienes que cambiar tu punto de vista para con el otro, al menos si no quieres depender de su aprobación claro está, porque sabemos que eso sería ego.

Entonces, para terminar, la clave pasa por siempre ser nosotros mismos, al ser nosotros mismos no caemos en el falso orgullo porque entonces hay tenemos que intencionar creernos mejor que el otro, no caemos en la estupidez de invalidar el pensamiento del otro y de defendernos por cualquier tontería que nos pueda soltar el otro, no porque como tenemos nuestros propios pensamientos sabemos de que nosotros somos importantes y no nos importa que el otro nos diga que le gusta más el negro o el gris, directamente nosotros nos gusta más el rojo y nos quedamos con el rojo pero, eso sí, siempre pensado de que tal vez tenga razón el otro, tal vez tenga razón el otro porque si no estaríamos cayendo en el falso orgullo “soy mejor que el otro, no tengo ni que pararme a pensar si el otro tiene razón, no, esto no”.

Y el último punto directamente de no depender de la aprobación de los demás siendo siempre nosotros mismos porque eso también nos hace sentirnos bien con nosotros mismo a la vez y al sentirnos bien con nosotros mismos es cuando dejamos todas las facetas de ego y la clave para sentirnos bien es dejar todo rol de ego y ser nosotros mismos entonces por fin nos sentiremos nosotros. Esa es la clave.

Sobre Raúl Caballero 552 artículos
Especialista en Psicología Transpersonal y Psicoterapeuta Cognitivo Conductual. Más de 15 años de experiencia en el campo de la mente humana y en el campo esotérico y la mediumnidad.